A destiempo pero oportunamente
De entre todos los productos cinematogr¨¢ficos estadounidenses recientes destinados al ¨¦xito multitudinario, Regreso al futuro es el m¨¢s ingenioso y distinguido. Es casi el ¨²nico que juega con imaginaci¨®n con ese enorme almac¨¦n de ficciones y hallazgos narrativos que es el cine cl¨¢sico de Hollywood, ese cine al que Steven Spielberg -no en vano productor de Regreso al futuro- intenta dar continuidad a trav¨¦s de las m¨¢s o menos fant¨¢sticas andanzas de Indiana Jones.Pero el principal atractivo del filme de Zemeckis estriba en que trasciende la cita estricta, la ma?a de copista o de cin¨¦filo aplicado que desempolva f¨®rmulas para experimentarlas de nuevo con decorados relucientes.
Regreso al futuro es un trabajo ir¨®nico que aborda con humor la cr¨®nica del pasado y la culmina con una pirueta c¨ªnica que permite reescribir la historia, dotarla de final feliz aunque sea a costa de convertir al chico en un bombero del tiempo, apagafuegos de cat¨¢strofes familiares pasadas, presentes o por venir.
Regreso al futuro
Director: Robert Zerneckis.Int¨¦rpretes: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Lea Thompson, Crispin Glover.Gui¨®n: R. Zerneckis, Bob Gale.Fotograf¨ªa: Dean Cundey. M¨²sica:Alan Silvestri. Estadounidense, 1985.Estreno en Madrid: cines Cristal, Gran V¨ªa, El Espa?oleto, Palafox y Salamanca.
El protagonista de Regreso al futuro, Marty McFly, un estudiante rockero interpretado por Michael J. Fox, es un muchacho que siempre llega tarde a todas partes y que se lamenta continuamente del fracaso profesional y sentimental de sus padres. El azar har¨¢ que un amigo suyo, considerado por todos como un cient¨ªfico loco, invente una m¨¢quina que permite viajar a trav¨¦s del tiempo y que ella le env¨ªe 30 a?os atr¨¢s, cuando ¨¦l a¨²n no hab¨ªa nacido y sus progenitores, de los que tanto se lamenta ahora, estaban solteros.
Miedo a la utop¨ªa
Y a partir de ah¨ª, y siempre en clave de comedia, se nos mostrar¨¢ al h¨¦roe como un personaje con conciencia de un futuro que no provoca entusiasmo, en cierta manera s¨ªmbolo del pensamiento contempor¨¢neo y su miedo a la utop¨ªa, de las poderosas razones, que asisten a quienes se empe?an en emular a Peter Pan.Porque el happy end de Regreso al futuro, al margen de que sea relativo y corresponda a una imagen t¨®pica del triunfo, forma parte del mismo disparate que ha permitido que Ronald Reagan llegue a presidente -en Regreso al futuro los habitantes de 30 a?os antes no admiten la posibilidad si no es entre grandes carcajadas- sin que Jerry Lewis y Jack Benny sean sus ministros.
Pero si el personaje viaja en el tiempo, la pel¨ªcula hace otro tanto, tal y como ya hemos dicho. Por ejemplo, su tema central y una buena parte de la iconograf¨ªa se dir¨ªan sacados de un episodio de Twiligth Zone, dirigido por George Stevens, en que suced¨ªan cosas muy parecidas, s¨®lo que all¨ª en clave de melodrama.
Homenaje a Harold
Las secuencias finales son un homenaje expl¨ªcito al m¨¢s famoso de los filmes de Harold Lloyd, y si asistimos a la invenci¨®n del mono pat¨ªn y el rock and roll es en medio de un clima que recuerda el de las primeras cintas juveniles, s¨®lo que vistas desde una distancia burlona. Tampoco la caracterizaci¨®n de Christopher Lloyd como profesor chiflado o la elecci¨®n de un coche De Lorean como veh¨ªculo que atraviesa la barrera del tiempo son inocentes. La puesta en escena es en Regreso al futuro muy simple, pero segura y acertada. El gui¨®n tarda un poco en hilvanar todos los hilos que ha ido tendiendo pero entretiene la espera con una peque?a cosecha de buenos gags, y los actores resultan formidables, tanto los que act¨²an dentro de las convenciones m¨¢s estrictas de la comedia como los que est¨¢n decantados abiertamente hacia la parodia, como es el caso de Crispin Glover o del ya varias veces citado cient¨ªfico visionario. El resultado es un producto bien acabado, que satisface los objetivos para los que estaba programado y que a pesar de narrar los conflictos de quien vive siempre a destiempo llega muy oportunamente, reconciliando generaciones e ideales gracias a una pintoresca utilizaci¨®n en clave de comedia del Edipo freudiano.
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