Isabel Pantoja, locura de amor

Los analistas de mitos populares van a tener en Isabel Pantoja un fil¨®n desmesurado durante mucho tiempo. Isabel reapareci¨® ante el p¨²blico en una gala presidida el pasado mi¨¦rcoles por la Reina en el teatro Lope de Vega, de Madrid, a beneficio de la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa. La Gran V¨ªa se convirti¨® en tumulto, las gentes se agolpaban y era una notable haza?a atravesar la barrera humana y alcanzar la puerta del Lope de Vega. Una locura. Pero la mayor locura tuvo lugar dentro. La cantante sali¨® al escenario con un espectacular vestido color gris perla recamado de pedrer¨ªas, un modelo muy similar a los que luc¨ªa Aurora Bautista en Locura de amor.El recital empez¨® y termin¨® con el mismo tema, con la misma rotunda declaraci¨®n de principios: "Hoy quiero confesar que sigo enamorada". Todo el teatro era una borrachera de suspiros y, a pesar de que no cab¨ªa un alma m¨¢s, la presencia m¨¢s ostentosa fue la del ausente, la del marinero de luces que se llev¨® "sus ¨²ltimos besos, sus ¨²ltimos a?os". Isabel Pantoja parece un sue?o de alg¨²n poeta sentimental. Pero es de carne y hueso, aunque alguien pueda ponerlo en duda. Isabel Pantoja es de verdad y tiene un hijo, Paquirr¨ªn, que sali¨® al final al escenario, e incluso le escuchamos balbucir junto a su madre una estrofa de Mi peque?o del alma. La ovaci¨®n dur¨® cinco minutos y lo que hab¨ªa comenzado en delirio acab¨® en delirium tremens. Y esto s¨®lo es el principio. Cuando cante en Sevilla va a llorar hasta la Giralda.