Pere Gimferrer: "Todav¨ªa no s¨¦ c¨®mo afectar¨¢ el ser acad¨¦mico a mi escritura"
El poeta y novelista catal¨¢n lee ma?ana su discurso de ingreso en la Real Academia Espa?ola
Pere Gimferrer tiene sobre la mesa de su despacho en la editorial Seix-Barral de Barcelona un ejemplar de Perfume, la novela de Patrick S¨¹skind que ha representado en los ¨¢mbitos literarios mundiales una sensaci¨®n parecida a la que represent¨® El nombre de la rosa, de Umberto Eco. "S¨ª, la he le¨ªdo en castellano, pero este ejemplar me lo han enviado; yo no s¨¦ alem¨¢n", asegura Gimferrer, en quien sin embargo se adivina la intuici¨®n po¨¦tica y literaria que puede superar barreras ling¨¹¨ªsticas para aprehender la magia del lenguaje."Todav¨ªa no he tenido tiempo de plantearme c¨®mo va a afectar mi vida y mi escritura el hecho de ser acad¨¦mico; que me afecta, es seguro, pero no puedo decir qu¨¦ significar¨¢ exactamente; s¨¦ que tendr¨¢ un sentido en mi vida y en mi escritura, pero su alcance preciso lo conocer¨¦ con el tiempo. En todo caso est¨¢ clar¨ªsimo que ¨¦ste es el final de una etapa de mi vida y el comienzo de otra" dice Gimferrer, siempre meticuloso con los matices.
Pese a que su estampa ha sido descrita algunas veces como florentina -tal vez por una palidez m¨¢s propia de otros tiempos, una alargada figura y una larga cabellera lacia que llega a rozarle los hombros- Gimferrer es un hombre que, a sus 40 a?os reci¨¦n cumplidos, emite sensaciones estrictamente contempor¨¢neas, tanto, que resulta dif¨ªcil identificarle con la imagen tradicional del acad¨¦mico.
Contempor¨¢neo y cl¨¢sico
"Lo que yo he escrito, en cuanto a la t¨¦cnica, hubiese sido imposible escribirlo sin haber estado muchos a?os ocupado con la literatura de vanguardia, pero tampoco hubiese podido sin haber trabajado mucho con materiales cl¨¢sicos". ?Es este el trasfondo normal de un acad¨¦mico?."De hecho, la Academia es una instituci¨®n que siempre he sentido pr¨®xima, aunque naturalmente nunca me imagin¨¦ que llegar¨ªa a estar en ella, pero s¨ª la he sentido pr¨®xima, porque en ella hab¨ªa escritores que eran amigos y que yo respetaba, sobre todos ellos Vicente Aleixandre, que hab¨ªa sido mi maestro y que me hablaba o me escrib¨ªa muy a menudo de sus trabajos en la Academia".
"Mi candidatura a la Academia fue una sorpresa total y el hecho de mi relativa juventud tambi¨¦n, pero luego supe que el decano actual, Emilio Garc¨ªa G¨®mez fue elegido cuando ten¨ªa mi edad".
Otro hecho diferenciador en este cuasi acad¨¦mico -"no hay que olvidar que no estar¨¦ formalmente en la Academia hasta el domingo por la tarde, cuando haya le¨ªdo el discurso", puntualiza Gimferrer- es que se trata de un escritor que ha hecho gran parte de su obra en catal¨¢n y que fue en esta lengua en la que se revel¨® primero como poeta. ?Tampoco eso resulta especial? Por lo que Ginferrer explica, tampoco. "Hubo en la Academia una secci¨®n catalana que desapareci¨® y en ella estuvieron Eugenio d'Ors y Rubi¨® i Balaguer, por ejemplo. Ahora mismo hay otros catalanes, como Mart¨ª de Riquer. Lo ¨²nico que dicen los estatutos o el reglamento de la Academia -ahora mismo no me acuerdo d¨®nde lo dice- es que se puede elegir a personas de nacionalidad espa?ola que hayan demostrado conocimientos cient¨ªficos sobre las materias de que se ocupa la Academia o por su obra literaria, pero no se determina la lengua en que esa obra ha de estar escrita".
Biling¨¹ismo natural
El biling¨¹ismo literario parece ser, en Pere Gimferrer, m¨¢s una cuesti¨®n de orden mental y de organizaci¨®n del trabajo que una alternativa tr¨¢gica entre dos lenguas que ama y conoce excelentemente. Al igual que un enorme n¨²mero de catalanes, Pere Gimferrer ha sentido, escrito, trabajado y vivido toda su vida en castellano y catal¨¢n y, aunque a la hora de la poes¨ªa se decante generalmente por el catal¨¢n, eso no supone trastorno ni interrupci¨®n del discurso en castellano. "Estaba a punto de terminar un libro de poemas en catal¨¢n", explica, "y he debido interrumpirlo para preparar el discurso de ingreso, pero con toda seguridad lo terminar¨¦. A partir de ahora, como hasta ahora, escribir¨¦ en catal¨¢n o castellano seg¨²n el tipo de obra que haga; la poes¨ªa y la prosa m¨¢s o menos po¨¦tica en catal¨¢n y la prosa ensay¨ªstica en castellano. No creo que ser acad¨¦mico tenga nada que ver"."Cuando escribo, lo hago venciendo la inercia y la pereza y no hago planes sobre mi obra futura; en honor a la verdad, con haber escrito Fortuny me doy por satisfecho", asegura Gimferrer, pero seguidamente a?ade que "no son cosas que yo pueda planear, pero est¨¢ claro que me gustar¨ªa que hubiera algo que necesitase tanto escribir como Fortuny".
De hecho, la novela / prosa po¨¦tica que es Fortuny fue "un comienzo y un final" en la obra y en la vida de Pere Gimferrer. "En 1981 di por terminado el Dietari y muy poco antes hab¨ªa cerrado un ciclo de mi poes¨ªa con Mirall, Espai, Aparicions (Poes¨ªa 1970-1980), en donde recog¨ªa poemas de tres libros anteriores. En 1982 escrib¨ª Fortuny y esto fue un comienzo, porque era mi primera novela; bueno, yo creo que es una novela; y al mismo tiempo fue un final, porque Fortuny es lo que hab¨ªa querido hacer desde la adolescencia. As¨ª, en 1983-1984, me hall¨¦ en una especie de l¨ªnea divisoria, en el final de una etapa de mi vida. Luego vino la elecci¨®n a la Academia".
Esperanzado escepticismo
A modo de ment¨ªs de sus supuestas inercia y pereza, Pere Gimferrer parece contemplar el futuro con una especia de esperanzado escepticismo. "Siempre me ha parecido que escribir era una actividad un poco superflua y siempre he tenido muy claros los l¨ªmites de mis posibilidades como escritor. Yo s¨¦ que jamas ser¨¦ Dante o Leopardi y me pasa un poco lo que a Eliot que quer¨ªa que lo considerasen un poeta menor, aunque naturalmente, tampoco soy Eliot"."Ahora mismo, no tengo el estado de esp¨ªritu necesario para escribir novelas", confiesa Giniferrer, aunque con ello tampoco cierra ninguna posibilidad al futuro. "Fortuny s¨®lo lo pod¨ªa haber escrito a la edad que lo hice y desde luego nunca antes de haber le¨ªdo determinadas cosas o, por ejemplo, de haber visto Venecia. Pero tambi¨¦n hay poemas -por ejemplo Arde el Mar, que quiz¨¢ s¨®lo pod¨ªa haber escrito a los 20 a?os y ahora no podr¨ªa hacer; la poes¨ªa no se piensa: es una revelaci¨®n brusca a partir de un n¨²cleo confuso que se va expandiendo bajo el control de la raz¨®n". Aquejado a veces de inercia o de pereza, Pere Gimferrer es en todo caso un escritor centrado en su oficio. Ahora, en la vela de armas previa a llenar el hueco acad¨¦mico dejado por su maestro Aleixandre, el poeta no planifica su futuro, pero sigue meditando sobre la literatura, sobre el trabajo de escribir, que para ¨¦l es "una reducci¨®n de lo percibido a una pura realidad pl¨¢stica; todo se convierte en un ideograma quintaesenciado y universalizado; quiz¨¢ este proceso de recreaci¨®n y percepci¨®n es la esencia del trabajo art¨ªstico".
Babelia
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