Un exportador de ideas
Antonio Tovar Llorente, de quien Pedro La¨ªn Entralgo dijo que "aument¨® el n¨²mero de ideas espa?olas en circulaci¨®n por el mundo", fue una autoridad mundial en filolog¨ªa, un profesor de larga trayectoria a ambos lados del Atl¨¢ntico y un representante de la evoluci¨®n humanista que vivieron varios notables intelectuales en la reciente historia espa?ola.Quien m¨¢s tarde hab¨ªa de pasar cerca de 20 a?os en un exilio semivoluntario, naci¨® en Valladolid el 17 de mayo de 1911 y tuvo una infancia n¨®mada, al haber sido su padre notario en varias regiones. De muy ni?o aprendi¨® el euskera en el Pa¨ªs Vasco y, luego, el valenciano. Estudi¨® el bachillerato en Albacete y en 1930 se licenci¨® en derecho en El Escorial. Curs¨® tambi¨¦n Filosof¨ªa y Letras en Valladolid y Madrid, donde se doctor¨® en 1941 en Filolog¨ªa Cl¨¢sica, materia en la que lleg¨® a ser una autoridad mundial.
En 1967 fue elegido miembro de la Real Academia Espa?ola. Tambi¨¦n era miembro de la Academia de Ciencias de Heidelberg, honorario de la Real Academia de la Lengua Vasca y doctor honoris causa por las universidades de M¨²nich, Buenos Aires, Dubl¨ªn y Sevilla. Como acad¨¦mico de la Espa?ola, pertenec¨ªa al grupo de los ling¨¹istas, que se diferencia del de los literatos. La vig¨¦sima edici¨®n del Diccionario de la Academia incorpor¨® 20.000 cambios, y ¨¦l repas¨® de la g a la p.
Antonio Tovar fue un hombre multifac¨¦tico; su talento de ling¨¹ista dio pie incluso a la circulaci¨®n de historias. En cierta ocasi¨®n, ¨¦l precis¨® la que cuenta su rapid¨ªsimo aprendizaje del griego. Corr¨ªa el a?o 1933 y ¨¦l formaba parte, junto a Salvador Espriu y Guillermo D¨ªaz Plaja, de un grupo de estudiantes que navegaba por el Mediterr¨¢neo guiado por 30 profesores. Era la ¨¦poca de su especializaci¨®n, becado por la Junta de Ampliaci¨®n de Estudios. Al llegar a Atenas, Tovar llevaba consigo una gu¨ªa sencilla de griego moderno que se hab¨ªa aprendido durante el viaje. La noche de la primera escala no se acost¨®; pas¨® el tiempo hablando con camareros y taxistas, y por la ma?ana ya se hab¨ªa soltado.
Un pol¨ªglota
Cuando se le preguntaba cu¨¢ntos idiomas sab¨ªa, esquivaba la pregunta o se?alaba que "los que todo el mundo". Esto es, ingl¨¦s, franc¨¦s, alem¨¢n e italiano. Sin embargo, luego, en la conversaci¨®n, pod¨ªa aludir a un intercambio epistolar en ruso con un profesor de la universidad de Tiflis, en la URSS, o a la redacci¨®n que hizo de una gram¨¢tica en b¨²lgaro antiguo.
En 1942 comenz¨® a ejercer la c¨¢tedra de lat¨ªn en la universidad de Salamanca. En 1951 acept¨® el rectorado de esta universidad bajo el ministerio de Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, junto con el que dimiti¨® tras los sucesos de 1956. Dos a?os despu¨¦s, en 1958, emprendi¨® unexilio semivoluntario. En la universidad argentina de Tucum¨¢n dirigi¨® los estudios de Humanidades (1958-1959); de 1960 a 1961 y de 1963 a 1967 ense?¨® en la universidad de Illinois (Estados Unidos). En la universidad de Tubinga (RFA) dio clases de Ling¨¹¨ªstica Comparada hasta 1979, cuando regres¨® a Espa?a.
Fue el segundo espa?ol, tras Salvador de Madariaga, en recibir el Premio Goethe en 1981, otorgado por la fundaci¨®n alemana FVS, por su "labor en favor del acercamiento entre los pueblos" y por "haber defendido la libertad de investigaci¨®n y de ense?anza en su pa¨ªs, prefiriendo el exilio a la adaptaci¨®n".
En 1981 se jubil¨® de su c¨¢tedra de Filolog¨ªa en Madrid. En diciembre de 1984 obtuvo el I Premio Castilla y Le¨®n de las Ciencias Sociales.
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