Jos¨¦ Antonio Saavedra y Manuel Nevado
Dos sindicalistas que han levantado a los n¨²neros del pa¨ªs
Los dos son mineros, hijos de mineros. Los dos entraron con 18 a?os a arrancar carb¨®n. Ahora dirigen las federaciones de miner¨ªa de CC OO y de UGT. Pero, por encima de sus diferencias, se consideran amigos. Han estado codo a codo en m¨ªtines y asambleas. Juntos han llevado a los mineros a una huelga, y ayer encabezaron la protesta de los mineros de Teruel ante el Ministerio de Industria. Jos¨¦ Antonio Saavedra, Ant¨®n, secretario general de mineros de UGT, y Manuel Nevado, secretario general de miner¨ªa de CC OO.
Jos¨¦ Antonio Saavedra, padre de dos ni?os, tiene ahora 37 a?os. Ocho menos que Manuel Nevado -padre tambi¨¦n de dos ni?as-, que le ha conocido con pantal¨®n corto. Jos¨¦ Antonio, Ant¨®n, es -dicen- un rojo de UGT. Pero ¨¦l asegura que lo que pasa es que, por encima de todo, est¨¢n los mi neros, el sindicato. "Por encima de todo".Este asturiano de aire bonach¨®n y afable naci¨® en Aller y entr¨® a trabajar en la mina falsificando la firma de su padre minero, que no quer¨ªa para su hijo aquel trabajo. "Prohibi¨® a mi madre que me cogiera dinero. Me tuvo condenado". Ant¨®n tiene siete muertos en la familia, "y algo hay que hacer para que no mueran m¨¢s. Los sindicatos pedimos una pol¨ªtica minera que contemple, entre otras cosas, la seguridad de las explotaciones. Todo va unido, la defensa del carb¨®n y la defensa de las vidas. ?Cu¨¢ntos muertos m¨¢s tiene que haber para que el Gobierno se conciencie, para que los empresarios dejen de pensar ¨²nicamente en la producci¨®n?".
De amigos y familiares muertos en las minas los dos tienen recuerdos. Manuel Nevado dice que "un d¨ªa te pones a pensar, y te das cuenta de la cantidad de amigos que has ido perdiendo en los pozos". Un hermano suyo qued¨® inv¨¢lido a consecuencia de un accidente. Tiene otro ya jubilado, tambi¨¦n minero. El padre de Ant¨®n tiene silicosis.
Manuel Nevado es cordob¨¦s, de Espinel. Su padre emigr¨® a Asturias. Fue minero. Y ¨¦l a los 18 a?os entr¨® en el pozo Entrego, de ayudante de barrenista. "Me echaron con el mejor picador -?te acuerdas, Ant¨¢n, de Rodrigo?-, ¨¦l me ense?¨® a trabajar en la mina". Ant¨®n se acuerda. Y ahora hablan de Filichu, que en los a?os sesenta, subido en un banco, gritaba: "Compa?eros, ha llegado la hora de derrotar al fas cismo". "Hasta que lleg¨® la poli c¨ªa y se lo llev¨®".
Manuel Nevado tiene ahora 45 a?os y canas en los aladares. Una vez, en una de las ca¨ªdas, la polic¨ªa -"?te acuerdas de Ramos?"- le ofreci¨® dejar la mina y pasar a Ensidesa a cambio de informaci¨®n. "Eso era muy corriente. Si cantabas, ten¨ªas un trabajo y un sueldo asegurado. A ver...", dice Saavedra, mientras se ajusta su inseparable boina. Ninguno de los dos pas¨® a Ensidesa. Y siguen en la mina. Viven de su sueldo, de las horas sind¨ªcales. Unas 96.000 pesetas limpias. El sindicato les paga unas magras dietas que apenas dan para mal dormir en alguna pensi¨®n. "A m¨ª", dice Nevado, "me dan 1.000 pesetas para dormir en Madrid. Ya me contar¨¢s".
Hablan con orgullo de que muchos mineros se "sorprenden y alegran" cuando los ven juntos. "Aunque hayamos tenido enfrentamientos gordos, en lo fundamental estamos de acuerdo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.