El misterio de la dramaturgia
La dramaturgia fue, y sigue si¨¦ndolo en el lenguaje diario, el arte y el oficio del autor dram¨¢tico Se supon¨ªa que quien practicaba esta forma de la literatura introduc¨ªa su creaci¨®n en una preceptiva espec¨ªfica, de la misma forma que el poeta pod¨ªa introducir pensamiento y met¨¢foras en, por ejemplo, un soneto. Los grandes autores eran capaces de inventar su dramaturgia en cuanto a lo material, pero conservando unas reglas inmateriales, invisibles, de teatralidad.Recientemente se ha dado en Alemania el valor de dramaturgia a un oficio derivado, intermedio entre el autor y el director de escena: el dramaturgista -palabra propuesta por el franc¨¦s Parvis para distinguir ese oficio del de dramaturgo- es alguien capaz de modificar - o adaptar el texto, asesorar al autor, al actor y al director, crear- una teatralidad; en muchos teatros alemanes se le atribuye la facultad de programar, la de explicar la obra en los programas de mano, la de subrayar sentidos sociales y pol¨ªticos. Ser¨ªa una especie de comisario.
Fantastic calendro, de Luis Ara¨²jo; La llamada es del todo inadecuada, de Yolanda Garc¨ªa Serrano, Sintac, de Jos¨¦ Mar¨ªa Arias
(Las tres gracias).Int¨¦rpretes: Miguel ?ngel S¨¢nchez, Luis L¨¢zaro, Diana An¨®nimo, Isabel Ordaz, Aitor Tejada, Pepa Cerezo, Roberto Cerd¨¢, Ar¨¢nzazu de Juan. Ilustraciones musicales de Luis Amaya. Espacio esc¨¦nico e iluminaci¨®n de Jes¨²s Campos. Direcci¨®n, de los autores. Estreno: C¨ªrculo de Bellas Artes, Sala de Columnas. Madrid.
Esta aparici¨®n procede de la tendencia creciente a la divisi¨®n del trabajo en el teatro, a la utilizaci¨®n de textos antiguos o no escritos especialmente para el teatro, a marcar un sello o estilo ¨²nico en las producciones de una determinada instituci¨®n que podr¨¢ contratar distintos directores, escen¨®grafos o actores, o programar autores muy distintos, pero cuyo dramaturgista de plantilla ser¨¢ siempre el mismo -o el mismo equipo-.
En Espa?a esta profesi¨®n no existe, aunque haya algunas personas a las que quepa llamar dramaturgistas -por sus conocimientos y por su pr¨¢ctica-, que algunas veces son contratadas por directores de escena para ayudarles; la Administraci¨®n p¨²blica trata de introducirla y premia su contrataci¨®n y su inclusi¨®n en las plantillas.
"Zorra idea"
El Centro Nacional de Nuevas Tendencias encarg¨® un taller de dramaturgia -para formar dramaturgistas- al autor Jes¨²s Campos, que dirige las actividades teatrales del C¨ªrculo de Bellas Artes. El cual escribe ahora: "La verdad es que si hay alguien que no tiene ni zorra idea de lo que se tiene que explicar en un taller semejante, ese soy yo". Y acept¨® el encargo. Limit¨® a ocho sus alumnos, y de ellos seleccion¨® tres, cuyas propuestas -otro t¨¦rmino de moda, para sustituir al de obra y con el mismo sentido de disminuir el papel del autor, el cual propone lo que otros modifican, adaptan, reforman, meten en el escenario- se estrenan ahora en la Sala de Columnas del C¨ªrculo, con el t¨ªtulo gen¨¦rico de Las tres gracias, que debe tener un contenido ir¨®nico. Son ejercicios de dramaturgia.En el primero, Fantastic calentito, de Luis Ara¨²jo, la dramaturgia est¨¢ en un pianista embozado que pulsa acordes l¨²gubres en un espacio oscuro, en el que el espectador busca asiento a tropezones; bajan unos monstruos de goma, que son mutantes de los de despu¨¦s del hongo, tocan al p¨²blico -los humanos, tan calentitos y suaves- y dialogan sobre su condici¨®n con un lenguaje de ordenador y de comic, con dejes de Beckett.
El segundo, La llamada es del todo inadecuada, de Yolanda Garc¨ªa Serrano, entra en el teatro del absurdo con una conversaci¨®n de gal¨¢n y dama en la que la dama est¨¢ obsesionada por las frecuentes llamadas telef¨®nicas de un perro. El gran efecto es que, tras los enormes ventanales, el decorado es real: los tejados de Madrid, en una noche lluviosa, con los humos de las calefacciones y las luces de balizaje de algunas alturas: la lecci¨®n de dramaturgia que se desprende es que si se encierra un trozo de realidad en un marco ins¨®lito, con otra luz, con otro contexto, se transforma inmediatamente en magia teatral.
Di¨¢logo al borde
Sintac, de Jos¨¦ M. Arias, es el di¨¢logo al borde de una piscina:, di¨¢logo que es pastiche de cheli y de lirismo, que ser¨ªa muy interesante si se dijese algo con ¨¦l. La dramaturgia est¨¢ en el efecto de la piscina, y de la ficci¨®n natatoria que rasga su superficie y deja salir de ella un humo sugerente.Son ejercicios de escolares, inclinados hacia la teatralidad: buscarles un contenido de literatura dram¨¢tica es in¨²til. Pero se puede encontrar su m¨¦rito principal en el espect¨¢culo.
El espacio esc¨¦nico y la iluminaci¨®n los firma Jes¨²s Campos, y en ellos -se encuentra la densidad, la trivialidad o el misterio, la atm¨®sfera, la creaci¨®n de una preceptiva, el efecto. Jes¨²s Campos es un autor, y ha hecho cari?osa y bellamente su trabajo para envolver el de sus alumnos.
Como todo ello dura justamente muy poco tiempo, se puede uno detener en esa Sala de Columnas para admirar el trabajo de Jes¨²s Campos, el del m¨²sico Luis Amaya y el del dise?ador y realizador de los monstruos, Amador Rehak.
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