Unas elecciones no f¨¢ciles para la izquierda
La derecha puede ganar las elecciones presidenciales en Portugal, a juicio del articulista. Entre los factores que explicar¨ªan este resultado se?ala las divergencias entre la Presidencia de la Rep¨²blica y el Gobierno, la situaci¨®n econ¨®mica y la divisi¨®n de la izquierda. Independientemente M resultado final, la sociedad pol¨ªtica cambiar¨¢, los partidos tendr¨¢n que reestructurarse y el actual equilibrio inestable dar¨¢ lugar a nuevas clarificaciones.
El triunfo reciente de la derecha y del centro-derecha en las elecciones parlamentarias portuguesas puede repetirse, ahora, en las elecciones presidenciales del 26 de enero. Al menos en la primera vuelta, y si no hay -como no parece- cambios sustanciales en el desarrollo de la campa?a (renuncia de alg¨²n candidato de la izquierda). Una victoria definitiva de la derecha introducir¨ªa una din¨¢mica pol¨ªtica muy distinta, con reestructuraci¨®n del sistema de partidos y con el fin del consenso social que, has ta el momento, hab¨ªa dominado la escena pol¨ªtica portuguesa. Varios factores coadyuvan a que, en la primera vuelta, gane el candidato conservador. Unos, de car¨¢cter institucional, es decir, la divergencia cr¨®nica entre la Presidencia de la Rep¨²blica y el Gobierno que, de forma especial, ha afectado al centro-izquierda (partido de Mario Soares) y que ha conducido a una ambig¨¹edad de competencias y a una devaluaci¨®n, ante la opini¨®n p¨²blica, de la vida pol¨ªtica institucional. Otros, econ¨®micos, con una evidente agravaci¨®n de la situaci¨®n social que, tambi¨¦n, ha afectado -a pesar de los esfuerzos- al centro-izquierda socialista. Y, finalmen te, la divisi¨®n de la izquierda (socialistas, progresistas, populistas, comunistas), con cuatro candidatos oficiales, frente a un ¨²nico candidato de la derecha. La disoluci¨®n anticipada del Parlamento, hecha por el presidente Eanes, que motiv¨® las elecciones parlamentarias, fue el punto de partida y el deslizamiento hacia la actual disgrega ci¨®n de los sectores de centro-izquierda (Soares, Zenha, Pintasilgo) e izquierda (PC). En estas elecciones pasadas hubo tres datos significativos que pueden marcar un cambio de rumbo im portante en la sociedad pol¨ªtica portuguesa: la desviaci¨®n del electorado hacia una derecha y centro-derecha (con Cavaco, actual primer ministro); un espectacular auge del partido-movimiento eanista, reci¨¦n creado (el PRD), y, por ¨²ltimo, un retroceso importante, como voto castigo, del partido socialista, que lidera, desde su fundaci¨®n, Mario Soares, hasta ahora representante indiscutible de la izquierda no comunista.
Las elecciones presidenciales hay que situarlas dentro de este marco agitado y dividido. El electorado portugu¨¦s tiene as¨ª una opci¨®n clara de derecha, con Freitas do Amaral, apoyado por socialdem¨®cratas (parcialmente), conservadores y democristianos. Freitas se perfila, sin duda, en la primera vuelta, como un candidato seguro, pero, previsiblemente, no obtendr¨¢ la mayor¨ªa absoluta. En esta primera vuelta, la cuesti¨®n remite a los cuatro candidatos de la izquierda y centro-izquierda. Es decir, quien, junto con Freitas, se dispute, en la segunda vuelta, la Presidencia de la Rep¨²blica.
Cuatro candidatos
De los cuatro candidatos de la izquierda/centro-izquierda (Mar¨ªo Soares, Francisco Salgado Zenha, Mar¨ªa Lourdes Pintasilgo, ?ngel Velasco), este ¨²ltimo, del PC, es s¨®lo testimonial: el partido comunista ha dado ya, oficialmente, su apoyo a Zenha, y s¨®lo a efectos de espacios en los medios de comunicaci¨®n estatal mantiene nominalmente a Velasco. Salgado Zenha, un hist¨®rico dirigente socialista y viejo luchador antifascista, junto con Mario Soares, unidos hasta hace muy poco en una fraternal amistad, recibe, as¨ª, junto al apoyo del PC, el apoyo del presidente Eanes, personal y de su partido (el PRD), de sectores progresistas y, eventualmente, de socialistas cr¨ªticos. Mario Soares, por su parte, es el candidato oficial del partido socialista, recogiendo sectores diversos, sociales y pol¨ªticos, de centro y de izquierda. Soares, si no hubiese habido disoluci¨®n, ser¨ªa el candidato con m¨¢s posibilidades, por su liderazgo hist¨®rico y por su imagen moderada dentro del socialismo. Finalmente, Pintassilgo expresa la contestaci¨®n populista, como asiento tradicional en Portugal, casi sebastianista, pero sin apoyos partidistas, que pretende obtener votos entre los descontentos de la izquierda y, en parte, del centro.
Descartando, como no probable, que ni la derecha ni la izquierda obtengan la mayor¨ªa absoluta en la primera vuelta, hay dos hip¨®tesis: una, que el 26 de enero se sit¨²en Freitas y Soares, y dos, que se sit¨²en Freitas y Zenha. (Pintasilgo, a pesar de su entusiasmo, tiene pocas posibilidades de entrar en liza). Y uno de los dos candidatos de la izquierda competir¨¢, en la segunda vuelta, con el dirigente conservador. ?Qui¨¦n de los dos candidatos de la izquierda tiene m¨¢s probabilidades de ganar a Freitas? No es f¨¢cil la respuesta. Si es Soares quien compite con Freitas, Zenha ha anunciado ya que le apoyar¨ªa. En esta hip¨®tesis, Soares ser¨ªa un competidor duro para el candidato de la derecha. En la hip¨®tesis de que Zenha sea la opci¨®n de la izquierda, el partido socialista se ver¨ªa tambi¨¦n obligado a apoyarle. Pero la actual divisi¨®n y enfrentamiento de las fuerzas izquierdistas dejan muchas sombras para una victoria clara.
La joven democracia portuguesa, con estas elecciones, en las que ya no hay un candidato militar, inicia un nuevo camino. Gane la derecha o la izquierda, la sociedad pol¨ªtica va a cambiar y a movilizarse: los partidos tendr¨¢n que reestructurarse, la din¨¢mica social va a adquirir nuevas coordenadas y el actual equilibrio inestable dar¨¢ lugar a necesarias clasificaciones.
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