Los madrile?os acompa?aron al alcalde toda la madrugada en la capilla ardiente de la Casa de la Villa
La extensa cola de madrile?os que quisieron rendir un ¨²ltimo homenaje al alcalde no qued¨® interrumpida en toda la madrugada de ayer. A las 4.30, la cola se alargaba por la calle Mayor y segu¨ªan llegando personas. Los m¨¢s trasnochadores coincidieron con los m¨¢s madrugadores. Las tres universidades de Madrid y gran n¨²mero de comercios y colegios p¨²blicos y privados paralizaron sus actividades ayer por la tarde. El Metro suspendi¨® el servicio durante cinco minutos, coincidiendo con el comienzo de la conducci¨®n del cad¨¢ver, y en numerosos centros de trabajo se guard¨® un minuto de silencio a las doce de la ma?ana. Para cuando se cerr¨® al p¨²blico la capilla ardiente, a la una de la tarde, el f¨¦retro del viejo profesor estaba rodeado de millares de claveles y rosas. A esa hora, el jesuita Jos¨¦ Mar¨ªa de Llanos imparti¨® al cad¨¢ver la bendici¨®n.
La capilla ardiente, instalada en el Patio de Cristales de la Casa de la Villa, por donde han desfilado durante 27 horas cientos de miles de personas, se cerr¨® a la una de la tarde de ayer. "Venga, deprisa, sigan adelante, a ver si puede pasar todo el mundo", dec¨ªa un ujier a los vecinos minutos antes de la una. Hubo protestas y decepci¨®n entre aquellos que, despu¨¦s de aguardar varias horas, se quedaron a las puertas del Ayuntamiento por falta material de tiempo.Una pareja de j¨®venes fueron las ¨²ltimas personas que pudieron acceder al Patio de Cristales. "Nos ha costado un poco de trabajo venir", dijeron a la salida, "por la pena que nos daba, pero al final nos decidimos. Tierno fue un buen alcalde y un buen hombre, nos parece".
El f¨¦retro con los restos mortales de Enrique Tierno estaba pr¨¢cticamente cercado por claveles, rosas y lirios que los vecinos arrojaban a sus pies y los funcionarios municipales api?aban junto al cuerpo del alcalde. Apoyada en la madera, una corona de flores de la Asociaci¨®n de Vecinos Carabanchel-San Isidro con el nombre del alcalde formado por claveles rojos. Decenas de coronas y ramos de flores se fueron depositando a lo largo de la ma?ana en la fachada exterior del Ayuntamiento. Coronas ofrecidas por todos los estamentos y organismos oficiales, por grupos de j¨®venes, por colegios, por sindicatos mineros o embajadas.
En el Patio de Cristales, Encarna P¨¦rez, la viuda, aguantaba a pie firme y con el rostro sereno el paso de las horas. A veces, una sonrisa apenas esbozada de agradecimiento a la anciana que lanzaba un beso a Tierno. El silencio del velatorio s¨®lo era interrumpido de cuando en cuando por una frase cari?osa, o por gestos como el de un anciano, apoyado en su bast¨®n, que inici¨® las primeras estrofas de La Internacional y desapareci¨® sin detenerse.
Durante toda la ma?ana continu¨® tambi¨¦n el desfile ininterrumpido de personalidades, alcaldes y representaciones municipales de todo el mundo -Lisboa, Luxemburgo, Burdeos, Ciudad de M¨¦xico, Colonia, Managua, La Habana, Lima, Nueva York, Par¨ªs-, embajadores, pol¨ªticos, funcionarios municipales, el equipo m¨¦dico que atendi¨® a Tierno y amigos personales del alcalde. En representaci¨®n de los Reyes de Espa?a acudieron el jefe y el secretario general de la Casa Real, Marqu¨¦s de Mond¨¦jar y general Sabino Fern¨¢ndez Campos, respectivamente. La lista ser¨ªa casi interminable.
Un minuto de silencio
El alcalde de Lisboa, Nuno Krus, se arrodill¨® ante los restos mortales de Tierno. Llegaron Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona; el padre Llanos, que bendijo el cuerpo; Fernando Mor¨¢n, cuya presencia durante la enfermedad y los funerales de Tierno ha venido suscitando expectaci¨®n; Jos¨¦ Barrionuevo, Enrique M¨²gica, Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, Javier Solana, Narc¨ªs Serra, Joaqu¨ªn Satr¨²stegui y, cerca de las tres de la tarde, el cardenal arzobispo de Madrid-Alcal¨¢, ?ngel Suqu¨ªa; el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, con su esposa, Carmen Romero, y el vicepresidente, Alfonso Guerra.
La universidad Aut¨®noma, de la que Tierno fue profesor, suspendi¨® sus actividades desde el lunes y concedi¨® al alcalde la Medalla de Oro de la instituci¨®n. La Complutense y la Polit¨¦cnica suspendieron tambi¨¦n las clases ayer por la tarde para posibilitar la asistencia a los funerales. La mayor parte de los colegios p¨²blicos y privados, por decisi¨®n de sus respectivas juntas rectoras, suspendi¨® tambi¨¦n las clases.
En gran n¨²mero de centros de trabajo se guard¨® a las doce de la ma?ana un minuto de silencio, entre ellos en EL PA?S. La iniciativa fue acordada por las centrales sindicales CC OO y UGT y secundada por organizaciones de peque?os empresarios y comerciantes. Las ejecutivas de ambos sindicatos salieron a la puerta de sus respectivas sedes y observaron el minuto de silencio. Vecinos asomados a los balcones, transe¨²ntes y automovilistas que detuvieron sus veh¨ªculos se sumaron a la iniciativa. El minuto de silencio fue observado tambi¨¦n por los diputados del Congreso, para homenajear la memoria "del buen alcalde de Madrid", seg¨²n palabras del vicepresidente primero de la C¨¢mara, Leopoldo Torres.
Las personas que se encontraban en la calle Mayor, en la Puerta del Sol y en las inmediaciones del Ayuntamiento, o que aguardaban ya el comienzo de la comitiva f¨²nebre, observaron tambi¨¦n el minuto de silencio.
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