Emilio Lled¨®: "Las peque?as noticias pueden llegar a paralizar el pensamiento"
El fil¨®sofo diserta sobre la pol¨ªtica y la felicidad
El catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Emilio Lled¨® pronunci¨® el pasado martes, en la Fundaci¨®n Juan March de Madrid, la primera de una serie de conferencias (el autor prefiere llamarlas "clases universitarias") que llevan por t¨ªtulo Pol¨ªtica y felicidad. Seg¨²n el fil¨®sofo, autor de obras como Filosof¨ªa y lenguaje y La ¨¦tica de Arist¨®teles, las peque?as noticias pueden llegar a "paralizar el pensamiento" si no son "contrasta das con nuestro propio juicio".
Nacido en Sevilla hace 57 a?os y licenciado en la universidad de Madrid, Emilio Lled¨® prepar¨® su doctorado en Heidelberg y es en la actualidad catedr¨¢tico de Filosofia de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia. Su disertaci¨®n result¨® brillante y apasionada. En ella, el fil¨®sofo hizo un repaso hist¨®rico y filol¨®gico del t¨¦rmino felicidad. Para volver a poner en relaci¨®n la pol¨ªtica con la felicidad, Lled¨® propuso una "recuperaci¨®n de estos conceptos".Pregunta. ?D¨®nde confluyen dos t¨¦rminos vulgarmente tan antag¨®nicos como pol¨ªtica y felicidad?
Respuesta. Por un lado est¨¢ la esfera de lo subjetivo, la lucha por la felicidad, sin la que ninguna vida humana tendr¨ªa sentido; por otro, la esfera de lo objetivo, la pol¨ªtica, la organizaci¨®n colectiva de los individuos. Esta esfera puede fecundar o ser un estorbo para esa posible felicidad. Estamos ante una contradicci¨®n que hay que salvar. ?C¨®mo puede conseguirse? En primer lugar, con la propia afirmaci¨®n y posibilitaci¨®n de la individualidad; en segundo t¨¦rmino, contribuyendo a que la organizaci¨®n de lo colectivo no frene el desarrollo de lo individual. El punto de confluencia entre ambos t¨¦rminos est¨¢ en la sociedad. Lo que yo planteo no es crear una teor¨ªa, sino seguir la historia de estas palabras, ver cu¨¢l ha sido el contexto en el que se han interpretado y desarrollado.
Pol¨ªtica real y sociedad
P. ?No cree que hoy d¨ªa se distancia la pol¨ªtica real de la sociedad real?R. Sin duda, pero hay que tender a que no se distancien. Hay una forma de hacer pol¨ªtica que es absurda porque se est¨¢ olvidando del hombre, y la pol¨ªtica debe ser para los hombres, para que sean felices. Habr¨ªa que reflexionar, volver a plantearse las cosas fundamentales. Una de ellas es la educaci¨®n, que creo que debe ser una idea obsesiva en pol¨ªtica. La felicidad de lo ciudadanos no se basa en extraer petr¨®leo, sino en lo que se puede extraer de los cerebros.
P. Usted ha dicho en su conferencia: "Estar informado no quiere decir pensar".
R. Una de las fuentes de la in felicidad es negar las fuentes del conocimiento. Estamos invadidos de peque?as noticias, que pueden llegar a paralizar el pensamiento. Lo importante es. lo que el ser humano, cada uno en su medida, sea capaz de hacer con los datos. Para estar informado hay que estar antes formado. Debemos contrastar los datos con nuestro propio juicio, y en eso se fundamenta la ense?anza. Creo que hoy debe hacerse una defensa de las viejas humanidades. La palabra humanismo es maravillosa. Tambi¨¦n debemos reflexionar sobre el lenguaje. Las palabras han sufrido un gran empobrecimiento, y debemos considerar que lo que hoy son t¨¦rminos, para los griegos, por ejemplo, no eran m¨¢s que palabras que nombraban objetos o conceptos muy concretos. El pasado es lo que nos da fondo, y el pasado no es sino el lenguaje.
La clase pol¨ªtica espa?ola
P. ?C¨®mo ve usted a la clase pol¨ªtica espa?ola actual?R. No me atrevo a dar consejos. Pero, basado en Arist¨®teles, podr¨ªa decir que ser un gran pol¨ªtico debe concocer, entender y llegar al fondo de la realidad humana, tener un gran componente de filantrop¨ªa sin abandonar o renegar del juego de la pol¨ªtica. De otra forma se hace una pol¨ªtica que s¨®lo crea im¨¢genes.
P. ?C¨®mo podemos hoy ser m¨¢s felices?
R. Una de las cosas fundamentales es el cultivo del cuerpo y de la inteligencia. Se trata de defender esas cosas tan modestas que son la propia vida. La felicidad no es una palabra bonita, sino defender la vida como posibilidad. Nunca negar oportunidades a la vida. Aqu¨ª se inserta la pol¨ªtica, que deber posibilitar al ser humano. Este es el entramado b¨¢sico de mi exposici¨®n.
Babelia
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