El encajero
An¨ªbal G¨®mez Gonz¨¢lez, de profesi¨®n jubilado. An¨ªbal G¨®mez Gonz¨¢lez, menor de sesenta, encajero de bolillos, ya no encaja sus encajes, por la cosa de la reconversi¨®n industrial, que las m¨¢quinas han salido buenas encajeras. Hombres encajeros hay pocos, pero los hay. An¨ªbal era uno de ellos: -Vot¨¦ a Felipe en el 82. A Fraga que le voten los banqueros, me dije digo.
Vot¨® a Felipe en el 82. An¨ªbal G¨®mez Gonz¨¢lez, de profesi¨®n jubilado, esta vez no va a votar a nadie. Se jubila a todos los efectos.
-?Sabe usted que jubilaci¨®n viene de j¨²bilo?
-No me ande con co?as, don Francisco.
An¨ªbal G¨®mez Gonz¨¢lez, con no ser nadie, ya tiene sobre ¨¦l a las multinacionales de la jubilaci¨®n y el reaseguro. Todos le garantizan un retiro a su voluntad, pero tienen nombres forasteros y ¨¦l no se f¨ªa: "Me han jubilado antes de tiempo, don Francisco y me han dado una prima, pero un hombre no es hombre sin su oficio, as¨ª que me he resignado con lo m¨ªo, ya usted sabe, el montep¨ªo, lo de toda la vida pero ahora vienen unos como alemanes y me dicen que fije yo mismo la cuant¨ªa de la prima b¨¢sica, o sea otra prima, que lo he consultado con mi se?ora y tampoco sabe lo que es eso, ?usted sabe qu¨¦ es eso de la prima b¨¢sica, don Francisco?". An¨ªbal G¨®mez Gonz¨¢lez, encajero, pudiera parecer un maestro de obras retirado y un poco rojo, si no fuese por las manos, finas manos de encajera, m¨¢s que de encajero, manos de escritor estilista o de pianista de provincias. Las multinacionales le fijan suasoriamente la periodicidad de pago, aunque le dicen que la fije ¨¦l. Sobre un mapa gris/triste de parados nacional/ prematuros se cierne el buitre de hierro de las multinacionales aseguradoras, que no es que vayan a despojar al parado/jubilado, pero pensamos que ese sistema de protecci¨®n podr¨ªa argumentarlo el propio Estado espa?ol para que todo quedase en casa.
-?Y las primas flexibles, don Francisco? Me asustan con las primas flexibles.
An¨ªbal G¨®mez Gonz¨¢lez no lo tiene claro. Yo le aseguro que la multinacional no viene a robarle la boina. S¨®lo que nuestros jubilados prematuros, y los otros, han pasado a la cartera de negociaciones internacionales, con los coches de Almusafes, las v¨¢lvulas card¨ªacas de cordero, los buenos seriales de televisi¨®n, el trigo, verde como el trigo verde, que les vendemos, y las piezas de recambio que les fabricamos y nos vuelven a vender. An¨ªbal G¨®mez Gonz¨¢lez, de profesi¨®n jubilado, que no llega a los 60, algunas ma?anas, en casa, coge los bolillos y se pone a hacer encaje.
-Para mis nietas, don Francisco, ya usted sabe.
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