Desde la responsabilidad pol¨ªtica
Con el obligado reconocimiento de la posibilidad de estar equivocados, tanto en el objetivo como en la estrategia, tanto en lo que se piensa y se desea como en lo que se hace para intentar verlo hecho realidad, es necesario dar modesta explicaci¨®n, ante las comprensibles cr¨ªticas que se est¨¢n vertiendo sobre el comportamiento de los militantes del PSOE que se agrupan en la corriente de opini¨®n de Izquierda Socialista, admitiendo que las cosas no se ven igual desde fuera como se ven desde dentro.Parece que, detr¨¢s de alguna de esas cr¨ªticas a un inexistente silencio, cuando la corriente de Izquierda Socialista ha dicho, y bien alto, lo que piensa, acertados o no, detr¨¢s del tratamiento despectivo a nuestra escasa fuerza num¨¦rica, y con la no ocultada satisfacci¨®n por nuestra comprobada insignificante influencia, late el deseo de que este n¨²cleo de socialistas culmine su trayecto en la m¨¢s dura confrontaci¨®n con la direcci¨®n del partido, u opte, de una vez, por la escisi¨®n y salida del PSOE.
Si as¨ª ocurriera, muchos de esos medios de comunicaci¨®n que paladina o encubiertamente nos invitan a ello volver¨ªan a reproducir los inolvidables editoriales y ep¨ªtetos con que nos obsequiaron en aquella primavera de 1979, cuando los que entonces se llamaban gen¨¦ricamente los cr¨ªticos osaron enfrentarse a una forma de gobierno del partido poco ejemplar y justificaron la puesta en escena de la paradigm¨¢tica ¨¦tica del secretario general. Dichos medios de comunicaci¨®n aceptaron entonces, sin la menor reserva ni comprobaci¨®n, la bien trabada fabulaci¨®n de una operaci¨®n conspirativa contra Gonz¨¢lez, que la organizaci¨®n de aquel 28? congreso fabric¨®, con todo desparpajo, ya que era m¨¢s f¨¢cil aceptar esta posici¨®n frente al inc¨®modo esfuerzo de realizar un an¨¢lisis m¨ªnimamente riguroso, cuando adem¨¢s esta actitud glorificadora del gesto espectacular les hac¨ªa m¨¢s gratos a los ojos del l¨ªder triunfador.
Es curioso que se coincida por tirios y troyanos en lo poco ejemplar y ¨²til que resulta ver saltar hechos pedazos a los partidos, como lamentablemente ha ocurrido en UCD o en el PCE, por no saber encontrar su dial¨¦ctica interna sensatamente, en el seno de estas organizaciones con un articulado juego de corrientes, y precisamente cuando algunos tratamos de ir, desde dentro, llevando a los partidos hacia la democracia interna que exige la Constituci¨®n, en un esfuerzo nada f¨¢cil, ya que a los aparatos de los partidos no conviene este proceso, que pone en peligro su fruct¨ªfera oligarquizaci¨®n, se vuelca el tarro de las descalificaciones, o bien tild¨¢ndonos de rencorosos inconformistas o, a sensu contrario, de guindas de adorno, ya que no se?alamos las diferencias, visible y gr¨¢ficamente, con la ruptura total, pasando a engrosar el censo de siglas y corp¨²sculos de la izquierda que olvida en sus rencillas al enemigo principal.
Equivocados o no, creemos tener ese sentido de la responsabilidad, que obliga a apretar los pu?os y las mand¨ªbulas y a encajar bastante incomprensi¨®n y cr¨ªtica injusta, dentro y fuera de la organizaci¨®n. Lo f¨¢cil es lo otro, poner los pies en la pared, dar la patada a la mesa camilla, o dejarse arrastrar a cualquier grosera provocaci¨®n de los aparatistas para incurrir en las iras de los que ya se relamen ¨¢vidos de solu
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Desde la responsabilidad pol¨ªtica
Viene de la p¨¢gina 11 .cionar las cuestiones pol¨ªticas a golpes de depuraci¨®n.
Hay m¨¢s que suficientes motivos de hartura. No es c¨®modo ser tildado de insolidario por la burocracia a la que el dibujante M¨¢ximo llama tan acertadamente los imb¨¦ciles org¨¢nicos, y recibir diariamente lecciones de socialismo, de ¨¦tica, de pol¨ªtica, de Estado de quienes es obvio que representan todo lo contrario, contando con la ventaja de que los receptores de estas doctorales lecciones, por un acendrado sentido de la importancia de la unidad del partido, y del cari?o a su historia, refrenamos nuestra tentaci¨®n de dar cumplida respuesta a tanto inolcultable oportunismo, petulancia y arrogancia de la mediocridad o la picard¨ªa.
Motivos de inclinaci¨®n al alejamiento nos sobran, siendo conscientes de que el proyecto de construcci¨®n de un partido socialista de corrientes se nos est¨¢ quedando convertido, en la realidad, en la dicotom¨ªa de un aparato burocr¨¢tico, electoral, de poder institucional, frente a una cercada corriente de opini¨®n, Izquierda Socialista, admitida como acompa?amiento y ornato; pero esos motivos no pesan, hoy por hoy, tanto como pesa el propio sentido de responsabilidad, la conciencia del compromiso y la certeza de lo poco acertado, pol¨ªticamente hablando, que ser¨ªa el fomentar actitudes fraccionalistas, en una izquierda tan fraccionada y confundida.
Hemos de aceptar, bien lejanos de todo dogmatismo, la cr¨ªtica, el comentario despreciativo y disciplente y, l¨®gicamente, la incomprensi¨®n desde el aludido reconocimiento de todas nuestras contradicciones y posibles equivocaciones, pero, por favor, que no se hagan juicios de intenci¨®n, una vez m¨¢s, en virtud de los cuales un d¨ªa fuimos considerados unos alborotadores irresponsables frente a la ejemplar actitud de un secretario general, y hoy somos acusados de silentes c¨®mplices de aquel a quien los mismos medios de comunicaci¨®n y los mismos cen¨¢culos pol¨ªticos han convertido hoy en la personificaci¨®n de la actitud m¨¢s rechazable en la pol¨ªtica actual, en esa tentaci¨®n pendular de estar a la moda, o seg¨²n soplan los vientos.
Creemos que debemos seguir con este modesto proyecto de construcci¨®n de un partido democr¨¢tico, relamente democr¨¢tico, desburocratizado, participativo, igualitario, socialista en suma, aut¨¦ntico mediador social, que sea un anticipado ejemplo de la sociedad que se quiere construir y que, conservando sus se?as de identidad, en permanente an¨¢lisis de la realidad, sepa dar respuestas socialistas y modernas a nuevos problemas, al servicio puro y simple de aquellas capas de poblaci¨®n que siguen soportando la explotaci¨®n econ¨®mica, la dominaci¨®n pol¨ªtica y la manipulaci¨®n ideol¨®gica, evidentemente desde la ¨¦tica, desde la coherencia, desde la modestia y desde la tolerancia, que son indisociables del socialismo democr¨¢tico.
Somos bastante autocr¨ªticos, nunca lo suficiente, pero nos gustar¨ªa que quienes con todo derecho nos critican hicieran tambi¨¦n su peque?a autocr¨ªtica y reconozcan que en este pobre resultado que hoy se nos ofrece tienen su tanto de culpa al haber sido voceadores incontinentes e incontenidos del culto a la personalidad, del que hoy quieren culpar a otros, y sobre cuyo sentido de responsabilidad quieren hacer recaer ahora el papel de rompedores o vengadores. Algunos de nosotros, porque entonces no fuimos seducidos, no creemos estar si¨¦ndolo ahora y procuraremos no serlo en el futuro, ya que lo que a algunos deslumbr¨® y encandil¨® sab¨ªamos lo que era y vislumbr¨¢bamos anticipadamente lo que ser¨ªa.
La corriente de Izquierda Socialista, pacifista y por ello defensora de la neutralidad y del descompromiso ot¨¢nico, no ha hecho nunca el planteamiento reduccionista de OTAN s¨ª o no, y tampoco ha dado por zanjado este debate, porque ¨¦ste es un aspecto muy parcial de algo m¨¢s importante: el modelo de sociedad y la racionalizaci¨®n de la econom¨ªa, al servicio de los seres humanos, de su dignidad, de sus aut¨¦nticas necesidades, por lo que si corremos alg¨²n riesgo de desaparecer no se encuentra ¨¦ste en nuestra respetuosa actitud con las resoluciones adoptadas en el seno del PSOE que no compartimos, sino en el concepto que de la disciplina tienen algunos, y en virtud de la cual se ha desenterrado el democr¨¢tico principio de "a obedecer y a callar", o aquel otro eslogan que dec¨ªa "Todo el poder para el jefe".
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