Cuatro siglas para la defensa europea

Tras los primeros sustos de la guerra fr¨ªa, en 1952, los aliados europeos de EEUU en la OTAN se volcaron por la defensa m¨¢s barata posible: la basada en las armas nucleares norteamericanas. No obstante, con el acceso de la URSS a la tecnolog¨ªa nuclear y la llegada de la era de la paridad entre las superpotencias, comenzaron las dudas europeas, el temor a una guerra limitada a Europa, junto con el temor a que la garant¨ªa norteamericana no funcionase o Europa se viera implicada en una guerra que no hubiera iniciado.

La europeizaci¨®n del debate -una defensa europea de Europa, o simplemente una defensa de Europa- viene de antiguo, pero cobr¨® nuevo vigor a partir de 1983, con el despliegue de los euromisiles estadounidenses en Europa. Los Gobiernos de los pa¨ªses europeos de la OTAN sintieron que algo ten¨ªan que hacer para no dar la impresi¨®n a sus poblaciones de que estaban absolutamente en manos de EE UU. A la vez, hab¨ªa que convencer a EE UU, y muy especialmente a su Congreso, de que Europa hac¨ªa los suficientes esfuerzos y sacrificios para su propia defensa. Y tambi¨¦n los europeos comenzaron a plantearse con m¨¢s seriedad el problema del d¨¦ficit frente a EE UU en compra-venta de armamentos. Pues la OTAN es tambi¨¦n una tienda de armas.En la OTAN de los a?os cincuenta y sesenta se discut¨ªan cuestiones que rebasaban su competencia, como el valor del d¨®lar o problemas comerciales con EE UU. La OTAN, dada la situaci¨®n de Europa como reh¨¦n en el di¨¢logo estrat¨¦gico entre Washington y Mosc¨², era el punto donde converg¨ªan las crisis. En este sentido, la OTAN era una estructura fundamental de las relaciones internacionales. El cambi¨® de la situaci¨®n estrat¨¦gica y el auge de la Comunidad Europea (CE) ha venido a socavar esta posici¨®n de la OTAN. El intento de crear una base europea de la defensa fracas¨® cuando, en agosto de 1954, una alianza de gaullistas y comunistas en la Asamblea Nacional, francesa ech¨® abajo el tratado de la Comunidad Europea de Defensa (CED). Era un tratado sumamente complicado, y no eliminaba la OTAN, pues las fuerzas europeas hubieran permanecido bajo el mando del saceur (comandante supremo aliado de la OTAN para Europa).

Soluci¨®n de recambio

En octubre de 1954, como soluci¨®n para que la RFA se rearmase e ingresase en la OTAN, se firmaron los acuerdos de Par¨ªs, que crearon (modificando el anterior tratado de Bruselas de 1948) la Uni¨®n Europea Occidental (UEO), de la que forman parte los seis pa¨ªses fundadores de la CE: B¨¦lgica, Holanda, Luxemburgo, la RFA, Italia, Francia, as¨ª como el Reino Unido. La UEO estaba principalmente destinada a controlar el rearme alem¨¢n, imponi¨¦ndole algunas limitaciones de las que hoy s¨®lo quedan las armas nucleares, qu¨ªmicas y bacteriol¨®gicas.

La UEO durmi¨® durante largos a?os. Su reactivaci¨®n oficial (que Francia hab¨ªa ya pedido en 1973) lleg¨® en el oto?o de 1984, en una reuni¨®n conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de los pa¨ªses miembros. Y no fue f¨¢cil, pues en 1982 la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, ya se hab¨ªa opuesto a crear una voz aut¨¦nticamente europea en el campo de la defensa que pudiera despertar recelos en EE UU y dividir a la OTAN. Pero aparentemente la operaci¨®n de reactivaci¨®n de la UEO ha sido inocua.

El Gobierno de Gonz¨¢lez, reacio a aceptar plenamente la OTAN, se muestra partidario de que Espa?a ingrese en la UEO, una organizaci¨®n cuyo tratado obliga a m¨¢s que el de la OTAN, pues implica automatismo en la respuesta de los pa¨ªses miembros ante un ataque contra uno de ellos. Y la UEO implica la OTAN. Los acuerdos de Par¨ªs precisaban que "para evitar todo doble uso con los estados mayores de la OTAN, el consejo y la agencia [de la UEO] se remitir¨¢n a las autoridades militares adecuadas para todas las informaciones y todo parecer sobre las cuestiones militares". El texto del tratado fundacional de la UEO habla de cooperaci¨®n estrecha con la OTAN.

Los principales ¨®rganos de la UEO son el Consejo (de ministros de Asuntos Exteriores, apoyados en su cas¨® por los de Defensa), el Consejo Permanente (formado por los embajadores en Londres de los pa¨ªses miembros), la Agencia de Control de Armamentos, el Comit¨¦ Permanente de Armamentos y la Asamblea Parlamentaria. Los jefes de Estado Mayor de los pa¨ªses miembros se re¨²nen regularmente.

La UEO tendr¨ªa potencialidad para crecer y convertirse en el foro europeo en la OTAN, sin reemplazar a la propia OTAN. Es el marco, junto al GEIP (Grupo Europeo Independiente de Programas), que contempla el ministro alem¨¢n de Defensa, Manfred Worner, para desarrollar una iniciativa de defensa estrat¨¦gica europea dirigida contra los misiles de medio y corto alcance. En cuanto a la ampliaci¨®n de la UEO, diversos responsables de la organizaci¨®n han manifestado en p¨²blico su deseo de ver ingresar a un pa¨ªs como Espa?a (Portugal ya ha solicitado formalmente el ingreso, pero Espa?a a¨²n no), aunque diplom¨¢ticos de pa¨ªses importantes como la RFA opinan que antes de hablar de ampliar la UEO hay que ver si la UEO funciona y va a m¨¢s.

La seguridad en la CE

En cuanto a la CE, el Tratado de Roma dej¨® pr¨¢cticamente al margen la seguridad y de la defensa. Como indic¨® el experto noruego Johan Holst, la CE ejerce un poder civil, pero no un poder militar. No obstante, la CE ha dado algunos pasos en el terreno de la seguridad, comenzando por la llamada cooperaci¨®n pol¨ªtica -iniciada en los a?os setenta y formalizada en 1981-, por la que los pa¨ªses miembros intentan coordinar y adoptar posiciones comunes en pol¨ªtica exterior. En el campo de la seguridad esta cooperaci¨®n ha funcionado en foros como la CSCE (Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa).

El Acta ¨²nica Europea (la reforma de la CE decidida por los jefes de Estado y de Gobierno de los doce en diciembre de 1985 y firmada ayer en Luxemburgo por todos los miembros de la CE, excepto Dinamarca, Grecia e Italia) incluye el tratado de cooperaci¨®n pol¨ªtica en materia de pol¨ªtica exterior, que no viene sino a poner por escrito lo que ya existe en la realidad.

El texto, en su art¨ªculo 6, se?ala que "las altas partes contratantes estiman que una cooperaci¨®n mas estrecha sobre las cuestiones de la seguridad europea es susceptible de contribuir de manera esencial al desarrollo de una identidad europea en materia de pol¨ªtica exterior. Est¨¢n dispuestas a coordinar m¨¢s sus posiciones sobre los aspectos pol¨ªticos y econ¨®micos de la seguridad ( ... ). Est¨¢n resueltas a preservar las condiciones tecnol¨®gicas e industriales necesarias a su seguridad ( ... ). Las disposiciones del presente tratado no son obst¨¢culo a la existencia de una cooperaci¨®n m¨¢s estrecha en el sector de la seguridad entre determinadas altas partes contratantes en el marco de la Uni¨®n Europea Occidental y de la Alianza Atl¨¢ntica".

Los aspectos militares de la seguridad no se han incluido en el Acta ?nica Europea, que s¨®lo se refiere a los pol¨ªticos y econ¨®micos, entre otras razones por la presencia de una Irlanda neutral en la CE. De lo que no hay duda es de que cuando los ministros de Asuntos Exteriores de los pa¨ªses de la CE se re¨²nen en el marco de la cooperaci¨®n pol¨ªtica, hablan de todo, incluidos los aspectos militares de la seguridad, o, como fue el caso durante las negociaciones de adhesi¨®n de Espa?a a la Comunidad, de la relaci¨®n entre este ingreso y la permanencia en la OTAN.

Felipe Gonz¨¢lez habl¨® de un "v¨ªnculo psicol¨®gico" entre el ingreso de Espa?a en la CE y su permanencia en la OTAN. El titular de Defensa, Narc¨ªs Serra, se?al¨® que "los temas est¨¢n relacionados". Fernando Mor¨¢n, cuando era ministro de Asuntos Exteriores, rechaz¨® la vinculaci¨®n de ambas cuestiones. Y alg¨²n ministro lleg¨® a comentar que sin la ambig¨¹edad del Gobierno socialista respecto a la OTAN, Espa?a no hubiera ingresado en la CE.

Desde luego, el v¨ªnculo entre ambas cuestiones lo estableci¨® claramente Bonn. No se puede pedir a los soldados espa?oles que defiendan a Europa y luego rechazar las naranjas espa?olas, vino a decir el ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher. Y cuando se negociaba el estatuto de Canarias en la CE, algunos pa¨ªses hablaron de su importancia estrat¨¦gica y de la necesidad de otorgarle un trato favorable para no fomentar tendencias separatistas.

En la CE, cada vez pasan m¨¢s cosas. Y, desde luego, los enfrentamientos comerciales entre la CE y EE UU para dominar sectores del mercado mundial, como productos agr¨ªcolas y otros, han potenciado la imagen de la Comunidad, que, en este sentido, podr¨ªa llegar a convertirse en estructura antag¨®nica de la OTAN. Pues, ?pueden los pa¨ªses europeos y EE UU seguir siendo aliados militares y enemigos comerciales? El tiempo lo dir¨¢. EE UU, que en los a?os de John F. Kennedy favoreci¨® la doctrina del doble pilar -europeo y americano- de la Alianza, no parece dispuesto a pagar el precio de un aut¨¦ntico pilar europeo.

El Este s¨ª ha descubierto, o redescubierto, el valor de un pilar europeo. El nuevo deseo del Comecon (Consejo de Asistencia Econ¨®mica Mutua) de establecer relaciones formales con la CE (y la CE ha contestado en principio positivamente, siempre que no se menoscaben sus relaciones bilaterales con los pa¨ªses de Europa oriental) indica la creciente importancia de la CE, no solamente como organizaci¨®n econ¨®mica. Claro que algunos piensan que Mosc¨² intenta as¨ª poner una nueva cu?a entre Europa y EE UU.

Europe¨ªsmo defensivo

Los Gobiernos europeos tampoco pretenden, ni quieren ir muy lejos, en su europe¨ªsmo defensivo. La disuasi¨®n depende a¨²n del arma nuclear norteamericana, a no ser, entre otras alternativas, que Europa Occidental se decida por una neutralidad armada y colectiva a la sueca. Se intenta, eso s¨ª, reducir la dependencia en las armas nucleares potenciando la defensa convencional, pero sin llegar al l¨ªmite de que las armas nucleares no sean ya la base de la disuasi¨®n.

?ltimamente, se ha hablado bastante de que Francia ampl¨ªe su paraguas nuclear propio para cubrir y proteger a otros pa¨ªses europeos, dado que Europa no tiene a¨²n entidad pol¨ªtica suficiente para disponer de armas nucleares europeas. El tama?o del arsenal franc¨¦s no bastar¨ªa para estos menesteres. Y adem¨¢s, "Alemania Occidental", dec¨ªa unos meses atr¨¢s el socialista franc¨¦s Jacques Huntzinger, "el pa¨ªs m¨¢s vulnerable y avanzado de Europa occidental, tiene prohibido el dominio del arma nuclear, lo que impide toda perspectiva de disuasi¨®n nuclear europea propiamente dicha. Y, como el equilibrio de Europa es nuclear, Europa occidental no puede poseer por s¨ª sola este equilibrio nuclear y debe seguir aliada a Am¨¦rica. En estas condiciones, y durante un tiempo a¨²n, la seguridad de Europa occidental s¨®lo podr¨¢ ser asegurada si se mantiene la alianza militar con EE UU".

En 1984 el ex secretario de Estado Henry Kissinger dec¨ªa que no se le puede pedir a EE UU lo imposible: que para defender a Europa, arriesgue su propio territorio, lo cual constituye una de las razones para los euromisiles.