B¨¦cquer
L¨¢mina familiar de una burgues¨ªa del XIX muy acomodada en su siglo, el B¨¦cquer de los billetes, desmelenado y reojizo, el B¨¦cquer dandy, casa con mucho balconaje donde vivi¨® en Madrid, las mujeres de su hermano, adolescentes con pompa de Corte y aura de vinagre: lo del vinagre, entonces, era un estado del alma. Se cumplen 150 a?os del nacimiento de Gustavo Adolfo (hay nombres que obligan a mucho: ¨¦l llen¨® su nombre). Fotograf¨ªas al ¨®leo por Valeriano B¨¦cquer. El ¨²nico poeta espa?ol del XIX. "Suspirillos germ¨¢nicos" para el trascendente y vallisoletano N¨²?ez de Arce, gran cognazo. Milagrosamente sevillano/madrile?o, y eco impar de los "suspirillos germ¨¢nicos", que eran nada menos que todo el Romanticismo. En Madrid contrae la s¨ªfilis y muere, barrio de Salamanca (el postista y malogrado Garc¨¦s frecuentaba obsesivamente aquella casa). La fotograf¨ªa, apenas inventada, viene hacia ¨¦l y le deslumbra, casi dandy, en la c¨¢mara de Laurent, fot¨®grafo real. No fue sino uno de los grandes poetas europeos del XIX y un funcionario censor de Gonz¨¢lez iravo (tambi¨¦n hab¨ªa un Romanticismo de derechas). Le pillan dibujando a Ofelia y le echan de la Direcci¨®n de Bienes, que era su chisc¨®n burocr¨¢tico. En las Rimas hay pocas tachaduras. Quiz¨¢, dada su brevedad, las compon¨ªa primero de memoria. El Romanticismo espa?ol apenas si se entera de su mayor -¨²nico- poeta, sencillamente, porque en Espa?a no ha habido Romanticismo. B¨¦cquer en el verso y Larra en la prosa. Espronceda y los gendarmes. Pero sin B¨¦cquer no se explica Juan Ram¨®n y sin Juan Ram¨®n no se explica el 27. B¨¦cquer funcionario, enga?ando a las mujeres con los ¨¢ngeles y a los ¨¢ngeles con las mujeres. B¨¦cquer en Espa?oles de tres mundos, de JRJ, prodigiosa caricatura l¨ªrica. Un agud¨ªsimo poeta y todo un signo de que el Romanticismo, en Espa?a, en Madrid, no fue revolutivo, acelerat¨ªvo, como en toda Europa, sino s¨®lo ornamental: don Adelardo L¨®pez de Ayala en las salas isabelonas. No hicimos la revoluci¨®n rom¨¢ntica. Tampoco la rom¨¢ntica. Y ahora quisi¨¦ramos, del sal¨®n en el ¨¢ngulo oscuro, hacerlas todas a la vez.
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