La 'Capuchinada', 20 a?os despu¨¦s
500 universitarios aprobaron en 1966 los estatutos de una organizaci¨®n democr¨¢tica
El esc¨¢ndalo provocado por la Capuchinada fue may¨²sculo. La derecha bram¨® por la decisi¨®n de los capuchinos de dar asilo para la "comisi¨®n de un acto delictivo", por decirlo con palabras de un informe del ministerio fiscal; la izquierda salud¨® la reuni¨®n como un paso m¨¢s en la lucha por las libertades. La polic¨ªa realiz¨® un despliegue total. Todos los asistentes fueron investigados y los resultados acumulados en un macroexpediente en el que, por no faltar, ni siquiera faltan las referencias a todas las homil¨ªas pronunciadas en las iglesias barcelonesas durante el domingo inmediatamente posterior a los actos. El diario Arriba public¨® un editorial condenando la reuni¨®n que fue reproducido en otros diarios del Movimiento, as¨ª como por Televisi¨®n Espa?ola y Radio Nacional. En ese editorial se marcaba una de las l¨ªneas de ataque m¨¢s constantes del r¨¦gimen franquista: los capuchinos hab¨ªan facilitado, con su permisividad, o c¨®mplice o ignorante, la cohabitaci¨®n de muchachos y muchachas en un espacio, para mayor esc¨¢ndalo, de clausura.En Barcelona, un panfleto abundaba en el tema: "Caputxin's Night Club. El local m¨¢s 'fresco' de Barcelona. Abierto toda la noche. Grandes juergas racistas. El gran show progresista separatista que presenta la orquesta Penca d'Or y la comunidad de los barbudos descalzos. Si es usted cat¨®lico despistado, r¨ªase, divi¨¦rtase y p¨¢selo bien, mientras se le prepara su 'paseo' en la Rabassada, Casa Ant¨²nez, Cementerio de Montcada, etc¨¦tera. El local m¨¢s asquerosamente famoso de Barcelona. Caputxin's Night Club. 70 hermosas barbas 70. (Con licencia)".
En el mismo sentido puede anotarse la pregunta sobre d¨®nde durmieron chicos y chicas hecha por la polic¨ªa a los 33 invitados y a los estudiantes a los que se tom¨® declaraci¨®n. Y tambi¨¦n una nota en un informe confidencial en el que puede leerse: "Detalles: se dice que a falta de s¨¢banas una de las estudiantes durmi¨® envuelta en un mantel del altar". Menci¨®n aparte merece la siguiente anotaci¨®n, aparecida en un documento fechado el 13 de marzo y a?adido el expediente: "10.00 horas. Han llegado al Hotel Avenida Palace los s¨²bditos rusos Serguei Zaprometov y Guerogui Zverev (comunicado a la Brigada Social)".
Que la polic¨ªa hubiera querido desbaratar la reuni¨®n parece fuera de toda duda. En un informe fechado el 28 de febrero y referido a una reuni¨®n de 20 estudiantes celebrada en la facultad de Derecho, cuatro d¨ªas antes, se afirmaba que la asamblea hab¨ªa sido convocada para el 9 de marzo, como efectivamente ser¨ªa, y se a?ad¨ªa, refiri¨¦ndose al lugar: "Se supone que ser¨¢ alguno de los locales dependientes de alguna comunidad religiosa". Pero el despliegue s¨®lo sirvi¨® para llegar con una hora de retraso.
La polic¨ªa rode¨® el convento con abundante despliegue en el que no faltaban veh¨ªculos y caballos. Conmin¨® a salir a los reunidos y, tras una breve deliberaci¨®n, lo hicieron algunas muchachas a las que les fue retirado el DNI. La reacci¨®n inmediata de los estudiantes fue la decisi¨®n de seguir encerrados hasta que se les garantizase que no habr¨ªa represalias. El viernes, al filo del mediod¨ªa, la polic¨ªa forz¨® la puerta y desaloj¨® por la fuerza -"violencia moral y f¨ªsica", dice un documento redactado por los capuchinos- a los reunidos, retir¨¢ndoles la documentaci¨®n. Previamente, los estudiantes en per¨ªodo militar hab¨ªan abandonado el recinto sin que la polic¨ªa lo descubriera.
Sin tel¨¦fono
Hay dos documentos policiales que dan cuenta de los asistentes. El primero asegura que estaban en el convento, adem¨¢s de los frailes, 557 personas. De estas, 412 eran "estudiantes varones"; 100 "estudiantes hembras"; 33 "intelectuales"; 2 sacerdotes; 2 extranjeros; 7 periodistas y 1 "estudiante extranjero empleado de una corresponsal¨ªa extrajera". De ¨¦stos, seg¨²n el informe, 23 estudiantes, 22 varones y 1 mujer salieron el mismo d¨ªa 9, y 21 lo hicieron al d¨ªa siguiente. Tambi¨¦n lo hicieron, aunque la nota no lo cita, los 7 periodistas. La segunda informaci¨®n policial da un total de 468 presentes en el momento de la entrada de las fuerzas. Se desglosan as¨ª: 29 intelectuales; 77 estudiantes mujeres; 358 varones; 2 sacerdotes y 2 extranjeros. Sin embargo, son 33 los "intelectuales interrogados y, con posterioridad, sancionados, y figura tambi¨¦n en la lista de los presentes el corresponsal extranjero, el holand¨¦s Robert Stephen Bosschart.Mientras dur¨® el encierro, la polic¨ªa impidi¨® el acceso al recinto a todo el mundo, salvo a los religiosos de la orden a los que dejaba entrar tras un minucioso registro, y cort¨® las l¨ªneas telef¨®nicas. Los, reunidos carecieron de luz el¨¦ctrica durante un espacio de tiempo que oscila entre los 20 minutos y las dos horas, seg¨²n las declaraciones de los reunidos. Entre quienes pretendieron entrar figuraban los profesores ?ngel Latorre, Manuel Jim¨¦nez de Parga y Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez Casanova, portadores de un escrito de adhesi¨®n de un bloque m¨¢s amplio. Asimismo, el Gobierno Civil retuvo una serie de telegramas remitidos por diversa organizaciones: Confederaci¨®n de Estudiantes Iran¨ªes (desde Francfort); Uni¨®n Nacional de Estudiantes de Israel (Jerusal¨¦n); Confederaci¨®n Nacional de Estudiantes (M¨¦xico); Juventud Sovi¨¦tica (Mosc¨²); Sindicato de Estudiantes Holand¨¦s (Amsterdam); Uni¨®n General de Estudiantes (B¨¦lgica), y particulares: Jos¨¦ Aumente, Miguel S¨¢nchez Mazas, Genov¨¦s...
En los d¨ªas sucesivos, se produjeron diversas manifestaciones, pronunciamientos de sacerdotes en las iglesias, asambleas en las facultades, repercusiones en la prensa nacional e internacional y sanciones gubernativas a los intelectuales asistentes. Curiosamente, ¨¦stas son m¨¢s altas de lo que suger¨ªa un informe solicitado al ministerio fiscal. Seg¨²n ¨¦ste, en ning¨²n caso era prudente solicitar multas superiores a las 50.000 pesetas, dado que el supuesto delito -nunca lleg¨® a los tribunales- era "de asociaci¨®n il¨ªcita en grado de tentativa".
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