Miguel Azcueta
De profesor a alcalde de una villa-miseria de 300.000 habitantes en el cintur¨®n de Lima
ANA CAMACHO Miguel Azcueta, de 38 a?os, nacido en Madrid, se convirti¨® el pasado a?o en el primer alcalde de Villa de El Salvador, una gigantesca ciudad dormitorio situada en el cintur¨®n de Lima que desde hace 15 a?os vive una peculiar experiencia como modelo de comunidad autogestionaria. Villa de El Salvador surgi¨® de la noche a la ma?ana cuando unas 100.000 personas ocuparon ilegalmente una zona del desierto que rodea la capital peruana. Luego sus vecinos se organizaron para afrontar las necesidades de lo que era un conjunto de barracas, poblado ya por 300.000 habitantes.
Azcueta lleg¨® a Per¨² hace m¨¢s de 20 a?os. Iba a quedarse dos a?os, pero poco a poco se fue metiendo en el pulso de este pa¨ªs, que ha recorrido a lo largo y ancho. Fue profesor de ense?anza b¨¢sica en la zona de la selva y voluntario para las labores de rescate en el terremoto que en 1970 cost¨® la vida a 70.000 personas, y particip¨® en un frustrado proyecto de reforma educativa.La historia de Villa de El Salvador es para ¨¦l una experiencia ¨²nica que puede constituir una esperanza y un modelo v¨¢lido para otros pueblos en v¨ªas de desarrollo. "Cuando llegamos all¨ª no hab¨ªa m¨¢s que arena", afirma. "Hoy es una comunidad autosuficiente en la que hay caf¨¦s, escuelas, ambulatorios y guarder¨ªas; en la que se ha plantado medio mill¨®n de ¨¢rboles; todo ello es fruto del trabajo voluntario".
"Todas las decisiones en Villa de El Salvador se adoptan en asambleas populares", afirma Azcueta mientras despliega un mapa en el que la barriada aparece dividida en varios sectores marcados con rotuladores de distintos colores. "Nuestro sistema de participaci¨®n se desarrolla en tres niveles: la manzana, constituida por cada 24 familias; el grupo, formado por 16 manzanas, y el consejo ejecutivo comunal, integrado por todos los dirigentes de la barriada", a?ade Azcueta mientras explica lo que podr¨ªa ser la lecci¨®n sobre una polis griega que tiene su modelo inmediato en las comunidades de los campesinos andinos. "Las asambleas son la palanca de nuestra barriada y a veces tenemos 100 reuniones en un d¨ªa".
No hay polic¨ªa municipal, sino inspectores populares elegidos por los distintos grupos. Todos los cargos dirigentes son elegidos democr¨¢ticamente y tienen un car¨¢cter rotativo. Uno de sus mayores orgullos es que han logrado una escolarizaci¨®n b¨¢sica del 98%, frente a una media nacional del 33%. La barriada ha vivido a lo largo de su existencia momentos muy dif¨ªciles, sobre todo en los tiempos de la represi¨®n militar, entre 1979 y 1980, en los que Azcueta, al igual que los dem¨¢s miembros de la comunidad, ha aprendido que no hay nada que no se pueda conseguir si se trabaja en uni¨®n. El alcalde recuerda los sombr¨ªos d¨ªas en que Villa de El Salvador amanec¨ªa rodeada por el Ej¨¦rcito y en que ¨¦l y otros dirigentes fueron detenidos y juzgados en el marco de la ley antiterrorista.
El alcalde, que contin¨²a su labor como profesor de ciencias sociales, se halla inscrito en el partido de Izquierda Unida, pero considera que el inter¨¦s de la comunidad debe estar por encima de cualquier ideolog¨ªa.
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