No a la OTAN, s¨ª al PSOE
Ante la inminencia, del refer¨¦ndum sobre la permanencia de Espa?a en la OTAN, cuyos resultados pueden ser decisivos para el porvenir de nuestro pa¨ªs y del mundo, me siento en la obligaci¨®n moral y pol¨ªtica de manifestar mi posici¨®n con argumentos propios, compartidos sin duda por muchos compa?eros pero no reflejados en los manifiestos y documentos que han circulado.
30 a?os de militancia
Escribo estas l¨ªneas -muy a sabiendas de que pueden acarrearme todo tipo de represalias y perjuicios, p¨²blicos u ocultos, para m¨ª irreversibles- movido exclusivamente por los imperativos de mi conciencia ¨¦tica, ante todo como hombre y despu¨¦s como militante de base del Partido Socialista Obrero Espa?ol, en el que ingres¨¦ hace 30 a?os -muchos a?os antes que Felipe y que Alfonso-, despu¨¦s de una larga correspondencia p¨²blica con Indalecio Prieto que ha sido editada en las obras completas de este gran dirigente de nuestro partido. Esa correspondencia y gestiones posteriores propiciaron la incorporaci¨®n al PSOE de los militantes de la Agrupaci¨®n Socialista Universitaria, en cuya direcci¨®n y orientaci¨®n yo hab¨ªa participado, despu¨¦s de haber sido encarcelado en Carabanchel en febrero de 1956, como autor del manifiesto por un Congreso Democr¨¢tico de Estudiantes, reconocido hoy por todos los historiadores de aquel per¨ªodo como un punto de inflexi¨®n decisivo en el proceso de descomposici¨®n de la dictadura franquista. Ya en el exilio, fui condenado en rebeld¨ªa a 12 a?os de prisi¨®n por propaganda ilegal e injurias al anterior jefe del Estado.Desde esa posici¨®n y esa historia, estimo que el problema del refer¨¦ndum sobre la permanencia de Espa?a en la OTAN no puede reducirse en modo alguno, como lamentablemente pretenden los esp¨ªritus canijos de distintos bandos, a un mero problema coyuntural y transitorio de pol¨ªtica interior, porque es, por encima de todo, un problema ¨¦tico universal, de alcance permanente. No se trata en absoluto, como se viene afirmando, de reforzar, debilitar o castigar a un Gobierno y a una ejecutiva socialista, sino, muy al contrario, de reforzar o debilitar en ¨¦stos y en todo el cuerpo del PSOE componentes belicistas que chocan frontalmente con la ¨¦tica, la ideolog¨ªa y la historia de nuestro partido y de la gran tradici¨®n socialista universal. ?Nos veremos obligados los militantes a castigar m¨¢s bien a nuestra propia conciencia, renegando de esa tradici¨®n y tragando el sapo intragable de nuestra participaci¨®n entusiasta en uno de los bloques militares y nucleares?
Es indudable, en efecto,. que todos los actos y posiciones de. un Gobierno socialista y de una ejecutiva socialista pueden y deben ser valorados por los militantes, ante todo desde una perspectiva ¨¦tica, porque, a diferencia de lo que ocurre en los partidos de la derecha y en los actuales partidos comunistas, un partido socialista se define esencialmente por la subordinaci¨®n de la pol¨ªtica a una cierta ¨¦tica social, tanto en los fines como en los medios.
Instalados en esa perspectiva, millones de militantes y de votantes del PSOE hemos venido soportando penosamente la triste sucesi¨®n de colosales trastadas antisocialistas, como la permanencia de la tortura y de los torturadores, la creaci¨®n de un terrorismo paralelo, la reducci¨®n de las garant¨ªas de la defensa, el encanijamiento de los derechos sindicales, el desprecio por los viejos y por los pensionistas, la injusta ingratitud hacia los emigrantes y exiliados, cargados de luchas y de sacrificios, o hacia los militares republicanos o de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica. Pero no podremos soportar sin descalificarnos, sin autodestruirnos como socialistas, el desprecio y la traici¨®n al m¨¢s profundo, esencial y querido de los ideales del socialismo espa?ol y universal: el rechazo m¨¢s absoluto de los bloques militares -m¨¢s que nunca en la era de la guerra nuclear, qu¨ªmica y bacteriol¨®gica- y la lucha activa, tenaz y consecuente por la paz y la hermandad entre los pueblos. El socialismo siempre ha afirmado que la guerra es un negocio del capitalismo. Y yo lo sigo creyendo.
Intimidaci¨®n moral
?Podemos imaginar al tip¨®grafo Pablo Iglesias, al obrero de la construcci¨®n Francisco Largo Caballero, al catedr¨¢tico de l¨®gica Juli¨¢n Besteiro, muerto en la c¨¢rcel de Carmona bajo el franquismo, intimidando moralmente a los militantes para exigirles que voten en favor de la participaci¨®n de Espa?a en uno de los agresivos bloques militares nucleares, dirigido y controlado por un pa¨ªs, Estados Unidos, que ha apoyado a Franco, a Salazar, a Batista, a P¨¦rez Jim¨¦nez, a Somoza, a Stroessner, a Marcos y a Pinochet, y ahora est¨¢ financiando con cientos de millones la compra de armas para que los contras invadan en su nombre otro pa¨ªs hermano, Nicaragua, derribando su Gobierno leg¨ªtimo e imponiendo uno a imagen y semejanza de EE UU?Por fortuna, existen n¨²cleos de militantes de todos los oficios y profesiones y organizaciones hermanas del PSOE, como la Uni¨®n General de Trabajadores, -de la que fui representante ante la Conferencia Internacional de Trabajo, en Ginebra, bajo el franquismo-, que, m¨¢s all¨¢ del pragmatismo oportunista del poder, se esfuerzan, contra viento y marea, en prolongar esa l¨ªnea inequ¨ªvoca de nuestros fundadores y predecesores, votando en contra de nuestra participaci¨®n en bloques militares. Los actuales dirigentes del PSOE,debieran estar orgullosos y agradecidos de que haya militantes y organizaciones que, sin ceder a los sofismas y a las intimidaciortes morales, mantengan viva esa clara y pur¨ªsima l¨ªnea pacifista y neutralista -paralela a la del llorado Olof Palme, en Suecia, o a la de Bruno Kreisky, en Austria-, para cuando ellos, como pudiera ocurrir, cambien una vez m¨¢s de opini¨®n, vean las consecuencias nefastas de su posici¨®n actual, o, simplemente, desaparezcan de la escena. Siempre ha sido un lema de nuestro secular partido que "los hombres, las ejecutivas, los Gobiernos cambian, pero los partidos quedan". Actueinos, pues, con calma, tenacidad y paciencia en esa perspectiva hist¨®rica, confiando en poder mejorar m¨¢s pronto o m¨¢s tarde, rriediante congresos soberanos, la. l¨ªnea pol¨ªtica del PSOE.
Es un sofisma y, una falacia la identificaci¨®n pr¨¢ctica -farisaicamente predicada por nuestros actuales dirigentes a un pueblo ignato- de nuestra pertenencia a la OTAN con nuestra pertenencia a la Comunidad Econ¨®mica Europea -de la que nadie va a poder echarnos si salimos de la Alianza-, con nuestras posibilidades de desarrollo cient¨ªfico, tecnol¨®gico y econ¨®mico, y a¨²n menos con nuestra vinculaci¨®n e integraci¨®n en la aut¨¦ntica cultura europea. Se trata de tres embustes en cadena. Hay, en efecto, pa¨ªses europeos que est¨¢n dentro de la CEE y fuera de la OTAN, como Irlanda; otros que est¨¢n fuera de la CEE y dentro de la OTAN, como Noruega; otros que est¨¢n dentro de la CEE y dentro de la OTAN, como Portugal y Grecia, sin estar por ello realmente integrados en la actual cultura europea y sin lograr el despegue de su actual situaci¨®n de subdesarrollo cient¨ªfico, tecnol¨®gico y econ¨®mico. Finalmente, hay pa¨ªses, como Suecia, Austria y Suiza -los dos primeros, gobernados por el socialismo, y el tercero, por una coalici¨®n de fuerte componente socialista-, que est¨¢n, a la vez, fuera de la OTAN yfuera de la CEE, y, con todo ello, no s¨®lo est¨¢n en la punta del progreso cient¨ªfico y tecnol¨®gico y tienen altos niveles cuantitativos y cualitativos de vida, sino que son, adem¨¢s, en su esp¨ªritu y en su cultura, profundamente representativos del esp¨ªritu y de la cultura europea, con una serena e invariable posici¨®n de rechazo de los bloques militares, de pacifismo y neutralismo, de lucha por la distensi¨®n mundial y de generosa ayuda a los pa¨ªses subdesarrollados del Tercer Mundo.
?Habr¨¢ que record artambi¨¦n que la m¨¢xima autoridad espiritual del socialismo hist¨®rico franc¨¦s, profesor de Filosof¨ªa en Toulouse y ap¨®stol de los mineros, Jean Jaur¨¨s, fundador y dirigente del Partido Socialista Franc¨¦s y hombre tolerante y profundamente democr¨¢tico, muri¨® en Par¨ªs, en 1914, en los comienzos de la I Guerra Mundial, asesinado por el nacionalista fan¨¢tico Villain, por su oposici¨®n activa a ese conflicto, y su heroico intento de convencer a los obreros y soldados franceses y alemanes para que, conjuntamente, lo detuvieran?
Un 'no' socialista
Est¨¢ perfectamente claro que el no a la Alianza Atl¨¢ntica y a todo bloque militar que sostenemos muchos socialistas del PSOE y de UGT no puede identificarse en modo alguno con ese otro no que propugnan los que redactan bellos manifiestos antibelicistas hemipl¨¦jicos destinados a la exportaci¨®n, es decir, documentos antiatl¨¢nticos en los que jam¨¢s se condena ni repudia el Pacto de Varsovia, las atrocidades sovi¨¦ticas en Afganist¨¢n o la represi¨®n sovi¨¦tica de los derechos humanos y de la cultura en su propio territorio. Nuestro no nace, como hemos visto, de una tradici¨®n y de un sistema de valores propio y consecuente.Est¨¢ claro tambi¨¦n que, confirmando nuestra adhesi¨®n a la OTAN, decidida por un Gobierno derechista, no s¨®lo perder¨ªamos toda posibilidad de dar un ejemplo a otros pa¨ªses europeos, estimul¨¢ndoles a vaciar progresivamente los dos bloques militares, sino tambi¨¦n la autoridad moral y la influencia justamente ganadas en los ¨²ltimos a?os ante los pueblos hermanos de Iberoam¨¦ri¨²a por la excelente pol¨ªtica iberoamericana propiciada por el PSOE y por el Rey, quedando moralmente desarmados para seguir influyendo en el Pacto de Contadora, la democratizaci¨®n de ese hemisferio de nuestra lengua y cultura y su progresiva liberaci¨®n del dominio y de la agresi¨®n de Estados Unidos.
Con el recuerdo vivo de los socialistas que lucharon de verdad por la paz, como Jean Jaur¨¦s y Olof Palme, v¨ªctimas de la violencia, invito, pues, a mis compa?eros del PSOE a votar ahora por la salida de Espa?a de la OTAN y a seguir votando en las pr¨®ximas elecciones generales de nuevo por nuestro partido, para transformar su l¨ªnea pol¨ªtica actual mediante congresos soberanos, porque, en definitiva, el PSOE es el menos malo de todos los partidos del espectro pol¨ªtico espa?ol, que, desde el punto de vista ¨¦tico, es realmente impresentable.
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