Un hombre complejo
Jos¨¦ Mart¨ªnez y yo vivimos en la misma casa, del mismo Par¨ªs, en frente del Museo Cluny, pr¨®ximos a la Sorbona y muy cerca de la editorial Maspero, el editor m¨¢s importante de la izquierda europea durante algunos a?os y un librero que se arruin¨® porque todos los progres del mundo robaban impunemente en su tienda, sobre lo que ¨¦l comentaba: "Lo malo de que me roben los espa?oles es que encima no leen". Jos¨¦ Mart¨ªnez me acogi¨® un largo tiempo en Par¨ªs en su propia casa, casi siempre en un peque?o apartamento frente al suyo, y sigui¨® haci¨¦ndolo en mis viajes peri¨®dicos a preparar libros para la editorial que ¨¦l hab¨ªa fundado con tres amigos y que ¨¦l dirig¨ªa y encarnaba. All¨ª discut¨ªamos y dimos a luz los Cuadernos de Ruedo Ib¨¦rico. All¨ª conspir¨¢bamos ¨¢cidamente contra casi todo y habl¨¢bamos de sue?os; ¨¦l de manera a veces acerba, pero siempre l¨²cida. Un tribunal me bautiz¨® m¨¢s tarde como "el hombre de Ruedo Ib¨¦rico en el interior", pero Ruedo Ib¨¦rico era Pepe Mart¨ªnez.Jos¨¦ Mart¨ªnez Guerricabeitia era un hombre complejo y admito que dif¨ªcil, pero tambi¨¦n "muy amigo de sus amigos"; en ocasiones ¨¢spero y a veces, casi a escondidas, tierno. Mart¨ªnez cre¨® una editorial que supuso un punto de referencia fundamental en la oposici¨®n al franquismo. Yo le debo, adem¨¢s de su amistad, que mis libros, como Luis Ram¨ªrez, existiesen porque ¨¦l los edit¨®.
Es imposible reducir a unas l¨ªneas la importancia y la oportunidad de Ruedo Ib¨¦rico y, por tanto, la importancia y la oportunidad de Pepe Mart¨ªnez. Despu¨¦s, la transici¨®n, el silencio y el no acostumbrarse a la idea de que quienes limpiamos los retretes no somos los que despu¨¦s nos sentamos en ellos, cosa que yo ten¨ªa clara, le retiraron. Pepe Mart¨ªnez no pudo, o quiz¨¢ no quiso acostumbrarse a la idea de que incluso quienes desde el franquismo militante le hab¨ªan perseguido duramente, fueran considerados m¨¢s importantes que ¨¦l y su obra para la democracia. Y sospecho que entonces se le empez¨® a fraguar el infarto que te ha matado. Otros se hab¨ªan apoderado de la historia.
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