Valle-Incl¨¢n, medio siglo despu¨¦s
Retratos y caricaturas, ediciones originales y fotos trucadas para evocar al creador del esperpento
Si "es el escenario el que crea la situaci¨®n, y por ello el mejor autor teatral es el arquitecto", entonces Valle-Incl¨¢n ha renacido 50 a?os despu¨¦s de muerto. En la exposici¨®n Valle-Incl¨¢n y su tiempo, abierta en el C¨ªrculo, de Bellas Artes de Madrid, se pueden ver los varios retratos que una barba de profeta, unos quevedos y un brazo ausente inspiraron a sus amigos pintores; leer en la pared la frase con que Clar¨ªn insinu¨® su genio y codiciar objetos como la carta que le escribi¨® a su cocinera, Benita, pidi¨¦ndole un pasaporte meses antes de morir.
"Apreciable Benita"', escribe Valle-Incl¨¢n en Compostela el 31 de agosto de 1935, a cuatro meses de su muerte. "Supongo que habr¨¢ recibido oportunamente el giro que le hice.Y ahora, mi encargo, que tiene prisa: en uno de los cajones del bargue?ito que est¨¢ en el cuarto inmediato a mi alcoba est¨¢n los pasaportes m¨ªos y de Mariqui?a. Haga con todo un paquete y m¨¢ndemelo certificado. Sabe la aprecia..."Las celebraciones, en torno a un escritor que, al decir de sus amigos, era bastante insoportable, pero escrib¨ªa como quer¨ªa, no se agotan en la muestra del C¨ªrculo de Bellas, Artes. Treinta y dos, expertos -de los que ocho son de universidades americanas- se reunir¨¢n del 27 al 30 de mayo en Madrid en torno al artista. El medio siglo de su muerte ser¨¢ conmemorado en los pr¨®ximos irneses con la escenificaci¨®n, no s¨®lo de varias de sus obras teatrales, sino de otros textos. As¨ª lo har¨¢, informa Rosana Torres, el Taller Valle4ncl¨¢n, creado por el Centro Nacional de Nuevas Tendencias.
Un flaco con chambergo
"En una mesa cercana a la m¨ªa", escribi¨® el pintor Ricardo Baroja en 1896, "vi un joven barbudo, melenudo, moreno, flaco hasta la momificaci¨®n. Vest¨ªa, de negro y se cubr¨ªa con un chambergo de felpa gris, de alta copa c¨®nica y grandes alas..." ?sos eran los primeros tiempos, antes de una gloria en vida que, de todas formas, fue avara, un a?o antes de que el autor publicara Epitalamio.Clar¨ªn, el cr¨ªtico m¨¢s temido y, por tanto, m¨¢s odiado de su tiempo, demostr¨® entonces su olfato: "Seg¨²n mis noticias, Valle-Incl¨¢n, aunque nuevo, es listo En este mismo Epitalamio, que es inmoral, si los libros pueden ser inmorales, que desmoraliza.... al que desmoralice, porque a m¨ª francamente, no me ha inspirado ganas de hacer el cadete". La conmemoraci¨®n de este escritor de letra inclinada hacia atr¨¢s es una excelente muestra de pintu ra, pues sus amigos artistas exhiben cuadros que muestran mejor aquel tiempo que las estad¨ªsticas.
Entre las sorpresas figura un tempran¨ªsimo ¨®leo de Penagos, memorable grafista que para comer cre¨® sobre todo mujeres del gadas con collar de doble vuelta Un documento de excepci¨®n es el retrato de grupo Mis amigos de Zuloaga, que podr¨ªa bautizar a la generaci¨®n del 98 si no lo hubiera sido ya. Y en una eventual discusi¨®n erudita vendr¨ªa a demostrar que los miembros del grupo no eran tan al¨¦rgicos como se dice a la idea de grupo.
Ah¨ª aparecen P¨ªo Baroja, Valle-Incl¨¢n, Jos¨¦ Ortega, Gregorio Mara?¨®n, Azor¨ªn y, vestido de luces, Belmonte, sobre un fondo que parece un cuadro de El Greco. El esperpento, la gran aportaci¨®n de Valle-Incl¨¢n al arte, queda ilustrado por 25 grabados de Solana, con escenas de Luces de Bohemia o Cara de plata.
Los cuadros han sido prestados por entidades y particulares, pero hay algunas ausencias. S¨®lo se exhibe un Romero de Torres, pues el museo de su nombre no prest¨® obras por temor al deterioro, ni tampoco lo hizo Carlos Valle-Incl¨¢n, quien dijo, seg¨²n el comisario Juan Antonio Hormig¨®n, que todos sus documentos los tiene depositados en Bruselas.
La justificaci¨®n de las obras es a veces sutil. Aparece, por ejemplo, un retrato de Anita Delgado, aquella actriz que se termin¨® casando con el maraj¨¢ de Kapurtala y entr¨® en la leyenda. Pues bien: Valle-Incl¨¢n fue el redactor de las cartas de Anita a su amante lejano.
Los retratos de Valle-Incl¨¢n valen la muestra. No s¨®lo los ¨®leos de Zuloaga, Delgado y Echevarr¨ªa -¨¦ste, con un poncho de cuatro colores-, sino las numerosas caricaturas y los apuntes realizados por amigos sobre su lecho de enfermo. En ellos se puede apreciar la evoluci¨®n de la barba, de la largura del pelo, de los anteojos, y la s¨²bita desaparici¨®n de un brazo. Aunque Valle-Incl¨¢n atribu¨ªa esta desaparici¨®n a la guerra o a un duelo con lobos, seg¨²n, lo cierto es que recibi¨® un golpe, en una discusi¨®n que no llegaba a querella; un gemelo le hizo una herida, que no cuid¨®, y hubo que amputar.
La principal cualidad de la parte bibliogr¨¢fica de la exposic¨ª¨®n es que la mayor parte de los libros expuestos son ediciones originales sin tapas duras. Abarca las 140 ediciones que Valle-Incl¨¢n conoci¨® en su vida, incluida una pirata. Pieza notable, seg¨²n el recopilador, Antonio Odriozola, es un ejemplar de la edici¨®n que la casa Garnier hizo en Par¨ªs de Historias de amor, en 1908.
Es cierto que Valle-Incl¨¢n pas¨® por la c¨¢rcel, al negarse a pagar una multa que se le hab¨ªa impuesto precisamente para evitarle las rejas, pero la foto en la que aparece tras ¨¦stas, ya canoso, es falsa: un montaje.
Testamento
Varias de las im¨¢genes expuestas son desconocidas, y en particular unas que muestran al autor en Buenos Aires, junto a su mujer, en el viaje que hicieron en 1910, explica Hormig¨®n. Josefina Blanco, que pasaba a limpio los textos escritos de cualquier manera por el autor en la cama, aparece seria, como deb¨ªa de ser eja la vida.Hollywood se interes¨® por Valle-Incl¨¢n, como lo hab¨ªa hecho con Blasco Ib¨¢?ez. La prueba, una imagen que le muestra junto a un ejecutivo de la Paramount, que acudi¨® a verle para negociar los derechos de las Comedias b¨¢rbaras.
Valle-Incl¨¢n muri¨® el 5 de enero de 1936.
Babelia
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