Conversaciones con Occidente
En Occidente, el general Jaruzelski ha cosechado ya los primeros frutos de una ofensiva diplom¨¢tica basada en hacer ver que su papel, sin duda dif¨ªcil e impopular, se hizo necesario para evitar una intervenci¨®n sovi¨¦tica que, de haberse producido, hubiera causado con seguridad un ba?o de sangre. En septiembre, Jaruzelski logr¨® entrevistarse en la ONU con diversos dirigentes occidentales que muy dif¨ªcilmente le hubieran recibido en sus respectivas capitales en aquel momento. Despu¨¦s, la c¨¦lebre visita a Par¨ªs para entrevistarse con el presidente Mitterrand, y el viaje del presidente de la Internacional Socialista, Willy Brandt a Varsovia hiceron progresar en Occidente la opini¨®n de que no se puede seguir aislando a Polonia por haber impuesto la ley marcial, sobre todo habida cuenta de los nuevos atisbos de un Proceso de distensi¨®n entre Este y Oeste.Es dif¨ªcil explicar por qu¨¦ debe ser aislada Polonia por parte de Occidente, cuando todas las capitales occidentales y el presidente norteamericano, Ronald Reagan, no tienen ning¨²n inconveniente en entrevistarse con el m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico. La opini¨®n sobre Jaruzelski ha cambiado en Occidente, si se except¨²a a la Administraci¨®n norteamericana. En Varsovia se considera que las relaciones entre Polonia y EE UU tardar¨¢n muchos a?os en recuperarse; algunos medios diplom¨¢ticos consideran que la hostilidad entre los dos pa¨ªses es, al menos en parte, irreversible. Las autoridades polacas piensan que Polonia ha sido utilizada por Reagan como arma arrojadiza en su enfrentamiento con la URSS.
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