Sade, una v¨ªctima del moralismo que castiga el ¨¦xito
La cantante comienza una gira por Espa?a
Sade acaba de obtener el Grammy a la m¨¢s prometedora estrella pop surgida en 1985. Su segundo elep¨¦ -Promise- ha escalado las doradas cumbres (de las listas de superventas en Estados Unidos. Sus actuaciones en Europa agotan las localidades. Su imagen resulta familiar incluso a quienes lo ignoran todo sobre su m¨²sica. Sade, una estrella en expansi¨®n. Hija de nigeriano y brit¨¢nica, criada en la peque?a ciudad costera de Clacton (Essex), 26 a?os, novia de un periodista, Robert Elms, graduada en la Saint Martin's School of Arts, su abuela nigeriana se extra?a de que alguien pueda ganarse la vida cantando. Donde vive ella, todo el mundo canta, por la ma?ana, por la noche, cuando est¨¢ contento, cuando quiere rogar, cuando hay que acunar. Desde su punto de vista, eso de cantar no es posible que sea un negocio demasiado bueno. Sin embargo, su nieta inglesa vive de eso. Actu¨® en Barcelona y ahora lo har¨¢, entre el 9 y 16 de abril, en Madrid, Valencia, San Sebasti¨¢n, Marbella y Sevilla. Sade se considera una v¨ªctima del moralismo que castiga el ¨¦xito.
MINGUS B. FORMIENTOR Gacelas y panteras. He aqu¨ª un par de representantes bien significativos de la fauna nigeriana. Velocidad y felinidad. Ascensi¨®n a la cumbre con la velocidad del rayo y gatuna predisposici¨®n a escurrirse del contrario (puede serlo cualquiera) cuando no est¨¦ en disposici¨®n de ofrecer ¨²nica y exclusivamente caricias. Entre los seres poco propensos a acariciar se hallan, c¨®mo no, los periodistas, seres incordiantes donde los haya, que al menor descuido le hincan el diente al personaje agraciado por la fama. De eso, a pesar de su corta carrera, Helen Folasade Adu parece tener franca y amplia constancia.
"A m¨ª no me agrada mucho que me entrevisten", afirma Sade. "No me gusta estar hablando de m¨ª, de mi vida, constantemente. Se vuelve una conversaci¨®n artificial. Considero, adem¨¢s, que la Prensa brit¨¢nica me ha estado martilleando sin cesar durante este ¨²ltimo a?o. Afortunadamente, no he parado mucho en el Reino Unido. As¨ª que no entiendo mucho c¨®mo se las han apa?ado para criticarme por tantas cosas. Supongo que es a causa de mi ¨¦xito. Hay moralistas en el Reino Unido que te apoyan hasta la muerte. Pero s¨®lo hasta la muerte. Nunca te apoyar¨¢n hasta el ¨¦xito. Desean compadecerte y encasillarte en sus esquemas y no lo consiguen si alcanzas el ¨¦xito. Si eres negro, tienes que ser pobre y vivir en el gueto. Entonces s¨ª, entonces pueden decir que eres un gran artista luchando para alcanzar el reconocimiento. Pero, curiosamente, si lo consigues, intentar¨¢n arrojarte a la basura. Por lo dem¨¢s, tampoco soy lo suficientemente negra para ellos. Soy mitad y mitad, y encima una mujer con ¨¦xito. Mi grupo tiene ¨¦xito, y eso les impide compadecerme, rompe con sus esquemas. He tenido un a?o duro y he sido bastante mal interpretada. No creo que sea dificil tratar o trabajar conmigo. Como grupo, creo que somos una de las bandas m¨¢s felices del mundo. Nos llevamos bien como personas y como amigos. Somos probablemente el grupo que mejor se lleva entre s¨ª, pero la gente se lleva tina mala impresi¨®n m¨ªa, porque se nos considera modernos, gente que est¨¢ en la onda y es algo fr¨ªvola. Y eso no est¨¢ demasiado bien visto en el Reino Unido. De ah¨ª que la Prensa brit¨¢nica me considere fr¨ªa y no muy buena persona".
La media sonrisa con que culmina su torrencial discurso no acaba de disolver la tensi¨®n. La situaci¨®n deviene agridulce, como la voz de Sade, como la estructura musical de muchos de sus temas. Parece que a Sade le ha resultado duro el acceso a la fama. No precisamente porque haya tenido que pelear muchos a?os para conseguirla tras un sinf¨ªn de penurias. Al contrario. Apenas dos a?os atr¨¢s era una dise?adora de modas que, para entretenerse, hac¨ªa voces en una banda desconocida y frecuentaba algunos c¨ªrculos de modernos londinenses de extracci¨®n universitaria. Su salto a la fama ha sido, pues, mete¨®rico. El sabor agridulce que tiene Sade de su escalada m¨¢s bien proviene de una flagrante y curiosa dicotom¨ªa que sobrevuela su carrera art¨ªstica. Cuando el ¨¦xito estalla bajo tus pies, cuando en ciertas partes del planeta consigues desbancar a Michael Jackson de las listas de ¨¦xitos siendo un reci¨¦n llegado al negocio musical, no debe resultar muy agradable que la cr¨ªtica sea en exceso remilgada con la nueva estrella. Tampoco la tiene que la Prensa se lance sobre los m¨¢s rec¨®nditos repliegues de su vida privada. Pero, en realidad, ?por qu¨¦ temas interesarse ante tan amplio ¨¦xito con tan escasa obra detr¨¢s? Sade ocupa portadas de publicaciones tan dispares como la brit¨¢nica The Face o la francesa Paris Magazine.
"No soy arrogante"
?Por qu¨¦ la fortuna ha escogido a Sade para que escalara tan r¨¢pidamente los primeros lugares en el mismisimo Estados Unidos, dada la enorme cantidad de excelentes voces femeninas que hay all¨ª? "En todas partes hay muy buenos artistas, y, por desgracia, no siempre los mejores tienen oportunidad de sobresalir y ser aclamados. De hecho, quienes destacan no son los mejores, sino aquellos que mejor aceptan los compromisos de las compa?¨ªas discogr¨¢ficas. Muchos m¨²sicos cambian sus ideas art¨ªsticas a causa de los consejos de las compa?¨ªas que han de vender sus discos. Por otro lado, no creo que puedas medir tus habilidades y talentos por el ¨¦xito que consigues. Sin embargo, creo que lo que hacemos nosotros, Sade como grupo, es especial, y no tengo ninguna intenci¨®n de ser arrogante. Puedo asegurarte que ponemos todo nuestro coraz¨®n e ilusi¨®n en lo que hacemos. No somos de esos que van a un estudio y le piden al productor que les saque las casta?as del fuego. Siempre estamos ah¨ª luchando hasta el final. En los momentos m¨¢s duros, siempre estoy all¨ª. Ponemos todo nuestro coraz¨®n en el ¨¢lbum que se graba. No quiero significar con eso que merezcamos m¨¢s que otros. Simplemente, que ponemos nuestro feeling m¨¢s aut¨¦ntico y genuino y tenemos buen cuidado en no dejar que nadie se aproveche de nosotros ni que la compa?¨ªa discogr¨¢fica nos malee a su antojo. He peleado constantemente con la casa de discos para que dejen de intentar cambiar nuestra identidad.
Planea sobre la conversaci¨®n un permanente deseo de dar muchas m¨¢s explicaciones de las que se piden y en una orientaci¨®n claramente justificatoria, cuando no defensiva. A lo que puede observarse en el trato forzosamente leve y distante de toda estrella en gira, la Prensa brit¨¢nica debe haber sido dura, inh¨®spita, implacable.
Al cantar, su voz suena con muchas menos inflexiones, menos rota, m¨¢s bien alejada de lo que ser¨ªa una arquet¨ªpica voz de soul... "No, no. Yo creo que los cantantes de soul son s¨®lo eso, cantantes de soul. Depende de a qui¨¦n te refieras. Por ejemplo, a alguien como Al Green no lo pueden comparar nunca con Ray Charles. No se puede comparar a nadie. No creo que exista un molde concreto o un modo preciso de describir a los cantantes de soul. No creo que se pueda categorizar su forma de cantar. Simplemente creo que todo depende de c¨®mo escuchas t¨² la m¨²sica y sus altibajos. Nuestra m¨²sica, por ejemplo, lleva el sello Sade, y en ella se observan nuestros altibajos y todo el drama que puede existir en ella. De hecho, por lo que a mi voz se refiere, opino todo lo contrario. Creo que no tengo suficiente control de mi voz, que es demasiado variable y que se rompe con mucha facilidad. En realidad, esa ser¨ªa mi propia cr¨ªtica. Que mi voz cambia demasiado dr¨¢sticamente y casi nunca resulta igual".
Cuesti¨®n de negocios
Cuando firm¨® contrato con la casa discogr¨¢fica CBS en enero de 1984 nadie conoc¨ªa a Sade, excepto su c¨ªrculo de amigos londinenses y las audiencias que hab¨ªan contemplado alguna de sus actuaciones en el Ronnie Scott's, la principal sala brit¨¢nica dedicada con continuidad a la programaci¨®n de jazz.
Quien le aconsej¨® tomar esa decisi¨®n profesional fue su abogado Brian Carr. Carr tiene fama d e negociador duro en los c¨ªrculos de la industria musical. Alcanz¨® notoriedad al defender los intereses de John Lyndon en el pleito que prosegu¨ªa contra su antiguo apoderado en la ¨¦poca de los Sex Pistols, Malcolm McLaren. Por lo dem¨¢s, eran varias las compa?¨ªas que hab¨ªan mostrado inter¨¦s por su maqueta contenierido Smoth operator y The love is king, muy especialmente Virgin. Pero Brian inclin¨® la balanza hacia CBS a causa "de su satisfactoria estructura como compa?¨ªa", eso s¨ª, arrancando un contrato francamente ventajoso para un inicio de carrera. Sade firm¨® a trav¨¦s de la Epic brit¨¢nica y con Portrait como sello norteamericano. Sesenta mil libras de adelanto sobre los derechos y el 14,75% sobre las ventas.
En marzo de 1985, durante la convenci¨®n celebrada por los ejecutivos de la multinacional en torno a algunas de sus grandes figuras, Sade ya era indiscutible centro de atenci¨®n para los mel¨®manos hu¨¦spedes del Waikiki Sheraton, en Hawai. Diamond life, el primer elep¨¦ del grupo, un disco grabado en el decr¨¦pito suburbio londinense de Willesden, hab¨ªa. generado tres singles de ¨¦xito, alcanzado la cima de las listas brit¨¢nicas, desplazando al Thriller jacksoniano en las de Italia, vendiendo, 1,5 millones de copias en Estados Unidos y lleva camino de alcanzarlos seis en todo el mundo. Nada ten¨ªa de raro que la plana mayor de su discogr¨¢fica la considerara entre sus buenas cartas para la temporada en ciernes. Sade ya era una artista masiva, iba camino del estrellato. Dif¨ªcilmente podr¨ªa volver al Ronnie Scott's de sus comienzos. Su aforo de 500 personas escasas no cubr¨ªa ni una ¨ªnfima parte de la demanda. Y eso que no puede decirse que la onda jazzy del pop brit¨¢nico disponga de un amplio mercado en el que integrar sus actuaciones.
?Han tocado o tocan en Ronnie Seott's grupos con un sonido pr¨®ximo al elaborado por Sade? "No
Sade, una v¨ªctima del moralismo que castiga el ¨¦xito
hay grupos similares. 'Desde que grabarnos Your love is king y el tema se transform¨® en ¨¦xito, pinch¨¢ndolo la BBC y la mayor¨ªa de cadenas pop comerciales, creo que qued¨® abierta la v¨ªa para otros grupos con enfoque pr¨®ximo al nuestro. Son grupos que llevaban tiempo trabajando en esa direcci¨®n, gentes como Working Week y Everything But the Girl. Han tenido mayores facilidades para exponer su m¨²sica a causa del ¨¦xito de nuestras canciones, pero no creo que se nos pueda comparar con ellos. Ni siquiera compararlos entre s¨ª. S¨®lo se nos puede cotejar musicalmente. Somos gente que trabaja pr¨®xima al viejo estilo, valorando mucho m¨¢s el car¨¢cter ac¨²stico de la globalidad, y ah¨ª si que puede decirse que ha surgido la oportunidad de que se d¨¦ a conocer algo diferente".M¨²sica de pel¨ªculas
?No tiene ninguna importancia que Robin Millar act¨²e como productor de la inmensa mayor¨ªa de esos grupos? "No, en realidad no. Creo que gente como Everything But the Girl tienen sus propias ideas. Y no le, digo porque les conozca mucho... Robin Millar tiene una habilidad fant¨¢stica para transformar la m¨²sica en un disco, pero no es ¨¦l quien la hace. Yo les he escuchado antes de que grabaran, y su m¨²sica y sus ideas son exactamente iguales que las que est¨¢n detr¨¢s del disco. Nosotros hacemos lo que hacernos, y Robin Millar se limita a sacar el mejor fruto posible de cada artista. Bien, en cualquier caso, es para mi un halago que me asocien con Working Week o Everything but the girl
Hay bandas m¨¢s recientes, como Simply Red. "Les conozco y me gustan mucho. Aprecio la voz de Mick Hucknall, y aunque s¨®lo le he visto una vez en persona, me pareci¨® muy agradable, encantador y carism¨¢tico. Con s¨®lo verle puedes captar que hace la m¨²sica que hace porque es la que le gusta, no por razones comerciales. Estas cosas se perciben de inmediato".
A prop¨®sito de sus preferencias musicales a la hora de instalarse ante el tocadisco de su casa, Sade reconoce que le encantan las bandas sonoras. "Por ejemplo, la de Taxi driver, la escrita por Gato Barbieri para El ?ltimo tango en Par¨ªs o la que compusiera Marvin Gaye para Mr. T. Mis gustos musicales. son un tanto dram¨¢ticos y expresivos. Me gusta la m¨²sica con la que puedes establecer asociaciones mentales. Me gusta Marvin Gaye, Bill Withers, Miles Davis o Aretha Franklin, todos los buenos".
Usted tiene fama de frecuentar discotecas y, sin embargo, sobre el escenario apenas s¨ª muestra el menor inter¨¦s por el baile, el movimiento. "Bien, es que en escena estoy aguantando el micr¨®fono. No es nada f¨¢cil cantar y bailar al Mismo tiempo, y como cantar canto mucho, pues no resulta tan sencillo el asunto. Creo que bailo bastante considerando la tonalidad de mis temas. La Prensa brit¨¢nica, dice que no bailo, pero la mayor¨ªa de ellos r¨ªo saben bailar. As¨ª que no creo que sepan lo que dicen".
Vida an¨®nima
Sade es, adem¨¢s de tina experiencia musical de ¨¦xito, una imagen con gancho, trabajada, mimada. Sade reh¨²ye la presencia de fot¨®grafos en sus contactos con la Prensa. Las fotos ya se encargar¨¢ de facilitarlas su gabinete, fotos de Toski, Yajima, miembro regular de su equipo y cuya contribuci¨®n a la imagen de Sade no es en absoluto desde?able.
?Es eso una estrategia? "No, no; no se trata de ninguna estrategia. Lo que sucede es que odio que me fotograf¨ªen, que pueda identific¨¢rseme f¨¢cilmente. Quiero mantener mi yo. No quiero terminar como Michael Jackson, teniendo que recurrir a disfraces para gozar de un poco de libertad, de privacidad. Te estoy siendo sincera. Si le das a la Prensa todo lo que quiere, se creen due?os de ti".
Curiosa insistencia cuando desde el lado del entrevistador no se estaba estimulando rumorolog¨ªa alguna ni se persegu¨ªa, por activa o por pasiva, inmiscuirse en la privacidad de la cantante anglo-nigeriana. Por lo dem¨¢s, la imagen que proyecta esa Sade privada, esa Sade cara a cara, es de sencillez, rayana casi en la timidez. Nada hay en Sade que parezca justificar la aureola sofisticada con la que a menudo se la asocia.
Sofisticaci¨®n
"La palabra sofisticado me hace pensar en algo artificial. Pero yo soy como soy. Creo que depende de los criterios de cada uno sobre la sofisticaci¨®n. Si se considera que es algo deslumbrante, entonces no me apunto. Para m¨ª, la sofisticaci¨®n consiste en estar bien con uno mismo. No creo que sea algo directamente conectado con tu apariencia fisica. No me considero estrafalaria ni majara. No llevo el pelo tieso, no pego brincos. Quiz¨¢ a eso lo consideren sofisticaci¨®n porque no hay demasiada gente as¨ª. Ignoro qu¨¦ razones han llevado a contemplarme como una figura de c¨®ctel, vestida de noche con un lujoso traje. En la portada de Diamond life llevo una chaqueta Lewis y en la de Promise llevo tejanos con un agujero en la rodilla, que la compa?¨ªa discogr¨¢fica intent¨® disimular y yo me asegur¨¦ de que no lo hiciera". Son esos mismos tejanos que Sade luc¨ªa en la sesi¨®n que sirvi¨®. para hacer la fotograf¨ªa que ilustr¨® el pasado mes de noviembre la portada de The Pace.
Uno de los temas de su segundo disco, Fear, incorpora una curiosa cuarteta en castellano: "Azul es el color del rojo cielo. / Volver¨¢, volver¨¢ a m¨ª esta noche. / Azul es el color que siento adentro. / Matador, no puedo esconder mi amor". ?La indujo a ello alg¨²n motivo especial? "El tema mismo de la canci¨®n. Yo quer¨ªa escribir una canci¨®n que tratara del miedo, del temor, y ¨¦se es el n¨²cleo de la canci¨®n. Quer¨ªa escribir un tema que explicara de forma pintoresca lo que es el miedo, la pasi¨®n, la tensi¨®n que te crea hallarte en una situaci¨®n que no controlas y el miedo que puedes sentir a dar un paso en falso. Algo as¨ª como el miedo a lo que pueda pensar como consecuencia de haber tomado determinada decisi¨®n en la que tienes mucho que perder. Sientes mucho m¨¢s miedo a la hora de decidirte que cuando has actuado. Pens¨¦ que ser¨ªa una buena idea cantarla en el idioma que inspira el tema de la canci¨®n".
Sin embargo, conoce poco de los toros. "Le¨ª un libro que trataba de El Cordob¨¦s, hombre al que considero muy apuesto y a quien vi en una corrida de vaquillas en los d¨ªas en que vinimos a filmar nuestro v¨ªdeo en Espa?a. Me gustar¨ªa ver una corrida de verdad. Pero creo que me angustiar¨ªa. Seguro que acabar¨ªa escondi¨¦ndome debajo de la silla, porque siempre tengo la tendencia a colocarme en el lugar del perdedor. Si estoy mirando un combate de boxeo, siempre me pongo en el lugar del que va perdiendo. Y, si cambian las tomas, pues de nuevo me sit¨²o en la piel del que lleva la peor parte. Me da pena".
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