Por buler¨ªas... ?y ol¨¦!
Antes de la fiesta hubo una ronda de soleares, y est¨¢ bien que as¨ª fuera, porque la sole¨¢ es la madre de la buler¨ªa y porque estaba all¨ª la Fernanda, que si no canta por sole¨¢ es como si nos dejara hu¨¦rfanos. Fue, sin duda, la de Fernanda, la voz m¨¢s ?mpresionante de la noche, aunque a la mayor¨ªa no se lo Iparecer¨ªa. La voz m¨¢s honda/jonda, profunda, sin brillo, sorda, que llega con muchas fatiguitas a donde quiere llegar -cuando lo logra-Zpero que al primer ?ay! ya nos produce un repel¨²s de estremecimiento y escalofr¨ªo que nunca sabr¨¦ explicar.Antes hab¨ªa cantado el Indio Gitano, que por soleares es tambi¨¦n casi siempre grande, y lo fue en esta ocasi¨®n; despu¨¦s, en los jaleos de Badajoz (algo as¨ª como el equivalente extreme?o de las buler¨ªas), preocupado por si se le ca¨ªa encima un lateral del escenario, el Indio ya se despist¨® un poco.
Cumbre flamenca: al son de la buler¨ªa
Indio Gitano (cante) y Juan Salazar (toque). Fernanda y Bernarda de Utrera (cante) y Paco del Gastor (toque). Los Parrilla de Jerez: Manuel y Juan (toque) y Ana (baile), con` Antonio de Mallena (cante), La Paquera (cante) y su familia Los M¨¦ndez (cante y baile): T¨ªa Dolores, Luisa Torran, T¨ªo Eduardo, T¨ªo Pili, Paco Ruiz, Manuela.,de Jerez, Rafael Agarrado, Pepe M¨¦ndez, La Margar?, Paqui Flores, Alonso Flores, Joselito M¨¦ndez, Antonio M¨¦ndez, Rubichi y Alonso Flores. Ni?o Jero (toque). Madrid, teatro Alcal¨¢ Palace, 24 de abril.
La Paquera sali¨® a arrollar, con esa personalidad suya tan peculiar, y arroll¨® por supuesto, en el polo opuesto a la Fernanda. Tiene una voz aguda, tiene facultades y puede permitirs e ellujo de dejar el micr¨®fono cuando le da la gana. Cant¨® buler¨ªa por sole¨¢ primero, y despu¨¦s capitane¨® a toda su familia de los M¨¦ndez y a cuantos pisaron el tablao a su aire, un aire marcial y aguerrido, desaforado y Arrebatador, que el p¨²blico recibe con simpat¨ªa.
Soleares y buler¨ªas por sole¨¢ bail¨® Ana Parrilla. Ah¨ª la quer¨ªa yo ver, pues nunca antes hab¨ªa tenido ocasi¨®n de asistir m¨¢s que a actuaciones suyas de escasa entidad. Atenci¨®n a Ana Parrilla, hay en ella una bailaora al viejo estilo, que nos recuerda a aquellas se?oras del baile jondo de las que hoy apenas queda otra cosa que la leyenda. Sin despein¨¢rsele. un pelo, sin ca¨¦rsele la flor del peinado, sin un zapatazo, sin ninguna crispaci¨®n, Ana Parrilla nos dej¨®, algunas de las secuencias de baile flamenco en mujer m¨¢s bellas que recuerdo.
Y despu¨¦s ya, el resto fue un fastuoso, recital buleariero, en que brill¨® especialmente el arte de la Bernarda. La palabra escrita tiene sus limitaciones, ciertamente, y hay cosas que decididamente no se pueden explicar ni por aproximaci¨®n. Fue una de esas demostraciones en que pienso que pudimos acercarnos bastante a un arte flamenco todav¨ªa aut¨¦ntico y en estado de, pureza.
Muchos de los que all¨ª cantaban y bailaban no son artistas profesionales, aprendieron a cantar y bailar as¨ª en sus casas, en las fiestas familiares, en los barrios gitanos de Santiago y San Miguel de Jerez. El baile de Luisa Torran es verdadero y emocionante. El baile y el cante de T¨ªa Dolores tiene se?or¨ªo, tiene un ins¨®lito empaque.
El T¨ªo Pili hace una cosa cortita cantando y bailando, pero tiene una gracia fabulosa. T¨ªo Eduardo canta por buler¨ªas de maravilla. Manuela hizo tambi¨¦n' el cante y el baile por der¨¦cho, con duende en su presencia un tanto inquietante.. Los ni?os Paqui y Joselito le echaron unos modos que ya quisieran para s¨ª muchos profesionales.
El toque fue otra fiesta. Cinco grandes. guitarristas, algunos verdaderamente excepcionales, que precisamente por juntarse tantos y de tal calidad quiz¨¢ no encontraron espacio suficiente para ofrecer cada uno todo lo que sabe en el palo buleariero, que es mucho m¨¢s, mucho m¨¢s.
Una gran fiesta por buler¨ªas, la m¨¢s hermosa fiesta por buler¨ªas que yo recuerdo haber presenciado.
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