Crisis econ¨®mica por la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo
En poco menos de cinco meses, la estrategia adoptada por el Gobierno mexicano para hacer frente a la ca¨ªda de los precios internacionales del petr¨®leo lleg¨® a su fin. Incapaz de seguir soportando el servicio de su enorme deuda externa y, al mismo tiempo, enfrentado a un acelerado deterioro de su econom¨ªa interna, M¨¦xico ya no puede seguir con su pol¨ªtica de buena conducta frente a sus acreedores.En el mes de febrero pasado, Miguel de la Madrid, en un discurso televisado a todo el pa¨ªs, hab¨ªa lanzado una dram¨¢tica petici¨®n de auxilio a la comunidad internacional solicit¨¢ndole mayor comprensi¨®n hacia su pa¨ªs, y pidi¨¦ndoles al mismo tiempo a sus acreedores compartir sacrificios. El llamamiento del presiderte mexicano no encontr¨® respuestas positivas; por el contrario, el Gobierno inici¨® a partir de entonces una dif¨ªcil traves¨ªa a trav¨¦s de un desierto lleno de interrogantes. "El Estado ya no puede seguir financiando la d¨¦b?cle", dijo a EL PA?S un alto funcionario del Gobierno. "Lo hicimos durante cinco meses, pero ahora tenemos que pasar la cuenta a nuestros acreedores".
El precio pagado por M¨¦xico, en efecto, ha sido demasiado alto. El pago de intereses puntual sigui¨® siendo el peso del Gobierno, y con ello lograr una buena imagen en el exterior. Aparte de agotar casi las reservas, esta pol¨ªtica no proporcion¨® ning¨²n fruto al pa¨ªs. Sus relaciones con Estados Unidos, en lugar de mejorar, empeoraron, y la ansiada comprensi¨®n buscada en sus acreedores nunca lleg¨®.
Peor a¨²n, el efecto interno ha llevado al pais casi a una eventual bancarrota. La tasa de inflaci¨®n alcanzar¨¢ este a?o sin dificultad el 100%, la planta productiva ha quedado seriamente dafiada ante la falta de cr¨¦ditos y el descontento de la poblaci¨®n no hace m¨¢s que aumentar.
A comienzos de junio, en la ciudad de Hermosillo (al norte del pa¨ªs), el presidente De la Madrid dijo en un discurso, calificado de vigoroso por su aparato de prensa, que la capacidad de pago real del pa¨ªs pod¨ªa mantenerse, e incluso elevarse, si a M¨¦xico se le permit¨ªa seguir creciendo.
Fue la primera se?al de que algo cambiar¨ªa. En conversaciones privadas, un miembro del gabinete econ¨®mico dijo que la ¨²nica opci¨®n v¨¢lida que le quedaba a M¨¦xico era evitar la quiebra de la capacidad productiva del pa¨ªs.
"Tiene que haber concesiones por parte de los acreedores", dijo el pol¨ªtico, y como soluci¨®n indic¨® que el servicio de la deuda podr¨ªa estar relacionado con el precio internacional del petr¨®leo mexicano, actualmente a 12 d¨®lares el barril. "No hay otra opci¨®n", dijo el pol¨ªtico, "porque a lo imposible nadie est¨¢ obligado".
La estrategia actual del Gobierno parece ser otra. Despu¨¦s del anuncio hecho por el secretario de Hacienda, Jes¨²s Silva Herzog, en el sentido de que el Gobierno no descartaba la posibilidad de suspender los pagos, de la deuda externa, se inici¨® en el pa¨ªs una vigorosa campa?a para lograr un consenso en favor de la moratoria.
Apoyo de todos los partidos
En la C¨¢mara de los Diputados, y con excepci¨®n del Partido de Acci¨®n Nacional, que sigue insistiendo en las negociaciones, todos los dem¨¢s partidos se han pronunciado a favor de la suspensi¨®n de pagos. En San Diego (Estados Unidos), el secretario de Relaciones Exteriores, Bernardo Sep¨²lveda, dijo ante un auditorio de periodistas y pol¨ªticos norteamericanos que la deuda mexicana era impagable.La poderosa central de trabajadores mexicana tampoco se qued¨® callada. El octogenario y poderoso l¨ªder de la central sindical, Fidel Vel¨¢zquez, dijo que la moratoria ser¨ªa respaldada por el movimiento obrero.
La primera y hasta ahora ¨²nica raz¨®n que provoc¨® el discurso en favor de la moratoria fue una brutal ca¨ªda del peso con respecto al d¨®lar, y que oblig¨® al Banco de M¨¦xico a intervenir. El d¨®lar se ha transformado en el term¨®metro del desconcierto, y la vieja frase "el mexicano cuando tiene miedo compra d¨®lares" tiene m¨¢s significado que nunca. La especulaci¨®n hizo que el d¨®lar se cotizara hasta 800 pesos, 200 m¨¢s en menos de una semana.
Con o sin moratoria, es indudable que el actual Gobierno tiene que cambiar el rumbo, tanto hacia sus acreedores como tambi¨¦n hacia la poblaci¨®n mexicana, que ha sufrido como nunca la pol¨ªtica de austeridad.
En s¨®lo tres a?os de gobierno, el deterioro del salario m¨ªnimo real ha sido de un 50% en 1985; una familia con ingresos del salario m¨ªnimo deb¨ªa destinar el 75%, s¨®lo para comer, con un agravante en el presente a?o: el Gobierno ha comenzado a eliminar subsidios en la alimentaci¨®n.
En cuatro a?os, de 1981 a 1985, seg¨²n estad¨ªsticas oficiales, m¨¢s de tres millones de personas se adhirieron a la poblaci¨®n activa, pero en el mismo per¨ªodo s¨®lo fueron creados 670.000 nuevos empleos.
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