Campsa y las refiner¨ªas espa?olas acuerdan el abanderamiento m¨²ltiple de las estaciones de servicio

La compa?¨ªa Campsa y las empresas refinadoras espa?olas -que a su vez son las accionistas de la empresa- han llegado pr¨¢cticamente a un acuerdo que perimitir¨¢ el abanderamiento m¨²ltiple de las estaciones de servicio o puntos de venta al por menor de carburantes y lubricantes. El pacto de cabaleros supone una modificaci¨®n del protocolo firmado por el Ministerio de Industria y Energ¨ªa, el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) y las refiner¨ªas espa?olas en el verano de 1984, que recog¨ªa la voluntad de mantener una sola marca, la de Campsa. Fuentes solventes aseguran que ¨¦sta no ser¨¢ la ¨²nica modificaci¨®n que experimentar¨¢ el mencionado protocolo.

Razones de ¨ªndole comercial, fundamentalmente, han primado sobre los argumentos que esgrim¨ªan los que han sido calificados como "los a?orantes" del monopolio. La defensa a ultranza que ¨¦stos realizaban de una marca ¨²nica, vinculada adem¨¢s a la antigua compa?¨ªa gestora del monopolio de petr¨®leos, se ha visto contestada por los estudios de mercado realizados por los accionistas de Campsa. El pacto que rechaza el abanderamiento ¨²nico puede incluir en breve el acceso de las refiner¨ªas, p¨²blicas y privadas, a la propiedad y gesti¨®n de las estaciones de servicio.La batalla del abanderamiento ¨²nico versus abanderamiento m¨²ltiple se ha mantenido larvada desde que las empresas del sector de refino y el Gobierno iniciaron conversaciones, a principios de 1983, para la verticalizaci¨®n del sector, cuyo objetivo era la transformaci¨®n de Campsa -hasta muy recientemente, la compa?¨ªa gestora del monopolio- en una empresa moderna de distribuci¨®n al servicio de las refiner¨ªas. Presiones pol¨ªticas y sindicales impusieron la idea de una marca ¨²nica que, pese al pacto de caballeros alcanzado, su abandono formal todav¨ªa no se ha anunciado.

Nueva imagen

Campsa tiene previsto celebrar su junta general de accionistas a finales de este mes, ocasi¨®n que ser¨¢ utilizada por su presidente, Jos¨¦ Luis D¨ªaz Fern¨¢ndez, para desvelar una parte de la estrategia comercial de la compa?¨ªa durante el per¨ªodo de adaptaci¨®n (1986-1992) del monopolio de petr¨®leos a la Comunidad Europea. D¨ªaz Fern¨¢ndez, que estuvo hace unos d¨ªas en California ultimando detalles sobre la futura imagen de la sociedad con la empresa consultora Landor, presentar¨¢ la nueva imagen de la marca Campsa, dise?ada por los consultores norteamericanos. La marca conserva la palabra Campsa, si bien el color azul experimenta una transformaci¨®n de tonalidad y desaparecen los anillos cerrados del anterior logotipo.Es muy probable que la alta direcci¨®n de Campsa confirme, en esa ocasi¨®n, el deseo de los accionistas de la compa?¨ªa de comercializar los productos de venta bajo distintas marcas. En un principio la idea pasaba por la oferta de varias marcas propiedad de Campsa, pero el pacto de caballeros alcanzado se orienta hacia el uso de aquellas marcas, ya consagradas, asociadas con los accionistas de la sociedad, tales como EMP, Cepsa, Petromed, ERT y Petronor.

Por otro lado, la nueva legislaci¨®n que el Ministerio de Industria prepara para la venta al por menor de los productos petrol¨ªferos fuera del ¨¢mbito del monopolio permitir¨¢, seg¨²n fuentes solventes, que todos los operadores al por mayor (multinacionales y refiner¨ªas espa?olas) puedan tener acceso a la distribuci¨®n al por menor de los contingentes de importaci¨®n autorizados por el Tratado de Adhesi¨®n a la CE. Esto supondr¨¢ que las refiner¨ªas espa?olas puedan tener su red propia para distribuir estos productos, al tiempo que se estudia alguna f¨®rmula para modificar (fuentes ministeriales desmienten este extremo) la distribuci¨®n exclusiva por Campsa de los productos del monopolio.

El probable adelanto de esta normativa se debe, aparte de las sugerencias de la Comisi¨®n Europea, a la queja formulada por algunas multinacionales respecto al desigual reparto realizado de los contingentes de importaci¨®n correspondientes al primer semestre de 1986, concedido entre Exxon, Total y Shell (30%) y las refiner¨ªas espa?olas (70%).