La seguridad en los bancos
Cada vez somos m¨¢s indiferentes a la desgracia ajena. Los millones de seres que mueren de hambre, las cat¨¢strofes, los accidentes de tr¨¢fico, etc¨¦tera, cada vez suenan m¨¢s a estad¨ªsticas que a desgracias.Sin embargo, cuando la muerte se acerca a nosotros, la sensibilidad se hace m¨¢s patente. La reciente muerte de un. empleado de banca por los navajazos del atracador de turno pone de actualidad (siempre tiene que ocurrir algo gordo para que un problema se actualice) la seguridad en los bancos. Los sindicatos vienen insistiendo en este asunto desde hace tiempo, siendo una de sus machaconas reivindicaciones en el convenio actualmente en negociaci¨®n (que no tiene fin). La patronal bancaria no quiere ni o¨ªr hablar de este asunto (otra cosa ser¨ªa si los directores generales pagaran los talones), remitiendo las reclamaciones al Ministerio del Interior, trat¨¢ndose (y de eso se trata) de las empresas con mejores beneficios del pa¨ªs.
Los empleados de banca, otrora bien considerados socio-econ¨®micamente, constituyen hoy un sector en declive; la reconversi¨®n bancaria, aunque silenciosa, ya hace tiempo que comenz¨®. La mecanizaci¨®n de los procesos administrativos ha impedido que la banca continuase generando empleo, y hoy algunas oficinas se mantienen con uno o dos empleados que hacen de todo. La seguridad cuesta dinero, y las provisiones, a la hora de realizarse, tienen en cuenta los posibles atracos. Si las personas sufren o no da?os, eso es cosa del se?or Barrionuevo.
Mal asunto este, en el que el dinero se constituye en objetivo prioritario y el trabajador debe pechar con el riesgo. Se est¨¢n invirtiendo los t¨¦rminos y, por desgracia, la banca, que podr¨ªa solucionar el problema o amortiguarlo al menos, recortando ligeramente sus enormes beneficios, no constituye un ejemplo a imitar.
Posiblemente tendr¨¢n que morir unos cuantos empleados m¨¢s para que se tome conciencia del problema, igual que suele ocurrir con los puntos negros de las carreteras u otros conflictos, que s¨®lo salen a la luz y se les pone soluci¨®n despu¨¦s de la protesta del sector afectado y el sacrificio de unos cuantos, que dejaron su vida por el ego¨ªsmo o la dejadez de aquellos que pudiendo y debiendo tomar a tiempo las oportunas medidas no lo hicieron-
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