?Se hace marxista la Iglesia?
Algo de esto parece indicar, en un angustioso SOS, el profesor Ricardo de la Cierva en su reciente y voluminoso libro Jesuitas, Iglesia, 1965-1985. La teolog¨ªa de la liberaci¨®n, desenmascarada. Y me parece que es ¨²til decir algo sobre este grueso panfleto desde las p¨¢ginas de este diario, al que De la Cierva califica constantemente de "promarxista".Al se?or De la Cierva, todos los dedos se le hacen hu¨¦spedes. Y as¨ª descubrimos 1os disparates del profeta de: Ollinda-Recife" (monse?or H¨¦lider C¨¢mara); el peligroso progresismo del padre Jos¨¦: Luis Mart¨ªn Descalzo (?ser¨¢ tambi¨¦n promarxista Abc?); el "abandonismo" del secretario de la Conferencia Episcopal, monse?or Fernando Sebasti¨¢n, y de su presidente, monse?or D¨ªaz Merch¨¢n, al que adem¨¢s se le acusa de "pacifismo radical" en connivencia con "progresistas radicales"; la condici¨®n de "movimiento comunista Y ateo" de la revista religiosa IDOC, editada en Roma; la peligroslidad her¨¦tic.a de la inmensa mayor¨ªa de las editoriales religiosas de Espa?a, etc¨¦tera. El espect¨¢culo, pues, es abracadabrante. La Iglesia espa?ola ser¨ªa un mont¨®n de ruinas, de las que se salvar¨ªa un pu?adito de obispos, de te¨®logos y de fieles.
En esta dolorosa selectividad, el profesor De la Cierva pone, de un lado, a un par de te¨®logos, y del otro, a la inmensa mayor¨ªa. Aquellos ser¨ªan los ¨²nicos que en este per¨ªodo por ¨¦l estudiado habr¨ªan producido obras teol¨®gicas sustanciales. Los otros se habr¨ªan dedicado a la confecci¨®n de inmundos y fr¨ªvolos panfletos. Yo no puedo ahora responder aqu¨ª por todos, pero s¨ª lo puedo hacer por m¨ª mismo. En efecto, en ese per¨ªodo, yo he publicado un extenso comentario a la Ep¨ªstola a los G¨¢latas, una traducci¨®n y comentario de todo el Nuevo Testamento, libros como El Evangelio de Pablo, El poder popular, tentaci¨®n de Jes¨²s, los comentarios del Nuevo Testamento en el Misal de la comunidad y cinco art¨ªculos en la magna obra Fundamentos de pastoral. Esto sin contar los no pocos art¨ªculos monogr¨¢ficos publicados en diversas revistas teol¨®gicas espa?olas y extranjeras. Para el resto de mis compa?eros recomiendo al se?or De la Cierva que por lo menos ojee los cat¨¢logos de las "malditas" editoriales S¨ªgueme, Sal Terrae, Paulinas, Verbo Divino, Marova, PPC, etc¨¦tera.
Pero lo peor del profesor De la Cierva es que reconoce que las actitudes de los anatematizados te¨®logos est¨¢n respaldadas por amplias mayor¨ªas de la "instituc:¨®n" eclesial; y as¨ª, por ejemplo, admite que el te¨®logo brasile?o Leonardo Boff estaba respaldado por dos cardenales brasile?os y por la mayor parte de la orden franciscana a la que pertenece.
A nuestro autor parece que le alarma el que los te¨®logos de la liberaci¨®n admitan como leg¨ªtima la defensa de los injustamente atacados. A m¨ª tambi¨¦n me alarma. Por eso no puedo menos que deplorar que en el documento vaticano sobre Libertad cristiana y liberaci¨®n se siga la l¨ªnea de la enc¨ªclica de Pablo VI Popul¨®rum progressio, seg¨²n la cual se considera l¨ªcita la violencia en leg¨ªtima defensa y a¨²n se deja abierta la puerta para la licitud del tiranicidio. Yo pertenezco a los que creen que la utop¨ªa evang¨¦lica es absolutamente contraria, a toda clase de violencia. Pero, en todo caso, si se condena a algunos te¨®logos de la liberaci¨®n por admitir como ficita la leg¨ªtima defensa. de los oprimidos, se est¨¢ tambi¨¦ri. condenando al propio magisterio cat¨®lico, al menos en la fase en la, que actualmente se encuentra, fase que ojal¨¢ sea pronto superada. En este sentido, el se?or De la Cierva no est¨¢ bien informado, pues ?qu¨¦ dir¨ªa si supiera que yo siempre me opuse, desde el principio, a Cristianos por el Socialismo, por miedo a que surgiera de ah¨ª un nuevo partido confesional, como naci¨® en su tiempo del Movimiento de Cristianos por la Democracia?
Habr¨ªa muchas m¨¢s cosas que decir, pero basten estas dos:
1. Que no hay miedo por ahora de que el KGB sovi¨¦tico ande financiando teolog¨ªas cristianas por.el Occidente.
2. Que el fen¨®meno mismo de la existencia de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n es un rotundo ment¨ªs a la esencia del marxismo, seg¨²n el cual la religi¨®n es solamente una "superestructura", un reflejo de las condiciones econ¨®micas de la sociedad, mientras que, por el contrario, en Am¨¦rica Latina es la religi¨®n, a trav¨¦s de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, la que est¨¢ influyendo poderosamente en la estructura econ¨®n¨²ca de aquel subcontinente.
Y si no que se lo pregunten al se?or Rockefeller, a la CIA y al mism¨ªsimo se?or Ronald Reagan.
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