R¨¦quiem por un maestro
Este filme, como tantos otros que se estrenan y uno se pregunta por qu¨¦, podr¨ªa por propios m¨¦ritos ir derecho al saco negro de la cr¨ªtica del silencio, ¨¦sa que se destina a los filmes que no provocan ni una sola idea y nada hay que decir de ellos.Pero resulta que su director, Mario Monicelli, es uno de los grandes, de los indiscutibles maestros del cine europeo de la posguerra, y por esta raz¨®n merece cuando menos que esto se advierta y se suscite a reflexionar acerca de c¨®mo demonios es posible que de mano tan afinada como la suya haya salido una obra tan desafinada como ¨¦sta.
La gran guerra, Los compa?eros, Rufuf¨². Basta con enunciar los t¨ªtulos de estos tres, entre otros muchos, eminentes filmes dirigidos por ¨¦l para que resulte pr¨¢cticamente inimaginable alinearlos con este Quinteto a lo loco, que casi se sit¨²a dentro del cine bajo m¨ªnimos.
Un quinteto a lo loco
Director: Mario Monicelli. Gui¨®n: Tullio Pinelli, Piero de Bernardi, Leo Benvenutti y Monicelli. Fotograf¨ªa: Sergio d'Offizi. Producci¨®n italiana, 1985. Int¨¦rpretes: Ugo Tognazzi, Philippe Noiret, Gastone Moschin, Adolfo Celi, Renzo Montagnani, Milena Vokotic, Angela Goodwin, Paolo Stoppia. Estreno en Madrid: cines Madrid y Proyecciones.
Un ejemplo doloroso: Monicelli fue siempre un sabio cargado de mano izquierda y, al mismo tiempo, en¨¦rgico director de actores. Un actor que trabaj¨® en algunas de sus mejores pel¨ªculas, Vittorio Gassman, cuenta en sus memorias que de nadie aprendi¨® tanto como de Monicelli en el dominio del dificil¨ªsimo dispositivo an¨ªmico que permite a un actor de teatro reducir su gesto y situarlo a la altura y medida de la mirada de una c¨¢mara.
Pues bien, este filme firmado por Monicelli parece obra de un p¨¦simo y torp¨ªsimo director de actores, ya que ¨¦stos deambulan entre artificiosos e ins¨ªpidos gags sin sacar un solo destello de s¨ª mismos, lo que ya es de por s¨ª dif¨ªcil cuando en el reparto hay que contar con la brillantez natural. de, por poner un ejemplo flagrante, Philippe Noiret. Hacer que: ¨¦ste act¨²e mal es casi un milagro que Monicelli consigue con todos los agravantes.
Los viejos cineastas encuentran, ya que las exigencias y la. dureza de la industria del cine e s fr¨ªa y no hace distingos, muchas dificultades para rodar sus ¨²ltimos filmes. Pero hay muchos Casos en que, cuando alg¨²n viejo cineasta logra su prop¨®sito y al fin realiza a trancas y barrancas un filme, suele dar en ¨¦l una lecci¨®n de econom¨ªa y precisi¨®n narrativas. Asumen su ancianidad y extraen de ella la quintaesencia destilada de su madurez.
Por desgracia, el Monicelli de Un quinteto a lo loco no est¨¢ en este apartado y su obra tiene el sello del aprendiz, del que, sin tronco, se nos va por las ramas. Se siente la tentaci¨®n de entonar un r¨¦quiem por un maestro, pero todav¨ªa es tiempo de resistirse a olvidar lo que Monicelli nos dio y de seguir a?orando lo que su genio siga d¨¢ndonos, que buena falta nos hace.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.