La RDA, laboratorio de nataci¨®n, dobla en t¨ªtulos a EE UU
Wolfgang Richter, director t¨¦cnico de la nataci¨®n de la RDA desde 1980, dijo al llegar a Madrid que el objetivo era quedar entre los dos primeros equipos. Cuando se ha disputado la mitad de las jornadas, la RDA dobla en t¨ªtulos a la otra gran potencia, Estados Unidos, a la que ya derrot¨® en 1982 y una de cuyas cuatro medallas de oro ha sido ganada por el saltador Louganis. Las nadadoras alemanas son la base de un ¨¦xito de laboratorio, al que los nadadores tambi¨¦n colaboran. La RDA es el m¨¢ximo ejemplo mundial de dedicaci¨®n al deporte. Es su mayor propaganda.
La RDA consigui¨® en los anteriores Campeonatos Mundiales de Guayaquil 82 doce medallas de oro, diez femeninas y dos masculinas. Estados Unidos se qued¨® en ocho, con seis logradas por los hombres y dos por las mujeres. Fue la ¨²ltima ocasi¨®n en que se enfrentaron al m¨¢ximo nivel los dos pa¨ªses y la derrota norteamericana fue elocuente. Los responsables de la nataci¨®n alemana oriental quedaron incluso sorprendidos del fracaso de sus rivales y antes del comienzo de las pruebas en Madrid no pensaban repetir su ¨¦xito. Pero llevan camino de lograrlo.La RDA irrumpi¨® con la m¨¢xima fuerza en el concierto internacional de la nataci¨®n en los I Mundiales, los de Belgrado 73. Deportivamente, ya lo hab¨ªa empezado a hacer desde 1970 11 en otras modalidades que le parecieron apropiadas: atletismo, remo y pirag¨¹ismo, sobre todo. El equipo de la RDA, tras un leve escarceo en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich 72 -oscurecido por las siete medallas de oro del estadounidense Mark Spitz-, super¨® al gigante norteamericano, dominador absoluto del deporte acu¨¢tico hasta ese momento. Logr¨® doce t¨ªtulos (diez femeninos y dos inasculinos) por once Estados Unidos (tres y ocho). En Cali 75, II Mundiales, las distancias desaparecieron: once t¨ªtulos para cada uno. Estados Unidos: ocho imasculinos y tres femeninos. La RDA, diez y tres. En los siguientes Juegos Ol¨ªmpicos, Montreal, 76, los norteamericanos restablecieron su primac¨ªa, pero m¨ªnimamente. La igualdad era ya dominante. Ganaron doce medallas de oro masculinas y una femenina; la RDA, once femeninas. La lucha estaba clara: nadadores estad oulaidenses contra nadadoras alemanas orientales.Los III Mundiales, en Berl¨ªn 78, fueron el ¨²nico fracaso alem¨¢n. Estados Unidos, dominador en hombres como siempre, con once t¨ªtulos, arroll¨® inesperadamente en mujeres, con nueve, dejando s¨®lo uno a la RDA. La dura lecci¨®n, con el par¨¦ntesis de Mosc¨² 80 a causa del boicoteo norte americano, fue bien aprovechado por la RDA, cuyo milagro corr¨ªa peligro de terminar. En Guayaquil se comprob¨® que no y, tras el nuevo boicoteo de Los ?ngeles 84, sin posible contacto, el que parece tambalearse es Estados Unidos.
M¨¦todos
Las nadadoras de la RDA poseen actualmente diez de los 16 r¨¦cords del mundo femeninos. Ninguno masculino. En hombres, simplemente, tienen algunas figuras, pero suficientes, como el polifac¨¦tico Lodziewski, Dassler o Woithe, en el estilo libre, para dar la gran sorpresa de ganar el relevo de 4X200 metros libres, desde siempre considerado como el ¨ªndice de la potencialidad natatoria de los pa¨ªses; tambi¨¦n los espaldistas Baltrusch y Richter. ?De d¨®nde ha surgido y surge su fuerza? La RDA se plante¨® que dentro de su pol¨ªtica el deporte era un pilar fundamental no s¨®lo por ser saludable para los ciudadanos, sino como propaganda en la elite. Para esto ¨²ltimo, el trabajo cient¨ªfico result¨® b¨¢sico.
Se ha especulado mucho con los m¨¦todos utilizados por los atletas de la RDA para conseguir tantos ¨¦xitos. El tiempo ha demostrado que no han infringido reglas -o han sabido revelar sus secretos antes de que se descubrieran-, sino que se han adelantado en la prepa raci¨®n a otros pa¨ªses. Concretamente, en la nataci¨®n sus t¨¦cnicos se aprovecharon del bajo nivel que exist¨ªa en las mujeres y dieron un tir¨®n que a¨²n los tiene en cabera.
Salvo el baj¨®n de 1978, se ha demostrado que su cantera es inagotable porque la extracci¨®n desdie muy peque?as de las futuras campeonas apenas falla. La red nacional de entrenadores y ojeadores selecciona, como para otros deportes, las atletas m¨¢s capacitadas, seg¨²n sus condiciones f¨ªsicas. Normalmente, como se puede comprobar en Madrid, se trata de ni?as que acabar¨¢n siendo j¨®venes -otras, casi adolescentes- rubias, altas y fuertes. Hechas casi en serie, de forma que pocas quedan en el recuerdo al cabo de sus pocos a?os de ¨¦xitos. Quiz¨¢ la primera, Kornelia Ender, fue la excepci¨®n. ?ltimamente, la renovaci¨®n es m¨¢s lenta porque tambi¨¦nn los r¨¦cords son m¨¢s caros al haberse exprimido ya mucho el retraso anterior. De ah¨ª, que en el equipo actual haya nadadoras ya veteranas, como Silke Hoerner, ganadora de los 200 metros braza con r¨¦cord mundial incluido, que tiene 21 a?os; Kristin Otto, plusmarquista de 100 libres, de 20; pero tambi¨¦n est¨¢ Heike Friedrich, cu¨¢druple campeona, de 16, que pirecisamente le quit¨® el pasado 18 de junio a su compatriota el r¨¦cord mundial de 200.
La RDA planific¨® el deporte como un negocio que deb¨ªa produ cir ping¨¹es beneficios. La contrapartida ofrecida a los atletas escogidos desde las escuelas deporti vas primarias era y es el de convertirlos en ciudadanos privilegiados que pueden viajar a Occidente: con una facilidad inhabitual o que poseen una serie de consideraciones econ¨®micas, de trabajo o de estudios inalcanzables para la mayor¨ªa de sus compatriotas. El equipo que est¨¢ ahora en Madrid viene de pasar una concentraci¨®n en Zachkadzov, cerca de Erevan, capital de la Armenia sovi¨¦tica, a 1.980 metros de altura. Las preparaciones en altitud son el ¨²ltimo toque de la m¨¢quina alemana oriental a sus muchos detalles anteriores.
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