Un certamen m¨¢s riguroso

O. M., La principal novedad de la ¨²ltima edici¨®n de esta Mostra -la ¨²ltima presidida por el democristiano Gian Luigi Rondi (los directores son elegidos por per¨ªodos de cuatro a?os y el de Rondi expira este 1986)- estriba en haber reducido el n¨²mero, de pel¨ªculas y secciones, en busca de un mayor rigor en la selecci¨®n y sin tratar de competir con el gran supermercado que es Cannes. Ha desaparecido lo que popularmente se conoc¨ªa como el cine-tienda, carpa instalada junto a la playa en la que se exhib¨ªan toda clase, de pel¨ªculas que no ten¨ªan cabida en. el concurso. Tambi¨¦n el apartado bautizado como Venezia De Sica ha dejado de ser un caj¨®n de sastre que acog¨ªa toda la producci¨®n italiana reciente para conformarse ahora con doce t¨ªtulos. La experiencia anterior, cuando nadie aseguraba la calidad de lo que se iba a proyectar, tuvo como consecuencia que el p¨²blico desertase masivamente los filmes se proyectaran, casi exclusivamente, para quienes hab¨ªan intervenido en ellos. Tambi¨¦n la secci¨®n de documentales ha quedado reducida a seis t¨ªtulos.

Se busca, pues, una mayor calidad y se procura evitar el ruido informativo; se privilegia el concurso y la secci¨®n Venezia Giovane evitando as¨ª las pol¨¦micas sobre filmes que casi nadie hab¨ªa visto. ?Es un retorno a lo cl¨¢sico? Aun es pronto para afirmarlo, pero parece l¨®gico que los grandes festivales renuncien a querer acapararlo todo, lo comercial y lo experimental, lo ex¨®tico y lo m¨¢s conocido, para recuperar un poco las maneras de sus or¨ªgenes.