Alan Alda
Creador de la serie 'MASH', su segundo filme acaba de estrenarse en Espa?a
El cineasta ha pasado por Madrid en uno de esos maratonianos viajes de promoci¨®n que organizan las productoras. En una suite de un hotel de lujo desfilan periodistas y m¨¢s periodistas. Alan Alda a todos nos recibe sonriendo y gastando bromas, enfundado en un traje sobrio complementado por unas elegantes canas Contestar preguntas durante todo el d¨ªa, a veces las mismas, no es algo envidiable, pero el sentido del humor de Alda encuentra una salida: "Duermo como una roca por la noche".Es un neoyorquino que desde los 16 a?os ha vivido por y para el espect¨¢culo. Primero Broadway, y los circuitos teatrales no establecidos, luego la televisi¨®n y ahora el cine. En la primera pel¨ªcula que dirigi¨®, Las cuatro estaciones, era adem¨¢s guionista y protagonista Lo mismo en Dulce libertad, una comedia que cuenta el desencanto de un profesor que ve c¨®mo su novela de mayor ¨¦xito es desvirtuada durante el rodaje de su versi¨®n cinematogr¨¢fica. "Como Don Quijote, el profesor entabla una gran batalla final, enarbola la bandera de sus derechos, pero es algo f¨²til porque nadie est¨¢ luchando contra ¨¦l; simplemente est¨¢n rodando una pel¨ªcula".
La idea de tolerancia, de respeto hacia el interior multidireccional de cada ser humano, es la base del filme, cimentado en el sentido del humor. Una idea que se puede trasladar a la realidad, a juzgar por cu¨¢l dice Alda que es el secreto de su larga relaci¨®n con Arlene, una fot¨®grafa con la que tiene tres hijas. "Negociamos", se?ala riendo.
Alda se considera feminista. Aunque sus actitudes pol¨ªticas est¨¢n muy cerca de la izquierda, en 1976 fue designado por un Gobierno republicano para trabajar en la Comisi¨®n Nacional de Observaci¨®n del A?o Internacional de la Mujer. La lucha que entonces libr¨® para introducir en la Constituci¨®n, sin conseguirlo, una enmienda global sobre la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es un dato sobre su temperamento realista. "No busco trasladar al cine mis ideas feministas, simplemente no muestro a mujeres decorativas", explica.
Alda considera en retroceso la ola de conservadurismo que recorre Estados Unidos. Contrario a Reagan, se?ala que "personalmente es encantador, y esto lo dicen hasta sus oponentes". Cree que su pa¨ªs descansa ahora de los esfuerzos gastados por conseguir la libertad, y opina que en la mentalidad de sus habitantes se toleran ahora mejor las diferencias.
En la serie de televisi¨®n MASH el humor era creado por un grupo de cirujanos destacados en una guerra. Era una serie popular y hab¨ªa en ella un fondo pacifista. Si a Alan Alda se le recuerdan cineastas que hicieron filmes directamente antimilitaristas, lo acepta, pero cree que "si me lo plantease pondr¨ªa mi cabeza contra la realidad". Luego engola la voz, como si estuviese habl¨¢ndole a toda Am¨¦rica, para decir que "nadie quiere m¨¢s la paz que los soldados". Es un tono met¨¢lico, el ¨²nico de Alan Alda en el que se echa de menos, ya que ¨¦l es elegante, una mayor elegante radicalidad.
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