La divisi¨®n regional, en la sombra del enredo nacionalista

La semana transcurrida entre el 30 de diciembre de 1983 y el 7 de enero de 1984 dio la se?al de partida de la crisis del PNV. La Asamblea Nacional del PNV, m¨¢ximo ¨®rgano decisorio del partido, compuesto por algo m¨¢s de 60 representantes agrupados por un sistema confederal, se re¨²ne el pen¨²ltimo d¨ªa de 1983 para nombrar sus candidatos a las elecciones auton¨®micas de febrero.El entonces lendakari, Carlos Garaikoetxea, anuncia all¨ª su renuncia a la reelecci¨®n porque el partido le exige el sometimiento a la disciplina interna en el ejercicio de su cargo. El resultado de la votaci¨®n fue de 26 contra 23. Un breve debate en aquella misma asamblea fija unos cuantos criterios para la aplicaci¨®n de la ley de Territorios Hist¨®ricos (LTH), destinada a regular la distribuci¨®n de competencias entre el Gobierno vasco y las diputaciones forales (Gobiernos provinciales de ?lava, Guip¨²zcoa y Vizcaya).

Ocho d¨ªas despu¨¦s de la primera asamblea, el mismo ¨®rgano decide por unanimidad revocar su decisi¨®n anterior. El PNV obtiene 450.000 votos en las elecciones, el mayor respaldo electoral en la historia del nacionalismo vasco.

El 19 de mayo de 1984, la crisis nacionalista se reabre de un modo dr¨¢stico. La asamblea nacional decide expulsar a la direcci¨®n y a los parlamentarios forales de Navarra y disuelve su organizaci¨®n en la regi¨®n. S¨®lo 18 representantes de la asamblea, entre los que est¨¢n incluidos 14 navarros expulsados, se oponen a la medida. La raz¨®n de la sanci¨®n es el incumplimiento por parte de los afiliados de Navarra de un pacto entre el dirigente nacionalista Mitxel Unzueta y el aliancista Miguel Herrero de Mi?¨®n para la elecci¨®n de un representante popular como presidente de la comunidad navarra.

Carlos Garaikoetxea, nacido en Navarra y afiliado al PNV en Guip¨²zcoa, recibe en septiembre de 1984 una nueva mala noticia: la reapertura del enfrentamiento entre las diputaciones y el Gobierno vasco. La interpretaci¨®n de la LTH -que deb¨ªa haber sido aprobada en el ¨²ltimo trimestre de 1980 y fue finalmente dictada en los ¨²ltimos meses de 1983, despu¨¦s de fuertes tensiones entre el partido y el Gobierno- se convierte en el campo de batalla.

El Gobierno vasco pretende primar el papel de las instituciones comunes, reserv¨¢ndose competencias exclusivas en materias fundamentales para el desarrollo del Pa¨ªs Vasco. Por su parte, las diputaciones defienden el poder regional. La direcci¨®n nacional del PNV interviene en el debate exigiendo un cumplimiento de la ley que agrada a las diputaciones. Ser¨¢ un diputado general, el guipuzcoano Jos¨¦ Antonio Ardanza, el nominado por el partido como lendakari tras la dimisi¨®n de Garaikoetxea en diciembre de 1984.

Ya en esa fase del debate se abre la divisi¨®n regional en el seno del PNV. Los afiliados guipuzcoanos y sectores de ?lava respaldan las tesis del Gobierno de Garaikoetxea, mientras en Vizcaya existe un consenso mayor en cuanto a las directrices de los ¨®rganos del partido. La fase final del debate, que se ha prolongado dos a?os, difumina los aspectos ideol¨®gicos y pol¨ªticos para centrarse en los avatares internos de la organizaci¨®n.