El Papa concluye su tercera visita a Francia con una condena del terrorismo

Juan Pablo II afirm¨® ayer por la tarde, al finalizar su visita a Francia, en presencia del primer ministro franc¨¦s, Jacques Chirac, que su deseo es que "Francia conozca la paz a la que tiene derecho, al amparo de las sacudidas de un terrorismo internacional que debe ser reprobado por toda la humanidad, por los Estados y por las organizaciones internacionales". El Papa lleg¨® anoche a Roma.

La ¨²ltima jornada del Papa en Francia tuvo como marco la ciudad de Anneey, cerca del Mont Blanc, que es la cuna de san Francisco de Sales, patr¨®n de los periodistas, y de santa Juana de Chantal, unida al santo, dijo Juan Pablo II, por "una admirable amistad'.Seg¨²n los primeros comentarios, este tercer viaje del Papa a Francia, una regi¨®n que es cuna de los grandes santos de la tradici¨®n, ha sido muy distinto del primer viaje, a Par¨ªs, en 1980. Los cat¨®licos franceses han criticado menos a Karol Wojtyla, a quien consideran, a fin de cuentas, "un papa popular y simp¨¢tico, aunque es poco obedecido", como aseguraba ayer Le Monde.

En su primer viaje, el Papa grit¨® al los franceses: "No teng¨¢is miedo de vuestra fe". Y ellos han respondido esta vez saliendo a su encuentro. Aunque con condiciones. "No nos traigas prohibiciones, sino razones para vivir", le dijeron los j¨®venes.

La intenci¨®n del Papa en esta peregrinaci¨®n maratoniana a la cuna de los santos del ayer ha sido clara: despertar a los franceses proponi¨¦ndoles un catolicismo "de ofensiva", en clave "polaca". Una especie de rearme moral.

A Chirac, Juan Pablo II le dijo, con una cierta iron¨ªa, que Francia, aparentemente indiferente, "ha demostrado estos d¨ªas tener como una sed escondida de Dios". Y la intenci¨®n del Papa polaco es que la que fue un d¨ªa la "hija predilecta de la Iglesia" vuelva a recuperar su vigor cat¨®lico. Aunque ayer el diario Lib¨¦ration ironizaba y afirmaba que Juan Pablo II, en este viaje, "ha conjugado los verbos en futuro anterior", al proponer un modelo de ap¨®stol, el cura de Ars, perteneciente a otro siglo. Una vez m¨¢s el papa Wojtyla se ha movido en su ambig¨¹edad de hombre abierto en lo social e intransigente en lo moral. As¨ª, ante el ministro del Interior, Charles Pasqua, presente en la misa de la Eurexpo, apoy¨® abiertamente la posici¨®n progresista del episcopado franc¨¦s a favor de los emigrantes, y pidi¨® pleno respeto para ellos. Tambi¨¦n se puso al lado de los obispos en la defensa de "las nuevas categor¨ªas de pobres".

Pero, al mismo tiempo, el papa Wojtyla fue otra vez duro contra el divorcio, el aborto y los anticonceptivos, as¨ª como contra las "ideolog¨ªas modernas".

Y en ¨¦ste, como en ning¨²n otro viaje, ha sido m¨¢s visible, si cabe, la dimensi¨®n de espect¨¢culo que est¨¢ tomando el apostolado viajero del papa polaco