Fracaso la ofensiva 'guerrista' contra el nombramiento de Pilar Mir¨® para RTVE
CARLOS G?MEZ La dilaci¨®n en el nombramiento del sustituto de Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o al frente de RTVE -que no se hizo efectivo hasta el pasado viernes, en que se design¨® a Pilar Mir¨® para el cargo- ha dejado entrever en las ¨²ltimas semanas unas claras divergencias del entorno del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra con la decisi¨®n del jefe del Ejecutivo , Felipe Gonz¨¢lez , de encomendar ¨¦l personalmente a un apersona siu m¨¢xima confianza la direcci¨®n del Ente P¨²blico RTVE.
Las discrepancias entre Alfonso Guerra y Felipe Gonz¨¢lez sobre la figura de Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o y sobre el funcionamiento de RTVE vienen de lejos. Ya a mediados de 1984, coincidiendo con las primeras informaciones sobre la posible implicaci¨®n de Jordi Pujol en el caso Barca Catalana, el presidente Gonz¨¢lez requiri¨® a Pilar Mir¨® para que se hiciese cargo del ente, p¨²blico. La reci¨¦n nombrada directora general de Cinematograf¨ªa convenci¨® entonces a su amigo el presidente Gonz¨¢lez para que la dejara continuar al frente de esa Direcci¨®n General, donde no hab¨ªa concluido todav¨ªa el programa de reformas que se hab¨ªa fijado al acceder a este cargo. Mir¨®, qUe es una de las pocas personas dentro del PSOE a quien se ha permitido contrariar los deseos del presidente sin caer en desgracia, ofreci¨® entonces a Felipe Gonz¨¢lez una serie de nombres como posibles sustitutos de Calvi?o: unos fueron desechados y otros acabaron ocupando altos cargos en la Administraci¨®n.La solicitud de ayuda del presidente a Mir¨® se produc¨ªa apenas unos meses despu¨¦s de la destituci¨®n de Jos¨¦ Luis Balb¨ªn corno responsable de los servicios informativos de TVE por el esc¨¢ndalo del veto a Alonso Puerta en el programa La clave, y por sus constantes enfrentamientos con Antonio L¨®pez, entonces director de TVE. Calvi?o trat¨® de dar la sensaci¨®n de que nada hab¨ªa pasado y nombr¨® al segundo de Balb¨ªn, Enrique V¨¢zquez, para ocupar su puesto. Los problemas y la ca¨ªda de audiencia de los telediarios se agudizan.
Inquietud en la Moncloa,
Es en este contexto cuando se produce la llamada de Moncloa a Pilar Mir¨® y su negativa a hacerse cargo de RTVE. Calvi?o, que trata de sobrevivir a la crisis, juega la baza de Mal¨¦n Azn¨¢rez, que hab¨ªa gestionado la privatizaci¨®n de los peri¨®dicos del Movimiento. Azn¨¢rez propone a Calvi?o, entre los meses de septiembre y octubre de 1984, un plan de actuaci¨®n: unificar en una. sola redacci¨®n los reinos de taifas que eran los telediarios. La defecci¨®n de algunos profesionales que iban a formar su equipo provoca finalmente el rechazo de Azn¨¢rez.
El Gobierno se encuentra desconcertado y pide opini¨®n a distintos profesionales sobre qu¨¦ se puede hacer para mejorar los medios de comunicaci¨®n estatales y acallar la pol¨¦mica y el esc¨¢ndalo permanente en torno a TVE. Calvi?o sigue de cerca estas inquietudes del Ejecutivo y da carta blanca a V¨¢zquez para que contrate a periodistas ajenos a RTVE y lleve adelante la reestructuraci¨®n sugerida por Mal¨¦n Azn¨¢rez.
Para el Gobierno estos cambios no son suficientes, y Calvi?o se ve obligado a sustituir a V¨¢zquez por Enric Sopena, que no era un hombre de Alfonso Guerra, pero que sintoniz¨® r¨¢pidamente con Calvi?o. El esc¨¢ndalo del v¨ªdeo difundido sobre el pasado de Fraga, las continuas apariciones de ministros en los espacios informativos y el tratamiento del refer¨¦ndum de la OTAN desdibujan la mayor profesionalidad de los telediarios y convierten a TVE en tema permanente de pol¨¦mica en la Prensa y en el Parlamento.
Frases de Calvi?o como: "Har¨¦ todo lo que est¨¦ en mi mano para impedir que Fraga gane las elecciones", colocan en una situaci¨®n muy inc¨®moda al propio presidente, que declara en p¨²blico que la actual televisi¨®n no le gusta.
El relevo de Calvi?o tras las elecciones est¨¢ cantado y ¨¦l mismo no duda en anunciarlo haciendo un juego de palabras con la pr¨®xima proyecci¨®n de la pel¨ªcula Lo que el viento se llev¨®. La formaci¨®n del tercer Gobierno Gonz¨¢lez tras las elecciones, la confirmaci¨®n de Luis Solana al frente de la Telef¨®nica y el aparcamiento del proyecto de crear una Secretar¨ªa de Estado para las Comunicaciones pueden haber frustrado algunas de las expectativas acariciadas ¨ªntimamente por Calvi?o. En alguna cena privada, algunos comensales creen adivinar en los comentarios de Calvi?o alg¨²n resentimiento y alguna frustraci¨®n respecto del comportamiento del Ejecutivo para con ¨¦l. En los d¨ªas siguientes abandona esta actitud, y en medios de RTVE y entre la fontaner¨ªa de Alfonso Guerra se empieza a especular con la posibilidad de que Calvi?o contin¨²e al frente del ente p¨²blico.
Campa?a contra Pilar Mir¨®
La oferta de Felipe Gonz¨¢lez a Mir¨® trasciende a los peri¨®dicos y se inicia la campa?a de intoxicaciones y confidencias a los periodistas. Miembros de la ejecutiva del PSOE, dominada por Guerra, confiesan en privado a los periodistas las serias reticencias que existen en el partido y entre varios ministros contra el nombramiento de Pilar Mir¨®. Arguyen su delicado estado de salud (Calvi?o, en un alarde de inelegancia, lleg¨® a referirse p¨²blicamente al mismo para desaconsejar su nombramiento). Se?alan que sus declaraciones vincul¨¢ndose directamente con la figura del presidente suponen un riesgo de que las acusaciones de partidismo y manipulaci¨®n en TVE, que a buen seguro van a continuar, terminen salpicando al propio Felipe Gonz¨¢lez. Recuerdan que no fue capaz de aguantar en la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa hasta el final de la pa,sada legislatura, aunque se lo hab¨ªan pedido. Y finalmente di cen al periodista: "Y no olvides que Pilar es una asidua a las fiestas de la calle de Arga" (relacion¨¢ndola con Boyer y la denominada beautiful eople).
Todos estos argumentos, salpicados con algunas invenciones period¨ªsticas y el retraso en el nombramiento, han dado pie para que dirigentes socialistas pusieran en circulaci¨®n terceros nombres (Rodr¨ªguez Colorado, Jes¨²s Prieto, Ignacio Quintana) como alternativas posibles al impasse creado por las diferencias entre Guerra y Gonz¨¢lez. El pasado martes, pese a que ya el d¨ªa anterior hab¨ªa tenido lugar una entrevista entre Calvi?o y Pilar Mir¨® en Prado del Rey, a petici¨®n de esta ¨²ltima, todav¨ªa algunos guerristas apostaban por una previsible espantada de Mir¨®, cansada de la oposici¨®n y cr¨ªticas que estaba recibiendo, si su nombramiento no se produc¨ªa el viernes inmediato. Incluso se intent¨® adelantar al jueves, fecha en que Felipe Gonz¨¢lez se encontrar¨ªa en Lausana, el Consejo de Ministros, con lo que el nombramiento de director general de RTVE deber¨ªa retrasarse de nuevo.
Otros sectores del partido ve¨ªan con agrado las dificultades de Guerra para echar atr¨¢s el nombramiento de Pilar Mir¨®. Nadie desea enfrentamientos entre Guerra y Gonz¨¢lez, pero muchos estiman "muy conveniente que el presidente, en algunos temas como la televisi¨®n, pare los pies de cuando en cuando al vicepresidente". "Lo domina todo. En la ejecutiva del PSOE le coloc¨® hasta la secretaria a Benegas y hasta el propio presidente est¨¢ rodeado por hombres de Guerra: Dora(lo, Fern¨¢ndez Marug¨¢n, etc¨¦tera. No viene nada mal al partido y a la sociedad el que TVE salga de la ¨®rbita exclusiva de Alfonso Guerra". Estos sectores piensan adem¨¢s que el pr¨®ximo paso de Guerra ser¨¢ desembarazarse de Benegas arguyendo la necesidad de que se dedique en exclusiva al Pa¨ªs Vasco. "Naturalmente, estas tensiones las vamos a negar p¨²blicamente todos; pero no olvides que en una entrevista en tu propio peri¨®dico, Alfonso Guerra", afirma un leguinista, "meses antes de la dimisi¨®n de Boyer, calific¨® de tan 'famosos como falsos' sus enfrentamientos con ¨¦l".
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