La abstracci¨®n reaparece en Par¨ªs
La Feria Internacional de Arte Contempor¨¢neo, un term¨®metro del mercado art¨ªstico
La Feria Internacional de Arte Contempor¨¢neo (FIAC) constituye cada a?o en Par¨ªs un term¨®metro del mercado del arte en Europa. La FIAC, inaugurada el pasado 25 y que concluye el pr¨®ximo domingo, pone a disposici¨®n del visitante un variado muestrario del arte actual en el que cada a?o se presentan en sociedad las nuevas figuras del arte internacional y se reafirman las consagradas. Este a?o reaparece, como novedad, la abstracci¨®n, largamente relegada a los almacenes de las galer¨ªas, y se revaloriza el grupo Cobra, en una feria que por primera vez cuenta con m¨¢s galer¨ªas extranjeras que francesas.
En el interior del Gran Palais, aparecen enseguida los decepcionantes bronces de Arman, Gods and goddesses, que cortados verticalmente en lonjas nos muestran el vac¨ªo interior, en franco contraste, por ejemplo, con la escultura del espa?ol Plensa (presentado por una galer¨ªa belga), Tierra y agua, 1986.C¨¦sar y Arman, dos artistas franceses, que nos orientan sobre la evoluci¨®n de algunas de las figuras del movimiento de los sesenta, nuevo realismo, este a?o felizmente mejor representado en la FIAC con obras por ejemplo de Spoerri, Villegl¨¦ y Tinguely, cuyas esculturas sonoras (a voluntad), acompa?an con su ritmo todo el recorrido.
En total, 138 galer¨ªas (y 32 revistas especializadas), m¨¢s de 800 artistas y 5.000 obras, que ser¨¢n contempladas por m¨¢s de 100.000 personas. Por primera vez, las galer¨ªas extranjeras (75) superan a las francesas (63); los pa¨ªses m¨¢s representados son Italia (15) y la RFA (11).
Los precios -la FIAC es sobre todo un mercado- oscilan entre 2.000 y 500.000 francos para los artistas vivos (los muertos se cotizan m¨¢s caros, aunque haya excepciones).
Como en todas las ferias, la francesa confirma los nombres ya valorados (econ¨®mica y cr¨ªticamente). Ninguna sorpresa, pero s¨ª particularidades: retour en force de la abstracci¨®n, marginada desde hac¨ªa ya varias ediciones.
Reaparici¨®n tambi¨¦n merecida del grupo Cobra de finales de los a?os cuarenta (1948-1951) -normal si se tiene en cuenta que muchos j¨®venes, lo reconozcan o no, han bebido en sus primigenias aguas-, destacando la muestra dedicada a Asger Jorn, su primera figura.
Retroceso, desgraciadamente, de todo lo que de lejos o de cerca tiene relaci¨®n con el llamado arte conceptual, incluido el minimalismo, pese a los esfuerzos de dos galer¨ªas, Durante-Desser y G. Laage Salomon. Retroceso tambi¨¦n de la fotograf¨ªa e inexistencia del v¨ªdeo (s¨®lo Fred Forest est¨¢ presente), y confirmaci¨®n, una vez m¨¢s, de todos los realismos que en el mundo han sido, de todos los padres y madres, tendencias, gustos, colores y nacionalidades, m¨¢s o menos expresionistas, m¨¢s o menos mitol¨®gicos (la mitolog¨ªa est¨¢ de moda), m¨¢s o menos fauves, m¨¢s o menos c¨®mic y m¨¢s o menos Luna Park, campo en el que las galer¨ªas norteamericanas marcan la pauta (Charles Bell, Lukaschewski, Rauchbach y otras).
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