Un comit¨¦ militar asesora a Ra¨²l Alfons¨ªn
Unidades de la aviaci¨®n naval y cazabombarderos de la fuerza a¨¦rea argentina quedaron desde el mi¨¦rcoles en estado de alerta, prestos a patrullar las aguas jurisdiccionales de la Rep¨²blica. Simult¨¢neamente, el presidente, Ra¨²l Alfons¨ªn, convoc¨® por decreto un comit¨¦ militar -un Gabinete de crisis- que asesora al presidente en situaciones de emergencia como la creada por la decisi¨®n unilateral brit¨¢nica de extender a 150 millas, con una posible ampliaci¨®n a 200 millas, la zona de exclusi¨®n econ¨®mica de las islas Malvinas. Las mismas fuentes dan por segura la cancelaci¨®n de las licencias anticipadas a los conscriptos de este a?o.
[El comit¨¦ rnilitar estar¨¢ formado por el ministro de Defensa, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y los del Ej¨¦rcito, Armada y Fuerza A¨¦rea, inf¨®rma Reuter.]La decisi¨®n brit¨¢nica de ampliar a 277 kil¨®metros su zona de exclusi¨®n crea en torno a las Malvinas una circunferencia secante con las aguas territoriales argentinas y establece una proyecci¨®n geod¨¦sica sobre la Ant¨¢rtida inaceptable para el m¨¢s amable de los politicos porte?os. Ha sido un jarro de agua fr¨ªa para la Administraci¨®n democr¨¢tica de Alfons¨ªn, empe?ada en hacer regresar el contencioso de los archipi¨¦lagos del Atl¨¢ntico Sur a su situaci¨®n. jur¨ªdica previa a la guerra cle 1982.
Todo se ha dado la vuelta, y el pa¨ªs y la naci¨®n se sienten injustamente agredidos. El presidente Alfons¨ªn interrumpi¨® una reuni¨®n de gobernadores provincia les para tratar sobre la copartici paci¨®n federal introduciendo en ella al canciller Dante Caputo, que explic¨® las consecuencias de la medida brit¨¢nica.
A las dos de la madrugada de ayer, el Congreso levant¨® su sesi¨®n tras ser informado por el canciller, quien tambi¨¦n ayer explic¨® la situaci¨®n al Senado. Alfons¨ªn ha hablado telef¨®nicamente con los presidentes de Brasil, Uruguay, Per¨², Venezuela y con el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez. Prepara una reuni¨®n informativa con los embajadores de los pa¨ªses que pescan en las ¨¢reas ahora excluidas y se espera una convocatoria argentina de los paises miembros del Tratado Interamericano de Asistencia Rec¨ªproca.
Todos los partidos y en especial el justicialista -extra?amente un¨¢nimes-, han cerrado filas tras el rechazo del Gobierno radical a la decisi¨®n brit¨¢nica que se considera un gesto impe rialista, vejatorio de la soberan¨ªa nacional e innecesario.
La medida brit¨¢nica aparenta corresponderse con los acuerdos pesqueros sobre las aguas del Atl¨¢ntico Sur firmados por el presidente Alfons¨ªn con los Gobiernos de la URSS y de Bulgaria acuerdos a los que se esperaba se sumara en breve Jap¨®n. Los convenios de explotaci¨®n pesquera en aguas territoriales argentinas constituyen una de las pocas salidas econ¨®micas del pa¨ªs para hacer frente a sus obligaciones financieras internacionales (entre ellas, deudas con bancos brit¨¢nicos) y no pon¨ªan en precario la seguridad militar del Reino Unido en torno a las Malvinas.
Tan es as¨ª que las prioridades de la canciller¨ªa argentina colocaron p¨²blicamente a las Malvinas en un cuarto puesto, precedidas por la integraci¨®n con Brasil, Uruguay y Chile, la pol¨ªtica de intercambios comerciales y la deuda externa. Toda la pol¨ªtica exterior de la recobrada democracia argentina ha estado volcada en buena l¨®gica sobre la recuperaci¨®n econ¨®mica y el hallazgo de nuevas fuentes de ingresos.
Como se dice aqu¨ª, los brit¨¢nicos han pateado el tablero: la nueva zona de exclusi¨®n econ¨®mica brit¨¢nica en derredor de las Malvinas, al margen de sus implicaciones pol¨ªticas, geogr¨¢ficas y geod¨¦sicas sobre la Ant¨¢rtida, anula de hecho los acuerdos pesqueros argentinos con terceros pa¨ªses interesados en estas aguas, a¨²n r¨ªo esquilmadas, y que ni siquiera hab¨ªan sido ratificados por el Parlamento argentino.
Y generar¨¢, en el decurso de los d¨ªas, una nueva excitaci¨®n nacionalista nada conveniente para la consolidaci¨®n de la democracia. Hoy todo es cerrar filas tras el Gobierno, pero en semanas comenzar¨¢ a acusarse a Allfons¨ªn de entreguista, se le reputar¨¢ de d¨¦bil y se acabar¨¢ glorificando la locura de la pen¨²ltima Junta Militar de la dictadura, que invadi¨® los archipi¨¦lagos.
En el pensamiento de que la debilidad estrat¨¦gica argentina se: encuentra en el profundo sur -Malvinas, latente amenaza chilena sobre la Patagonia poblada por inmigrantes del pa¨ªs transandino-, muchos jefes y oficiales no precisamente enamorados de la democracia han sido, en los ¨²ltimos tres a?os, destinados a unidades operativas en los fondos geogr¨¢ficos de la Rep¨²blica para que se ejercitaran en su oficio y dejaran de hacer pol¨ªtica de caf¨¦ en las grandes capitales del Norte. Entre ellos se reconocen como el Ej¨¦rcito de ?frica, en rememoraci¨®n de la sublevaci¨®n franquista de 1936. No es necesario explayarse sobre las consecuencias de esta decisi¨®n del Reino Unido sobre la psicolog¨ªa militar golpista argentina.
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