Washingon y Mosc¨² reafirman su voluntad de seguir negociando sobre desarme

HERMANN TERTSCH ENVIADO ESPECIALEl secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el ministro sovi¨¦tico de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, reafirmaron ayer en Viena la voluntad de sus Gobiernos de continuar las negociaciones de desarme sobre la base de los avances de la cumbre de Reikiavik. No obstante, expresaron posiciones irreconciliables sobre el programa norteamericano de la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI).

Otro motivo de enfrentamiento verbal entre las superpotencias fue ayer en Viena la cuesti¨®n de los derechos humanos. El secretario de Estado norteamericano atac¨® a la URSS por violar continuamente los derechos individuales y de las minor¨ªas en su territorio, ignorando as¨ª los acuerdos del Acta de Helsinki.El ministro de Asuntos Exteriores sovi¨¦tico, por su parte, mostr¨® su preocupaci¨®n por la violaci¨®n "masiva y sistem¨¢tica" en Estados Unidos de derechos fundamentales de la persona como el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educaci¨®n gratuita , y al acceso a los beneficios de la t¨¦cnica", y present¨® una iniciativa sovi¨¦tica para una conferencia sobre derechos humanos, a celebrarse en Mosc¨², con la participaci¨®n de los 35 pa¨ªses de la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE).

En sus esperados discursos ante el pleno de la CSCE, inaugurada el martes en Viena, George Shultz y Edvard. Shevardnadze insistieron en las posiciones encontradas que hicieron fracasar la reciente cumbre de Reikiavik (Islandia) entre el presidente Ronald Reagan y el m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov.

Horas antes de entrevistarse con su hom¨®logo estadounidense, en el primer contacto sovi¨¦tico-nor-teamericano a alto nivel despu¨¦s de la reuni¨®n de la capital islandesa, Shevardnadze manifest¨® que existe la posibilidad de un acuerdo hist¨®rico para la eliminaci¨®n de las armas nucleares. "El ¨²nico obst¨¢culo es el programa de la guerra de las galaxias (SDI)", afirm¨® el jefe de la diplomacia de la URSS.

Presiones sobre Europa

El ministro sovi¨¦tico hizo un claro llamamiento a los pa¨ªses europeos a presionar sobre Washington para que abandone este programa. "Si esto no sucede no hay soluci¨®n posible a ninguno de los problemas del paquete, ya sea el de armas estrat¨¦gicas o misiles de medio alcance". "Esto no es un paquete de condiciones, sino de compromisos, y en este contexto debe ser tratado", declar¨® el ministro sovi¨¦tico, que a?adi¨®: "La SDI bloquea todas las v¨ªas a cambios radicales para la humanidad".

El ministro sovi¨¦tico critic¨® tambi¨¦n a los pa¨ªses europeos que se oponen a una eliminaci¨®n de los misiles de medio alcance, al aludir a la superioridad sovi¨¦tica en armas convencionales. "Como se nos critic¨® por nuestra anterior postura respecto a los misiles franceses y brit¨¢nicos, ahora que, generosamente, adoptamos una postura incluso arriesgada, hacen como si nada hubiera cambiado".

El ministro record¨® las iniciativas de la URSS para reducir dr¨¢sticamente el armamento convencional en Europa y su posici¨®n favorable a la eliminaci¨®n de las armas qu¨ªmicas, que deber¨ªan hacer desaparecer, en su opini¨®n, las reservas en Occidente. "Pero el virus de la desinformaci¨®n parece haber llegado hasta los escalafones m¨¢s altos de la pol¨ªtica occidental", se?al¨®.

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, centr¨® su discurso en la defensa de los derechos humanos y en la expresi¨®n del compromiso firme de Estados Unidos para con el proceso de Helsinki.

"El respeto a los derechos humanos es condici¨®n para crear la confianza necesaria para avances reales en el desarme", se?al¨® el secretario de Estado norteamericano. Y a?adi¨®: "No buscamos la superioridad militar, pero no podemos aceptar que alguien exija igual seguridad como un derecho cuyo resultado es la inseguridad de sus vecinos".

Respecto a Reikiavik, manifest¨® el responsable de la diplomacia norteamericana que en la capital islandesa se estuvo muy cerca de la consecuci¨®n de un acuerdo que habr¨ªa supuesto la eliminaci¨®n de la mitad del armamento nuclear en cinco a?os, al que no se lleg¨® a causa de la petici¨®n de la URSS de que EE UU abandonara la SDI.