La pol¨ªtica ecuatoriana se mira en el espejo de 1988
La dif¨ªcil gesti¨®n del presidente ecuatoriano, el conservador Le¨®n Febres Cordero, enfrentado a un Parlamento dominado por la oposici¨®n, a una creciente actividad guerrillera y a los ecos de una revuelta militar, ha empujado a los pol¨ªticos a mirar insistentemente hacia las elecciones presidenciales de 1988. Ecuador ser¨¢ visitado a partir de ma?ana por el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, dentro de un viaje que incluye adem¨¢s a Per¨² y Cuba.
El inacabable enfrentamiento entre el Gobierno conservador de Febres Cordero y partidos de oposici¨®n, mayoritariamente de centro e izquierda, ha motivado una abulia pol¨ªtica que ha llevado a gran parte de la clase pol¨ªtica a pensar m¨¢s en las lejanas elecciones de 1988 que en los problemas actuales.El Partido Liberal, integrante de la coalici¨®n en el Gobierno, al que pertence el vicepresidente, Blasco Pe?aherrera, se ha desmarcado de la gesti¨®n del Ejecutivo y se ha declarado independiente frente al presidente, al tiempo que ha nombrado su candidato para los comicios de 1988, el ex alcalde de Quito ?lvaro P¨¦rez.
A su vez, en la socialdem¨®crata Izquierda Democr¨¢tica, el mayor partido del pa¨ªs, se present¨® el primer aspirante para las futuras elecciones, el ex presidente del Parlamento Ra¨²l Baca. En otras organizaciones pol¨ªticas tambi¨¦n se agitaron las filas y comenzaron a sonar los nombres de los aspirantes a la presidencia.
Febres Cordero inici¨® su mandato en agosto de 1984, tras alcanzar un sorprendente triunfo electoral en mayo de ese a?o cuando, en una segunda ronda, derrot¨® al socialdem¨®crata Rodrigo Borja, gran favorito para lograr la presidencia despu¨¦s de su victoria en la primera vuelta. Desde el comienzo, Febres Cordero tropez¨® con una oposici¨®n mayoritaria en el Parlamento, de 71 esca?os, de los que 37 estaban en manos de partidos de centro e izquierda.
La debilidad pol¨ªtica y la venalidad de algunos diputados opositores, as¨ª como la habilidad del Gobierno permitieron que esta situaci¨®n se revirtiera, y los partidos gubernamentales lograron la mayor¨ªa parlamentaria en 1985.
La revuelta de Vargas
Sin embargo, los incidentes registrados este a?o con la revuelta militar protagonizada por el entonces comandante de la Fuerza A¨¦rea ecuatoriana, general Frank Vargas, sumada a la crisis econ¨®mica que sigui¨® a la ca¨ªda de precios del petr¨®leo, principal producto de exportaci¨®n de Ecuador, debilitaron la figura de Febres Cordero.En junio pasado, Febres experiment¨® un fuerte rev¨¦s en unas elecciones legislativas para renovar parte del Parlamento. Tras esa consulta electoral la oposici¨®n se alz¨® con el control de 40 de los 71 esca?os.
La labor legislativa de la oposici¨®n ecuatoriana se centr¨® en la llamada a ministros del gabinete para que dieran explicaciones de diferentes actos gubernamentales. Como fruto de este sistema, el ministro de Finanzas, Alberto Dahik, fue censurado por un paquete de medidas econ¨®micas, y Febres tuvo que reemplazarlo.
Por otra parte, el Parlamento otra vez con el ¨²nico respaldo de la oposici¨®n, aprob¨® una ley de amnist¨ªa para el general Vargas, as¨ª como para el ex alcalde de Guayaquil, Abdala Bucaram, quien se exili¨® en Panam¨¢ tras formular comentarios cr¨ªticos sobre el empleo del presupuesto por parte de las Fuerzas Armadas, lo que le vali¨® para que se expidiera una orden de detenci¨®n en su contra. La amnist¨ªa fue calificada de inconstitucional por el presidente, quien la rechaz¨®, con el benepl¨¢cito militar y en medio de las protestas de la oposici¨®n.
Este panorama podr¨¢ ser apreciado durante cuatro d¨ªas, a partir de ma?ana, por Felipe Gonz¨¢lez, cuyo partido es af¨ªn al principal grupo opositor ecuatoriano, la Izquierda Democr¨¢tica, y bastante distante de las del gobernante Partido Social-Cristiano, conservador.
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