La Bolsa de Madrid quiere establecer un 'mercado de aclimataci¨®n' para las empresas medianas
La Bolsa de Madrid estrena hoy el segundo mercado, especialmente dise?ado para peque?as y medianas empresas. Despu¨¦s de varios meses de infructuosos intentos para promocionar la idea entre las pyme espa?olas, que componen casi el 99% de] tejido empresarial seg¨²n las estad¨ªsticas, solamente una, Mercapital, ha recogido el guante para cotizar en solitario. Ahora, los responsables de bolsa piensan en las empresas medianas.
Ante la escasa aceptaci¨®n que ha tenido la idea inicial, los responsables de la bolsa han dado un giro de 180 grados y ahora quieren convertir al reci¨¦n nacido en un mercado de aclimataci¨®n destinado a empresas de tama?o medio.Las empresas, para ser admitidas a cotizar en el primer mercado, deben tener un capital m¨ªnimo de 200 millones de pesetas, sin contar las participaciones superiores al 25% del mismo, de los que al menos 100 millones deben estar puestos en circulaci¨®n. Tambi¨¦n tienen que contar con al menos 100 accionistas con participaci¨®n individual inferior al 25%. Estas sociedades, por otro lado, deben haber obtenido un beneficio neto m¨ªnimo del 6% en los dos ¨²ltimos ejercicios, o en tres no consecutivos en un per¨ªodo de cinco a?os.
Las pyme, por consiguiente, se han visto alejadas de la posibilidad de acceder a la financiaci¨®n burs¨¢til, siempre en l¨ªneas generales mucho m¨¢s barata que la obtenida a trav¨¦s de cr¨¦ditos bancarios. Para obviar esta dificultad se cre¨® el segundo mercado, en el que las condiciones de admisi¨®n se ajustan mejor a firmas de tama?o reducido: el capital m¨ªnimo se establece en 25 millones de pesetas (v¨¦ase el suplemento Negocios del pasado 11 de octubre).
Tipo familiar
Empresas de tipo familiar, que pueden continuar bajo el control de los propietarios, puesto que en el segundo mercado de valores s¨®lo se exige poner en circulaci¨®n el 20% del capital, y sociedades de capital-riesgo, que siempre tropiezan con dificultades para encontrar un dinero amante del peligro, parec¨ªan ser a primera vista los naturales destinatarios del segundo mercado.
Pero la realidad ha sido otramuy distinta. Por una parte, los estadios de auditor¨ªa -se exige una informaci¨®n econ¨®mica-financiera de la sociedad similar a la del primer mercado- encarecen la financiaci¨®n burs¨¢til en un porcentaje muy alto. Tampoco los intermediarios estaban por la labor de ocuparse de peque?as sociedades, que les dar¨ªan m¨¢s trabajo que beneficios.
Por si fuera poco, todos los intentos por parte de los responsables de la Bolsa de Madrid para incrementar las desgravaciones a las sociedades de capital-riesgo -casi inexistentes en Espa?a- han chocado con la intransigencia de Econom¨ªa. y Hacienda, que siempreha puesto como excusa para negarse el ejemplo del segundo mercado barcelon¨¦s, conocido refugio para la evasi¨®n fiscal, y que no tiene nada que ver con el ahora reglamentado.
Poca incentivaci¨®n
As¨ª, los primitivos receptores del segundo mercado se han visto poco incentivados para acudir a ¨¦l. Junto a ello, la mayor parte de las empresas de tama?o medio conectadas por los servicios promocionales de la Bolsa de Madrid con vistas a su salida a este nuevo mercado se ha mostrado reticente a la idea por considerar que en nada mejorar¨ªa su imagen cotizar juntoa empresas m¨¢s peque?as. Sin contar aquellas otras, muy interesadas, pero cuya situaci¨®n distaba de ser solvente.
Se impon¨ªa una operaci¨®n de new look. Y la Bolsa de Madrid ya lo tiene bastante claro: la nueva imagen consiste en promocionarse entre aquellas empresas que cumplen las condiciones para acudir al primer mercado, pero que, asustadas ante su falta de experiencia burs¨¢til, prefieren encontrar otra alternativa m¨¢s tranquila, m¨¢s alejada de los vaivenes especulativos.
No hay que olvidar que las oscilaciones de precios en el segundo mercado ser¨¢n mucho m¨¢s suaves que en el primero.
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