Espa?a se salv¨® en la segunda parte del fracaso
Espa?a gan¨® en Tirana un partido que result¨® tan dif¨ªcil como pensaba Miguel Mu?oz. El mal campo, la fogosidad de los rivales y el despiste de los jugadores espa?oles, que quiz¨¢ presum¨ªan la cosa m¨¢s f¨¢cil de lo que fue, provocaron que Espa?a llegara al descanso en desventaja en el marcador. En el segundo tiempo, con un atacante m¨¢s, Espa?a corrigi¨® errores, corri¨® mucho y consigui¨® darle la vuelta al partido, a pesar de que Chendo malogr¨® un penalti.Desde el principio del partido se vio que a Espa?a le tocar¨ªa sufrir. El campo de Tirana, si no tan malo como el de la v¨ªspera en Berat, donde jug¨® la selecci¨®n sub 21, s¨ª estaba muy duro y lleno de calvas. El bal¨®n botaba r¨¢pido y mal, justo lo que menos puede interesarle al equipo que mejor lo maneja y mueve. Los automatismos creados a base de tiempo en el jugador de calidad, el toque corto o medio en cuanto se recibe el bal¨®n, quedan imposibilitados por la frecuencia con que ¨¦ste hace un extra?o justo antes de llegar al pie.
Albania sali¨® con una l¨ªnea de cinco hombres atr¨¢s, tres en el medio, con Demollari como ordenador, y Mutsa y Minga arriba. En los primeros minutos parec¨ªa guardarle cierto respeto a Espa?a, que mov¨ªa el bal¨®n mal que bien en la media y dominaba. Cuando los albaneses cog¨ªan la pelota la jugaban muy r¨¢pido hacia adelante, sin precisi¨®n y sin mandar gente que socorriera a sus puntas. Espa?a no pod¨ªa penetrar porque el mal suelo imped¨ªa que ligase jugadas precisas.
A partir del cuarto de hora todo empez¨® a cambiar. Albania adelant¨® poco a poco a sus hombres y exhibi¨® un vigor y una fuerza f¨ªsica que desconcertaban a los espa?oles. La defensa espa?ola ve¨ªa ante s¨ª a un equipo fogoso, que se manejaba aceptablemente sobre el patatal y sufr¨ªa problemas para frenarlo. Ferko, el medio que juega por la derecha, le amargaba la tarde a Michel, y por esta brecha penetr¨® frecuentemente Albania.
Pero es que adem¨¢s los locales sorprendieron al mostrarse como aceptables dominadores del bal¨®n, sobre todo en espacios cortos. Llamaron la atenci¨®n un t¨²nel de Esmijani a Michel y algunos quiebros con mucha clase de Mutsa. Por todo eso, no era raro ni injusto que se llegara al descanso con ventaja local.
Espa?a quiso reaccionar tras el gol, pero no supo. Se?or y Michel, cada uno en una banda, se atascaban ante sus rivales y el mal estado del campo, y aunque en el centro Joaqu¨ªn y V¨ªctor hac¨ªan algo m¨¢s, eso no era suficiente para conectar con Rinc¨®n y Butrague?o, aislados casi siempre e ineficaces las pocas veces que les llegaba el bal¨®n. Espa?a pas¨® malos momentos en los que su defensa -s¨®lo firme por el lado de Camacho en el primer tiempo- tuvo que defenderse con faltas. Como los locales tampoco son tan pacifistas en el terreno de juego como se proclaman fuera de ¨¦l, se lleg¨® al descanso con el encuentro endurecido, lo que tampoco le interesaba a Espa?a.
Mu?oz solt¨® una arenga con ribetes de bronca en el descanso y sac¨® un delantero m¨¢s en el segundo tiempo. Se?or, que hab¨ªa estado mal, dej¨® el sitio a Eloy, y los jugadores espa?oles, que sin duda hab¨ªan reflexionado durante el descanso sobre las consecuencias de una derrota que se habr¨ªa considerado humillante, le puso m¨¢s ardor al juego. La salida, con tres ocasiones de gol en cuatro minutos, dej¨® la sensaci¨®n a los albaneses de que: el equipo espa?ol merec¨ªa de nuevo el respeto que le hab¨ªan perdido antes y tuvo la virtud de obligarles a enocogerse algo. Albania recul¨®, el entusiasmo del p¨²blico se enfri¨® y se crearon las condiciones para que Espa?a pudiera asentarse.
Y en toda la segunda parte Espa?a fue el mejor equipo. Joaqu¨ªn, que fue de los que aguantaron el tipo antes del descanso, se creci¨® despu¨¦s del mismo. V¨ªctor sigui¨® en su nivel y Michel mejor¨® algo, sobre todo a ra¨ªz de que se marchara el fort¨ªsimo Ferko, para dar paso a Kola, cambio con el que para nada mejor¨® el equipo alban¨¦s. La defensa espa?ola se afirm¨® y dej¨® de recurrir a las faltas.
El mayor enemigo que quedaba era el propio campo, pero poco a poco los espa?oles fueron desenvolvi¨¦ndose mejor sobre ¨¦l. Tratando el bal¨®n con mimo, jugando a dos toques en vez de uno, amarrando bien las situaciones y esquivando los baches Espa?a consigui¨®, a base de concentraci¨®n y paciencia, entrar en contacto con el bal¨®n, manejarlo algo mejor y ligar Jugadas, aunque pocas, realmente bien hechas. En una de ellas Michel le meti¨® un pase profundo a Eloy cuyo centro cruzado fue rematado a gol por Arteche. No mucho m¨¢s tarde, Butrague?o, en su ¨²nica jugada realmente buena de una tarde en la que estuvo negado, hizo un regate en la l¨ªnea de fondo resuelto por su marcador con un penalti. Extra?amente, el encargado de lanzarlo fue Chendo, que lo fall¨®. Con eso el partido parec¨ªa encaminarse hacia el final con el empate como mal menor para Espa?a. Pero un descuido defensivo de los albaneses, que dejaron a Camacho desmarcado para recibir el bal¨®n a saque de un c¨®rner abierto, acab¨® con gol de Joaqu¨ªn.
Espa?a obtiene as¨ª dos puntos que a Ruman¨ªa, su rival m¨¢s serio del grupo, le va a costa mucho conquistar. Albania es efectivamente, un equipo dif¨ªcil en su campo, como dec¨ªa Mu?oz, aunque quiz¨¢ no tenga nivel para aguantar dos tiempos al mismo ritmo f¨ªsico y de juego.
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