La T¨ªa Norica sigue moviendo los hilos
Los mu?ecos gaditanos son una joya del legado titeril europeo
"Eres m¨¢s malo que Batillo" es algo que generaciones de ni?os gaditanos han venido escuchando desde los ¨²ltimos tres siglos. Batillo es el principal personaje de los t¨ªteres de la T¨ªa Norica, compa?¨ªa de marionetas ligada a la ciudad de C¨¢diz desde finales del siglo XVII. Su tradici¨®n, desaparecida en las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha sido rescatada, y la T¨ªa Norica, uno de los legados m¨¢s valiosos de la tradici¨®n titeril europea, renace con fuerza.
La Compa?¨ªa de T¨ªteres de la T¨ªa Norica siempre fue privada, y su metodolog¨ªa t¨¦cnica y su legado literario se fue transmitiendo de padres a hijos durante estos siglos. Esta tradici¨®n se vio interrumpida durante los a?os sesenta y setenta.En la d¨¦cada de los setenta, un hombre de teatro, Carlos Aladro, se traslada a la ciudad de C¨¢diz y comienza a investigar sobre la compa?¨ªa con el fin de publicar un libro en el que narrar la historia. Entra en contacto con la familia Babl¨¦ y la familia N¨²?ez, ¨²nicos supervivientes de la tradici¨®n perdida.
Aladro y Babl¨¦, con sus hijos, descubren que los mu?ecos se encuentran en estado ruinoso, abandonados en un s¨®tano, y a partir de aquel momento toma cartas en el asunto la Administraci¨®n. El Ministerio de Cultura compra todo el legado por un mill¨®n de pesetas, y en 1980, la Fundaci¨®n Municipal de Cultura de la ciudad de C¨¢diz se plante¨® revitalizar todo el legado. La restauraci¨®n de mu?ecos, castillete y telares se lleva a cabo por un grupo de expertos, y hoy se encuentra todo ello expuesto en el Museo Municipal de C¨¢diz.
Para remontar los espect¨¢culos se han realizado copias fidedignas, y ah¨ª es donde la presencia de Eduardo Babl¨¦ se hac¨ªa imprescindible. Tras la desaparici¨®n de ¨¦ste en julio pasado, la compa?¨ªa lleg¨® a sufrir una crisis de identidad. Su hijo Pepe cuenta: "Fue un trauma para todos nosotros porque ¨¦l era el alma de la compa?¨ªa".
Hace un a?o termin¨® la primera fase de recuperaci¨®n del legado, que calculan costar¨¢ otros cinco a?os. Los textos presentan el problema de la tradici¨®n oral, y la compa?¨ªa se encuentran con varias versiones de un mismo auto. Hoy se han recuperado cinco de esos autos y el conocido sainete de la T¨ªa Norica. A ello hay que a?adir que la T¨ªa Norica, que se representaba en la ¨¦poca del invernal, era una cr¨®nica contempor¨¢nea, y la gente acud¨ªa a ver estos mu?ecos para enterarse de lo que ocurr¨ªa en la ciudad. Hoy la compa?¨ªa reproduce ¨ªntegramente textos, mu?ecos y teatrillo.
Cuando presentaron el espect¨¢culo en el pasado Festival Iberoamericano de Teatro de C¨¢diz, los componentes de la compa?¨ªa indagaron cosas sobre los grupos de teatro que acud¨ªan al festival e introdujeron las morcillas en la representaci¨®n. El p¨²blico ovacion¨® durante largo tiempo en pie a los mu?ecos de la T¨ªa Norica, de quien Garc¨ªa Lorca dijo que era cu?ada de Don Crist¨®bal, popular t¨ªtere espa?ol.
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