Delito de paz
?Habr¨¢ un Defensor del Pueblo capaz de defenderme, un Tribunal Constitucional capaz de absolverme, un Rey generoso y ejemplar capaz de indultarme si al fin soy condenado, como ciertos hechos inquietantes me hacen temer, por un delito, en realidad, de apolog¨ªa de la convivencia pac¨ªfica entre los espa?oles, el respeto de la legalidad democr¨¢tica y el rechazo de toda violencia, venga de donde viniere, que comet¨ª, al parecer, el 27 de junio de 1981, al condenar duramente en mi art¨ªculo La escuela de la violencia, publicado en un diario de Madrid, la doblez y los nefastos efectos de corrupci¨®n de la juventud de la conducta pol¨ªtica del se?or Blas Pi?ar?El planteamiento p¨²blico de estos graves interrogantes y una precisa informaci¨®n sobre la situaci¨®n actual de este penoso proceso por injurias al que estoy sometido desde hace m¨¢s de cinco a?os, y que, despu¨¦s de m¨²ltiples incidencias, parece acercarse a un desenlace final de consecuencias posiblemente irreversibles para m¨ª en el triple aspecto profesional, econ¨®mico y familiar, me parecen ya urgentes a estas alturas para poder contar, si no con el apoyo legal de las altas instancias mencionadas, s¨ª al menos con el apoyo moral y el calor de la solidaridad de la opini¨®n p¨²blica m¨¢s sana y sensible, lo cual, aunque no sirva de remedio, puede servir de consuelo.
Pocos d¨ªas antes de la publicaci¨®n de aquel art¨ªculo de denuncia de toda violencia, la explosi¨®n de una bomba en las manos ingenuas y, de hecho, inocentes -las manos sucias y culpables estaban detr¨¢s- del adolescente de 17 a?os Jos¨¦ Luis Cuadrado Garrido, militante de Fuerza Joven, rama juvenil de Fuerza Nueva, quien, adoctrinado en la sede central de ese partido y reci¨¦n salido de la misma, iba a colocar el artefacto en una papelera pr¨®xima a aqu¨¦lla, fue la gota de agua que hizo desbordar el vaso de mi paciencia, el detonante que me revel¨® de golpe el horror de todo aquello y la obligaci¨®n moral de denunciar la doblez d¨¦ la conducta pol¨ªtica del jefe de Fuerza Nueva y su efecto acelerador de una espiral de violencia a la que, colaborando en la pr¨¢ctica con otras fuerzas de signo distinto, contribu¨ªa como ¨²ltimo responsable desde la direcci¨®n de ese partido, a trav¨¦s de mandos (como el jefe nacional de seguridad de Fuerza Nueva, David Mart¨ªnez Loza) cuyas acciones criminales -Yolanda Gonz¨¢lez, Jorge Caballero, los asesinatos del Maresme, tantos otros- fueron en muchos casos duramente condenadas por los tribunales, pero jam¨¢s p¨²blicamente condenadas por Blas Pi?ar.
Me sigue pareciendo, as¨ª, justo y explicable que en mi art¨ªculo La escuela de la violencia yo calificara a Blas Pi?ar de "explotador taimado de la ardorosa ingenuidad juvenil contra la paz", as¨ª como de "provocador de los mueras contra nuestro valeroso Rey y nuestra naciente democracia".
Hoy, cinco a?os despu¨¦s de esa denuncia p¨²blica que sigo considerando con orgullo como un acto m¨¢s de civismo, la Audiencia de Madrid me hace saber, a trav¨¦s de mi abogado, el diputado donostiarra Juan-Mari Bandr¨¦s, y del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de San Sebasti¨¢n, el 18 de diciembre de 1986, una semana antes de Navidad, que al no poder yo subir mi fianza, decretada a instancias de los abogados de Blas Pi?ar, de las 200.000 pesetas inicialmente exigidas y ya abonadas, al 1.080.000 pesetas ahora reclamado, se proceda al embargo preventivo -que supone, en mis actuales circunstancias, condenarme ya antes de juzgarme y sin haber o¨ªdo mi d¨¦bil voz ni la de Bandr¨¦s- de mi piso de San Sebasti¨¢n (que, de hecho, est¨¢ en poder de la CAP), al cual seguir¨¢n, indudablemente, el de mi biblioteca y mi sueldo de catedr¨¢tico.
Habremos llegado con ello a la exasperante paradoja de que cuando nuestro pa¨ªs est¨¢ m¨¢s necesitado que nunca, ante la creciente insensibilidad general, de voces que sepan oponerse, con el sacrificio personal si es preciso, a toda violenc¨ªa -de ETA, del GAL o de cualquier otra fuerza-, unos tribunales democr¨¢ticos obliguen a un pac¨ªfico investigador y catedr¨¢tico a contribuir con su ruina familiar a la financiaci¨®n pr¨¢ctica, por su indemnizaci¨®n de la injuria que signific¨® su condena de la escuela de la violencia, de los objetivos antidemocr¨¢ticos y fascistas del nuevo Frente Nacional espa?ol, heredero de la violencia de Fuerza Nueva y alineado con todos los fascismos europeos, desde el de Le Pen hasta el de Almirante, para reconstruir la Internacional Negra.- Catedr¨¢tico de la universidad del Pa¨ªs Vasco y director de la revista Theoria.
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