La Filmoteca Espa?ola realiza un trabajo de salvamento sobre un fondo de m¨¢s de 9.000 pel¨ªculas
La Filmoteca Espa?ola est¨¢ plenamente dedicada a un trabajo de salvamento de todas las pel¨ªculas que forman la historia del cine espa?ol. De ellas, la filmoteca tiene un fondo de unas 9.000 cintas en muy diferente estado de conservaci¨®n, seg¨²n dice Miguel Mar¨ªas, director desde hace dos meses de esta instituci¨®n, dependiente del Instituto de la Cinematograf¨ªa y de las Artes Audiovisuales (ICAA) del Ministerio de Cultura. Miguel Mar¨ªas opina que la filmoteca debe ser una mezcla de museo, editorial, distribuidora, laboratorio y exposici¨®n permanente.
Miguel Mar¨ªas, de 39 a?os, tiene ya muy definidos los objetivos de lo que ¨¦l quiere realizar en esta instituci¨®n, aunque las m¨²ltiples carencias que sufre (falta de local de proyecci¨®n, personal insuficiente) pueden aplazar demasiado tiempo la materializaci¨®n de esos proyectos."Hay una idea tan extendida como err¨®nea", explica Mar¨ªas, "por la que se entiende que una filmoteca es algo as¨ª como un videoclub o una distribuidora de pel¨ªculas de super 8. En mi opini¨®n, la actividad fundamental de la Filmoteca debe ser la conservaci¨®n y recuperaci¨®n de la producci¨®n audiovisual espa?ola y, secundariamente, la exhibici¨®n de pel¨ªculas".
La Filmoteca dispone de unos fondos, explica Mar¨ªas, de unas 9.000 pel¨ªculas catalogadas, casi todas espa?olas, y puede haber alrededor de 4.000 m¨¢s, todav¨ªa sin catalogar. "El estado de conservaci¨®n de las cintas es muy diferente. Algunas est¨¢n destrozadas, mientras que otras son copias ¨²nicas en excelentes condiciones. Las mejores, en lo que a su estado se refiere, son las de las pel¨ªculas producidas durante los ¨²ltimos 12 a?os, ya que, pese a la resistencia de algunos productores, es obligatorio que nos entreguen una buena copia si quieren cobrar cualquier ayuda oficial".
Las mayores lagunas que sufre la colecci¨®n de pel¨ªculas est¨¢n en aquellas cintas que han sido producidas sin ayuda del dinero del Estado, algunas de las cuales ni siquiera se han llegado a estrenar. Las malas condiciones de los fondos afectan, seg¨²n Mar¨ªas, a las copias de filmes realizados en color en la d¨¦cada de los cincuenta, cuyos negativos est¨¢n amarilleando, y entre las pel¨ªculas de animaci¨®n filmadas entre 1940 y 1950.
En la b¨²squeda y recuperaci¨®n de los filmes que se encuentran en malas condiciones trabaja una m¨ªnima parte de las 70 personas que integran la plantilla de la Filmoteca. ?ste es, seg¨²n Mar¨ªas, uno de los mayores problemas del centro. "Necesitamos gente muy especializada y no tenemos posibilidad de contratar a nadie. Es un trabajo muy especial que no lo puede hacer cualquiera, y si no traen especialistas el trabajo de salvamento va a ir demasiado lento".
Las filmotecas auton¨®micas y municipales que han ido surgiendo durante los ¨²ltimos a?os intentan colaborar en este trabajo de recuperaci¨®n, aunque, seg¨²n Mar¨ªas, de poco sirve localizar una antigua copias luego no hay medios ni personal capaces de recuperar ese material.
Labor de difusi¨®n
Junto a esta labor de recuperaci¨®n, Mar¨ªas quiere impulsar la difusi¨®n cultural de las pel¨ªculas de la Filmoteca, convencido de que "si una pel¨ªcula no se puede ver, no existe. Los filmes guardados en latas no van a ninguna parte". Hasta el momento, esa labor de difusi¨®n se est¨¢ realizando en salas arrendadas por la Filmoteca, ya que su sede, el cine Dor¨¦, est¨¢ siendo rehabilitada y los trabajos se encuentran de momento paralizados, debido a la existencia de unos puestos de venta situados junto al edificio que no quieren ser abandonados por sus actuales inquilinos. Mientras tanto, el Centro de Arte Reina Sof¨ªa se va a convertir en un lugar de proyecci¨®n de determinados ciclos cinematogr¨¢ficos."Los gustos y necesidades de los cin¨¦filos van cambiando con el tiempo, y los servicios de la Filmoteca no pueden ser los mismos que los de la televisi¨®n o los videoclubes. Creo que nosotros debemos ofrecer una programaci¨®n complementaria, aunque alguna pel¨ªcula no atraiga m¨¢s de 50 espectadores en todo Madrid.
Si la exhibici¨®n de las pel¨ªculas se realiza fuera de Madrid, el tema se complica a¨²n m¨¢s ya que, seg¨²n el director de la Filmoteca, tienen que comprobar que la sala de proyecci¨®n donde se quiere ver la pel¨ªcula est¨¢ en buenas condiciones, que haya garant¨ªas de que la copia tendr¨¢ un buen tratamiento y que se asegure la devoluci¨®n.
Salvar la copia es la m¨¢xima obsesi¨®n de Mar¨ªas porque, por un lado, la realizaci¨®n de la copia es muy costosa e incluso el estado del negativo impide su manipulaci¨®n. "Los productores", a?ade Mar¨ªas, "se resisten a dejar sacar m¨¢s de una copia porque es muy dif¨ªcil determinar cu¨¢ndo concluye el tiempo de explotaci¨®n de una pel¨ªcula".
Miguel Mar¨ªas tiene el empe?o de facilitar el acceso a los fondos de la Filmoteca a los investigadores del cine espa?ol o extranjero, aunque aqu¨ª vuelve a lamentarse del escaso personal especializado y medios adecuados de que dispone. "Si viene alguien a estudiar hay que facilitarle una moviola y un especialista, porque no se permite a cualquiera que manipule el material. Esto paraliza la catalogaci¨®n del material. Lo ideal ser¨ªa que el visitante pudiera ver la pel¨ªcula que le interese en v¨ªdeo, pero no tenemos pasados los fondos a este sistema".
El nuevo director de la Filmoteca anuncia que uno de los proyectos que ya tiene en marcha es la edici¨®n de publicaciones, monogr¨¢ficas. "Los ciclos cinematogr¨¢ficos, que entre febrero y marzo dar¨¢n comienzo en el Reina Sof¨ªa, ir¨¢n acompa?ados de la presentaci¨®n de un libro, en el que se plasmar¨¢ el tema al que vaya dedicado el ciclo, y concretamente vamos a empezar con los directores de fotograf¨ªa". Posteriormente, y en colaboraci¨®n con la empresa privada, se editar¨¢n libros dedicados a los directores espa?oles, de los que Mar¨ªas lamenta que haya muy pocos estudios monogr¨¢ficos en el mercado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.