Nostalgia del juguete de hojalata
Exposici¨®n en Valencia de modelos de 1916 a 1960 que alcanzan ahora altas cotizaciones
Monta?as de juguetes sofisticados evocan las guerras de las galaxias desde los escaparates y tratan de introducir a los ni?os en los misterios de la t¨¦cnica y de la inform¨¢tica. Sin embargo, los ojos de los peque?os y de los adultos no dejan de asombrarse ante la perfecci¨®n de l¨ªneas de un tren o un autom¨®vil de hojalata. Una aut¨¦ntica invitaci¨®n a la nostalgia de esos objetos que no se rompen nunca constituye la exposici¨®n sobre juguetes de la cooperativa Pay¨¢, de Ibi (Alicante), fabricados entre 1916 y 1960, que est¨¢ abierta en Valencia. Estas piezas se han convertido en inestimables art¨ªculos de regalo o de colecci¨®n, que alcanzan precios de centenares de miles de pesetas.
"Eran juguetes ideales porque no se romp¨ªan nunca", comenta con a?oranza un se?or de avanzada edad a su esposa, mientras ella exclama: "Mira cocinas como ¨¦sas tuve,yo de peque?a".Centenares de personas es t¨¢n desfilando diariamente por la sala de exposiciones que la Caixa de Pensions tiene en Va lencia para admirar verdaderas piezas de museo. Un cierto desencanto se trasluce en algunos comentarios por la relativa escasez de piezas expuestas, pero los organizadores aclaran que se trata de una selecci¨®n de juguetes de hojalata fabricados por la cooperativa Pay¨¢, de lbi (Alicante), entre comienzos de siglo y los a?os sesenta.
"Hemos pretendido", se?ala Carlos P¨¦rez, uno de los res ponsables de la exposici¨®n "ofrecer una panor¨¢mica de este trabajo de artesan¨ªa, al tiempo que mostramos el proceso de producci¨®n de los juguetes de hojalata". Junto al trenes, barcos, aviones, autom¨®viles, tartanas y soldados se exhiben los moldes y los dise?os de las distintas piezas. La reproducci¨®n de estas piezas es hoy posible gracias a la conservaci¨®n de la pr¨¢ctica totalidad de la matricer¨ªa, es decir, de los moldes de los juguetes. La matricer¨ªa de los trenes, que ya hizo famosa a la firma Pay¨¢ en la ¨¦poca de nuestros abuelos, ha resistido el paso del tiempo, y sigue en lb?, una localidad de 20.000 habitantes, a disposici¨®n de las pocos artesanos que han heredado la t¨¦cnica de la hojalata de sus antepasados.
El juguete de hojalata alcanz¨® su esplendor en las d¨¦cadas de los a?os treinta y cuarenta, y buena prueba de ello son las r¨¦plicas de autom¨®viles -Ford y Bugatti que se exhiben en la exposici¨®n. El posterior auge del pl¨¢stico y del, metal como materias primas para- la fabricaci¨®n de juguetes arrincon¨® los obje tos de hojalata en los desvane y los armarios a partir de los a?os sesenta. Lo pragm¨¢tico se impon¨ªa sobre lo est¨¦tico, y las nuevas costumbres negaban a los ni?os un cierto margen para la imaginaci¨®n e imprim¨ªan un ritmo diferente a los juegos in fantiles al comp¨¢s de las luces y los sonidos de la t¨¦cnica.
Regalo y colecci¨®n
Aburridos de esa repetici¨®n de juguetes impersonales, algunos estudiosos han comenzado a recuperar la l¨ªnea de juguete cl¨¢sico'como regalo y como objeto de colecci¨®n. De este modo se han revalorizado piezas modernistas y representativas del art dec¨® valenciano que se hallaban olvidadas en el ¨²ltimo rinc¨®n de la casa. Un peque?o Ford de hojalata est¨¢ valorado en 350.000 pesetas, al igual que un modelo de motocicleta con sidecar. Uno de los juguetes m¨¢s caros del mercado mundial es un Bugatti fabricado en Pay¨¢ cuyo precio asciende a un mill¨®n de pesetas.Seg¨²n el conseller de Trabajo de la Generalitat valenciana, Miguel Dom¨¦nech, "las industrias de la comarca de K em.piezan a darse cuenta de que la fabricaci¨®n limitada de estos juguetes de hojalata permite unos m¨¢rgenes comerciales mucho m¨¢s amplios que los de art¨ªculos de pl¨¢stico o de metal". El Gobierno aut¨®nomo estudia la posibilidad de presentar la exposici¨®n en Madrid y ya ha comprometido su asisten cia a la feria internacional de Nuremberg en el mes de febrero. En realidad, la muestra que se presenta estos d¨ªas en Valencia es una iniciativa del Instituto de Promoci¨®n y Fomento del Cooperativismo, que depende de la Generalitat. Este instituto planea el montaje de otra exposici¨®n s¨ªmilar dedicada a la industria textil de Alcoy.
80 a?os de historia
La cooperativa Pay¨¢, que cuenta con una plantilla de 110 trabajadores, de los que 63 son cooperativistas, fue formada en 1984 por un grupo de empleados que decidi¨® reabrir la f¨¢brica. La empresa hab¨ªa nacido en lb? en 1906 con el gracioso nombre de La Sin Rival Pay¨¢ Hermanos, SA, por iniciativa de una familia con tradici¨®n en la industria juguetera. Particip¨® posteriormente en la Exposici¨®n Regional Valenciana de 1909, y en los a?os treinta inici¨® la producci¨®n de series de veh¨ªculos de juguetes de modelos como Renault, Ford y Bugatti. Durante los a?os cincuenta, la firma se acredita como fabricante de trenes el¨¦ctricos y de cuerda. A partir de 1975, la empresa comienza a padecer problemas econ¨®micos que derivan en el cierre de la factor¨ªa de N.La comarca alicantina de la Foia de Castalla, en la que se encuentran ubicadas las localidades de N y Onil, se ha centrado en la fabricaci¨®n de juguetes desde principios del presente siglo. Cada poblaci¨®n se ha especializado en un tipo de productos, y as¨ª, mientras lbi se ha volcado m¨¢s en las series de veh¨ªculos, Onil se ha inclinado por la fabricaci¨®n de mu?ecas. El primer juguete producido en W fue una tartana de hojalata.
Entre el arte y la industria
La producci¨®n de juguetes ha sido tradicionalmente una actividad a medio camino entre la elaboraci¨®n artesana y la producci¨®n industrial. Perdido su aspecto art¨ªstico en los ¨²ltimos veinte a?os, nuevas corrientes econ¨®micas y culturales apuestan ahora de forma decidida por la combinaci¨®n de la est¨¦tica, el dise?o y la calidad industrial. Esta tendencia se impone en otros sectores econ¨®micos del Pa¨ªs Valenciano, como el mueble, el textil y la cer¨¢mica, entre otros. El ¨¦xito obtenido por dise?adores como Montesinos y Mariscal avala este empe?o.El 60% de la producci¨®n juguetera es pa?ola se halla concentrado en varias comarcas valencianas y, de modo especial, en la zona de Ibi y Onil. Catalu?a produce el 31 %, y el resto se reparte entre varias regiones. Tras la crisis sufrida por la industria juguetera a comienzos de los a?os setenta y la posterior reconversi¨®n, las iniciativas basadas en el dise?o y la calidad dan ya sus frutos. La dura competencia en los mercados exteriores ha obligado tambi¨¦n a acentuar el factor artesano en los juguetes valencianos. Afortunadamente a¨²n quedan manos expertas capaces de volver a fabricar objetos que entusiasmaron a nuestros abuelos.
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