La aventura equinoccial de un cineasta aragon¨¦s
Giraban las aspas de los ventiladores, y la m¨²sica cl¨¢sica inundaba el cuarto de estar. Del exterior llegaba el ruido del diluvio, que hab¨ªa obligado a parar el rodaje de El Dorado. Los sapos saltaban en medio de la carretera que conduce a Puerto Lim¨®n, al lado mismo de la casa del director espa?ol Carlos Saura, que se ha embarcado en la aventura de ofrecer su versi¨®n cinematogr¨¢fica de la historia de Lope de Aguirre en su busca de El Dorado.La idea de hacer El Dorado le viene de muy lejos: "Es viej¨ªsima", dice Saura, que se interes¨® tras la lectura de la novela de Sender La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, que "me pareci¨® un tema fant¨¢stico". Saura es aragon¨¦s, paisano de Sender, que adem¨¢s hab¨ªa sido novio de su madre. La producci¨®n estaba fuera de las posibilidades del cine espa?ol de entonces. Hubo planes de hacer El Dorado con el productor El¨ªas Querejeta y la empresa francesa Gaumont, pero se frustraron.
Se siente inc¨®modo Saura con el eslogan de pel¨ªcula m¨¢s cara del cine espa?ol.- "Esta pel¨ªcula debe hacerse en el tiempo y en las condiciones que se necesitan. Es un problema de tiempo. A veces no es tanto la cantidad de millones que hacen falta para la figuraci¨®n y eso, sino la cantidad de semanas que se necesitan. Eso es lo que m¨¢s preocupa. Se habla de 14 o 15 semanas, y puede que se ponga en 18, 20 o 22 porque depende de factores que no pueden controlarse. Desde el principio se sab¨ªa que esta pel¨ªcula era as¨ª".
Fuera arrecia la lluvia, como si quisiera dar la raz¨®n a las palabras de Saura. De cuando en cuando suena el tel¨¦fono. Son las seis de la tarde y ya oscureci¨® hace tiempo. Saura recibe el parte o las novedades de nuevos enfermos de gripe y nuevas inundaciones. Por tel¨¦fono, el director recomienda que los actores lleven lectura al lugar de rodaje al d¨ªa siguiente, para evitar el aburrimiento de los tiempos muertos en un sitio tan inc¨®modo como el poblado construido junto al canal de Tortuguero. En la escala del cine internacional, Saura cree que: no se hablar¨ªa tanto de una pel¨ªcula muy costosa. "Esto se debe a que se trata de una pel¨ªcula espa?ola. No es de Estados Unidos o una coproducci¨®n. Es una pel¨ªcula muy costosa, pero espa?ola. Con las limitaciones que tenemos nosotros hoy por hoy est¨¢ muy bien que sea as¨ª".
Para Saura, cada pel¨ªcula requiere unos medios determinados, y explica que La caza, "que se hizo en cuatro semanas, y en aquella ¨¦poca, no s¨¦ si lleg¨® a tres millones de pesetas; se, hizo en el mes de agosto en Madrid, pero yo ten¨ªa en aquel momento todo lo que necesitaba, que eran cuatro actores, urios conejos, unas pantallas, un travel¨ªn, Luis Cuadrado y Teo Escamilla... Yo ten¨ªa exactamenteel equipo que necesitaba. Ahora, para hacer El Dorado, necesito un equipo determinado, y si no tengo ese equipo, no puedo hacer la pel¨ªcula. No es que sea m¨¢s c¨®modo o no. Es que es el equipo que se necesita".
Acudir a las fuentes
Dentro del cine de Saura, despu¨¦s de sus pel¨ªculas de reflexi¨®n sobre la Espa?a del franquismo y la serie del flamenco, El Dorado parece m¨¢s pr¨®xima a Llanto por un bandido, su segundo largometraje, realizado en 1962. El director cita tambi¨¦n como referencia vecina a Antonieta, una pel¨ªcula que hizo en M¨¦xico en 1982, pero inmediatamente se apresura a decir que El Dorado "es otra cosa; no s¨¦ que es, pero es otra cosa".Despu¨¦s de la novela de Sender sobre Lope deAguirre, Sau ra ley¨® otros estud-ios y trabajos de Uslar Pietri, Otero Silva y otros. Luego decidi¨® acudir a las fuentes, a la lectura, de la cr¨®nica original. "All¨ª estaba todo, y despu¨¦s cada uno ha hecho su versi¨®n. Yo he hecho la m¨ªa y es otra cosa".
Saura considera que la histor¨ªa de Aguirre "es terrible, es una historia b¨¢rbara. Una histo ria de conquista a la espa?ola donde los espa?oles se matan entre ellos. ?sta es una de las cosas que m¨¢s me atraen en esta historia. Quiz¨¢ no me hubiera gustado tanto hacer una cosa donde los espa?oles se enfrentan a los indios. No me hubiera sentido demasiado capaz de hacer eso.... pero en este caso s¨ª, porque me parece que son personajes que podemos entenderlos muy bien los espa?oles. Yo creo que, de alguna forma, est¨¢n vigentes en nuestro pa¨ªs, m¨¢s edulcorados o m¨¢s suavizados por el tiempo".
El hecho de que Werfier Herzog haya realizado ya una pel¨ªcula sobre el personaje de El Dorado (Aguirre o la c¨®lera de Dios) no le preocupa en absoluto a Saura, que asegura respetar mucho la pel¨ªcula del alem¨¢n: "Me parece muy bonita, pero no tiene nada que ver con las cr¨®nicas ni con los personajes. Lo de Herzog es una recopilaci¨®n, una mezcla de cosas".
Piensa Saura ofrecer "mi versi¨®n de Lope de Aguirre, que es un personaje fant¨¢stico. A m¨ª me gustar¨ªa verle en un aspecto que apenas ha sido tocado; en las cr¨®nicas, por supuesto que no. Es un aspecto m¨¢s humano. No es que yo le vaya a humanizar. Yo no quiero justificar las barbaridades que hizo Aguirre, pero s¨ª se trata de entender por qu¨¦ las hizo. En general, yo hasta ahora lo que he le¨ªdo sigue fielmente las cr¨®nicas en un aspecto que a m¨ª me parece el m¨¢s dudoso. Yo no soy historiador, pero, por intuici¨®n y por los datos que yo tengo, creo que, al estar escritas las cr¨®nicas por los derrotados, los hombres de Aguirre han tratado de defender sus vidas ante el rey de Espa?a, que era Felipe II nada menos".
"Lo hacen", a?ade Saura, "justific¨¢ndose con la actitud de su jefe, que les hab¨ªa obligado a cometer esas atrocidades. Ese jefe era Aguirre, que aparece en la cr¨®nica como un loco, traidor, peligroso, pendenciero. Con todos los adjetivos m¨¢s tremendos que puedan imaginarse. Entre l¨ªneas, te vas dando cuenta de que no pudo ser as¨ª, porque si hubiera sido as¨ª no habr¨ªa podido nunca acceder al poder en las condiciones en que accedi¨®, si no hubiera tenido la colaboraci¨®n que tuvo entre las gentes que estaban all¨ª. No pod¨ªa ser as¨ª. Debi¨® ser algo parecido, pero no as¨ª".
Reconoce Saura la dificultad de combinar la superproducci¨®n con el mierocosmos del pu?ado de conquistadores y sus luchas internas. '?ste es el encanto de esta pel¨ªcula. No es una pel¨ªcula espect¨¢culo en el sentido en que se pod¨ªa pensar en el cine norteamericano. Bueno, puede haber espect¨¢culo, porque hay una belleza de los lugares y unas ciertas masas de gente movi¨¦ndose con sus cascos y cosas, pero no hay que olvidar que estas expediciones eran tambi¨¦n un poco miserables. Espa?a no era ese imperio que se puede pensar, ni siquiera en esa ¨¦poca. Aqu¨ª, la verdad es que estaba lo peor de cada casa, y te das cuenta de eso al leer las cr¨®nicas. Eran gentes sin escr¨²pulos que no se pod¨ªan llamar ej¨¦rcito. Era un grupo de gente armada en busca de El Dorado, esos tesoros maravillosos que iban a ser la soluci¨®n de todos sus problemas, y al mismo tiempo eran aventureros".
Volver a los actores
Se nota que Saura, tras la trilog¨ªa de pel¨ªculas de baile, disfruta ahora con la direcci¨®n de actores. Piensa que los que tiene son perfectos para los personajes de su pel¨ªcula. Nunca trabaj¨® con ellos, "pero esto me gusta porque hac¨ªa mucho tiempo que trabajaba m¨¢s con bailarines que con actores. Se nota la diferencia. Aunque un bailar¨ªn est¨¢, acostumbrado a actuar, un actor responde a la menor indicaci¨®n, y esto da mucho gusto".Saura cree que la pel¨ªcula durar¨¢ m¨¢s de dos horas; no mucho m¨¢s, quiz¨¢ 10 o 20 minutos m¨¢s. La complejidad de la historia lo exige as¨ª, aunque no le gustan las pel¨ªculas largas. Fuera, en la calle, al borde mismo de la carretera, estalla la vegetaci¨®n, y de dentro surgen miles de ruidos de animales. Saura se refugia de nuevo en su m¨²sica en espera del d¨ªa siguiente, que trajo el sol que permiti¨® continuar su aventura equinoccial.
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