Reagan se queda solo ante el 'Irangate'
El hombre m¨¢s influyente de Washington despu¨¦s del presidente, su jefe de gabinete, Donald Regan, est¨¢ a punto de abandonar el cargo vencido finalmente por el esc¨¢ndalo del Irangate y dejando a Ronald Reagan sin su principal protector y confidente, solo ante una crisis que se acerca peligrosamente al jefe del Estado. Regan, que ha actuado pr¨¢cticamente como un primer ministro, acumulando inmensos poderes, presentar¨¢ oficialmente su dimisi¨®n al presidente en los pr¨®ximos d¨ªas, y ¨¦ste se la aceptar¨¢, muy a su pesar, pero convencido finalmente por las presiones de su esposa, Nancy, de sus viejos amigos y de los m¨¢s influyentes dirigentes republicanos.
"Su futuro depende de ¨¦l", ha dicho el presidente, ofreciendo a Regan la salida de la dimisi¨®n, que evitar¨¢ a Reagan el trauma de tener que destituirle. La situa ci¨®n de Donald Regan es insostenible, y la puntilla para su carrera pol¨ªtica ser¨¢ ofrecida el jueves por la publicaci¨®n del informe de la comisi¨®n Tower, que establecer¨¢, al parecer, un intento de encubrimiento de la operaci¨®n ir¨¢n a cargo del jefe del gabinete de la Casa Blanca y de otros miembros de la presidencia. En Washington, sepultado por una nevada que paraliz¨® ayer el Gobierno federal, se vive un ambiente de drama pol¨ªtico desconocido desde el Watergate, a la espera de las 600 p¨¢ginas del informe Tower, que se preven muy cr¨ªticas para la Casa Blanca y para la manera distante y despreocupada de gobernar de Ronald Reagan.Ya se comienza a hablar de obstrucci¨®n a la justicia y de encubrimiento en los m¨¢s altos niveles de la Casa Blanca, precisamente lo que acab¨® con la presidencia de Richard Nixon. El presidente volvi¨® a afirmar ayer que ¨¦l no ha dirigido un encubrimiento del esc¨¢ndalo. Nuevos detalles sugieren que Oliver North, ex asesor del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), emple¨® el dinero desviado de la venta de armas a Ir¨¢n en la campa?a pol¨ªtica para las elecciones legislativas del pasado noviembre, en apoyo de las dos obsesiones presidenciales: la contra y la guerra de las galaxias.
Tambi¨¦n es claro que el, teniente coronel North -un "h¨¦roe nacional", seg¨²n el presidente- no actuaba solo e informaba a sus superiores de todas las audacias que se permiti¨® desde el NSC. La ¨²ltima fue prometer que la justicia norteamericana ser¨ªa indulgente con un general hondure?o, Jos¨¦ Bueso Rosa que intent¨® asesinar al anterior presidente de Honduras, Rober to Suazo C¨®rdova, y que est¨¢ de tenido en EE UU.
La electr¨®nica acusa
Nuevas revelaciones obtenidas gracias a la memoria electr¨®nica del ordenador de la Casa Blanca y declaraciones comprometedoras del ex consejero de Seguridad Nacional Robert McFarlane han situado a Regan, llegado a la pol¨ªtica desde la presidencia de una firma de bolsa de Wall Street, como el principal villano de este enredo. En su af¨¢n de proteger a su amigo el presidente, al que nunca dec¨ªa que no y ha aislado de cualquier opini¨®n que no fuera la suya, Regan ayud¨® a preparar una cronolog¨ªa completa y manipulada de la operaci¨®n iran¨ª. Tambi¨¦n el informe Tower ac¨¢sar¨¢ al jefe del gabinete presidencial de no haber sido sincero en sus declaraciones sobre la participaci¨®n del presidente en el Irangate.
Regan sostiene que Reagan no aprob¨® previamente el primer env¨ªo de armas norteamericanas -a Jomeini, a trav¨¦s de Israel, en septiembre de 1985. Pero, al parecer, seg¨²n testimonio de McFarlane, Reagan autoriz¨® verbalmente ese suministro en el, mes de agosto. Si esto es as¨ª, es muy importante, porque el presidente podr¨ªa haber violado varias leyes con su autorizaci¨®n secreta.
El presidente Reagan no consigue acordarse de lo que hizo en un tema tan importante y ha ofrecido dos versiones contradictorias a la comisi¨®n Tower. Primero, explic¨® que s¨ª hab¨ªa aprobado previamente el env¨ªo. Pero posteriormente, aleccionado por Donald Regan, se desdijo y asegur¨® que s¨®lo dio autorizaci¨®n con posterioridad.
La estrategia de la Casa Blanca tras la combusti¨®n de Regan es contener el da?o a su nivel, aceptar que el presidente no controlaba lo que ocurr¨ªa ante sus propias narices, asumiendo su incompetencia, y sustituir a Regan -se habla del secretario del Tesoro, James Baker o de Drew Lewis, ex ministro de Transportes-, intentando abrir una nueva etapa. Pero no va a ser nada f¨¢cil. La investigaci¨®n s¨®lo est¨¢ comenzando y los comit¨¦s especiales del Congreso y el fiscal especial est¨¢n dispuestos a penetrar en este pozo que parece no tener fondo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.