Febres Cordero acusa a sus secuestradores de haber intentado asesinarle
El presidente ecuatoriano, Le¨®n Febres Cordero, ha acusado a los soldados de la Fuerza A¨¦rea Ecuatoriana (FAE) que le secuestraron durante 11 horas el pasado 16 de enero de haber intentado asesinarle. Febres Cordero, que fue liberado a cambio de la promesa de no tomar represalias, envi¨® una nota, con esta acusaci¨®n, a los jueces de consejo de guerra que se inici¨® el jueves contra los secuestradores en el fuerte militar de Atahualpa.
El juicio comenz¨® en un ambiente de gran tensi¨®n, con una ve¨ªntena de soldados apostados en el interior de la sala y por lo menos 12 tanques vigilando el exterior. El Gobierno teme que partidarios del general Frank Vargas Pazzos, cuya liberaci¨®n fue conseguida por los amot¨ªnados en febrero y que se encuentra desde entonces en la clandestinidad, intenten alguna acci¨®n armada para liberar a los acusados.Febres Cordero envi¨® en la primera sesi¨®n del juicio una declaraci¨®n escrita en la que afirma que sus secuestradores le zarandearon, le golpearon y le pusieron una pistola contra la cabeza. En su declaraci¨®n, Febres dice que tras su secuestro fue forzado a subir a un autob¨²s y llevado a una capilla de la Fuerza A¨¦rea, donde un soldado, identificado como Pedro Loor, intent¨® asesinarle. En el secuestro resultaron muertos dos guardaespaldas de Febres.
Los rebeldes hab¨ªan pensado inicialmente en bombardear el palacio presidencial, la sede del Gobierno provincial de Guayas o el cuartel militar de Epiclachima, o bien secuestrar a una hija o a una nieta del presidente, para lograr la excarcelaci¨®n del general Vargas, pero optaron al final por el secuestro de Febres, seg¨²n revel¨® en una declaraci¨®n por escrito el principal cabecilla de la revuelta, el capit¨¢n John Maldonado.
La defensa considera que el juicio ha sido convocado con excesiva rapidez, lo que no ha permitido preparar adecuadamente las pruebas, informa Ram¨®n Gorriar¨¢n desde Bogot¨¢.
El consejo de guerra, con cinco coroneles de la FAE como jueces, se celebra a 30 kil¨®metros al sur de Quito, en el fuerte Atahualpa, propiedad del Ej¨¦rcito. Este hecho extra?¨® a los abogados defensores, sorprendidos de que no se haya celebrado en instalaciones de la FAE, arma a la que pertenecen jueces y acusados.
Febres Cordero fue secuestrado el pasado 16 de enero por comandos paracaidistas en Guayaquil, en el suroeste del pa¨ªs. Trasladado a la base a¨¦rea de Taura, 416 kil¨®metros al oeste de Quito, el presidente fue liberado 11 horas despu¨¦s. Para lograr su libertad, Febres Cordero se comprometi¨® a permitir liberaci¨®n del ex comandante de la FAE, Frank Vargas, y dio su palabra de no tomar represalias.
Vargas protagoniz¨® en marzo del a?o pasado dos rebeliones contra altos mandos militares, a los que acus¨® de corrupci¨®n en la compra de un avi¨®n y pidi¨® la dimisi¨®n de Febres. Pero las dos sublevaciones fracasaron. Vargas fue arrestado y se le acus¨® de rebeli¨®n. Sin embargo, Febres Cordero, durante su secuestro, amnisti¨® a Vargas de los cargos de rebeli¨®n.
Vargas, en la clandestinidad
Desde que fue liberado, el ex comandante de la FAE permanece en la clandestinidad. Ha anunciado su intenci¨®n de presentarse como candidato presidencial en 1988. Varios partidos izquierdistas de escasa relevancia han expresado su respaldo a la probable candidatura de Vargas.En declaraciones a este diario (v¨¦ase EL PA?S del pasado 25 de enero), el militar declar¨® sentirse solidario con los sublevados, y, tras acusar a Febres Cordero de incumplir su palabra de no tomar medidas contra los rebeldes, advirti¨® que seguir¨ªa luchando desde la clandestinidad y que estaba dispuesto a "hacer algo" por los paracaidistas. "Yo no puedo ser indiferente; debo hacerlo, tengo que hacerlo", dijo, y agreg¨® que los soldados actuaron as¨ª "por lealtad al recuerdo de c¨®mo yo mand¨¦ las fuerzas".
Tres oficiales y 79 soldados del cuerpo de paracaidistas fueron detenidos al d¨ªa siguiente del secuestro y trasladados a cinco recintos militares. Dos de los oficiales, que aseguran que actuaron como mediadores en la soluci¨®n del secuestro, fueron puestos en libertad, aunque deben responder por cargos ante el consejo de guerra. El tercero, el capit¨¢n Maldonado, ingres¨® en una prisi¨®n castrense junto al subteniente Eduardo Pin y el resto de los sublevados.
Los cargos contra los secuestradores de Febres Cordero son de sedici¨®n y atentado a la seguridad del Estado, delito que en la legislaci¨®n militar ecuatoriana est¨¢ castigado con penas de hasta 16 a?os de reclusi¨®n. Los abogados defensores estiman que el juicio ser¨¢ muy largo, puesto que cada caso ser¨¢ analizado de forma individual, con lo que se deber¨¢ atender a 81 acusaciones con sus correspondientes alegatos. La defensa mantiene que muchos de los acusados son inocentes porque no estaban en la base de Taura cuando Febres fue secuestrado.
La oposici¨®n de centro e izquierda, que tiene la mayor¨ªa en el Congreso, ha mantenido silencio ante el proceso.
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