Chris de Burgh como figura

Chris de Burgh, cantautor irland¨¦s con solera y de escaso pero reciente ¨¦xito en Espa?a, convoc¨® a cerca de 2.000 bilba¨ªnos que le aplaudieron y agradecieron temas apenas conocidos por ellos. Aquel p¨²blico de apetencias musicales muy sencillas y nada exigentes aguant¨® cariacontecido, sin rechistar, el rock punkero del cuarteto de Santurce Bah¨ªa de Cochinos.Chris de Burgh ofreci¨® su primer recital espa?ol como primera Figura en una etapa algo cr¨ªtica de su m¨²sica, encauzada a los buenos prop¨®sitos del ¨¦xito y muy provechosa para su bolsillo. Hace casi cuatro a?os que actu¨® en suelo espa?ol, en los conciertos de Supertramp, y osaba entonces danzar en escena junto a una bailarina de senos descubiertos que se mov¨ªa al son c¨¢baretero. Ahora ha cautivado a una audiencia bien distinta del pasado con un ¨¢lbum, Into the light, de car¨¢cter fabril, de producci¨®n fr¨ªa y facilona, aunque elaborada, y es inimaginable cualquier detalle p¨ªcaro o m¨ªnimamente atrevido en su actual espect¨¢culo, tan pluscuamperfecto de luces maravillosas, sonido n¨ªtido y preciso e interpretaci¨®n infalible. Sus m¨²sicos, siempre est¨¢ticos en su posici¨®n fijada en el escenario, se emplean, muy profesionales y cumplidores, con sonrisa profid¨¦n.

De Burgh ha desvirtuado el esp¨ªritu de sus viejas canciones, nacidas de su juventud eirrante, de su pasi¨®n por el folclor irland¨¦s, por la m¨²sica ac¨²stica, relajada. Es un rom¨¢ntico-m¨ªstico escarmentado. The traveller, una de sus mejores piezas, tocada a tres guitarras, se salv¨® entre el repertorio de baladas empalagosas y otros temas con abuso de sintetizadores.