El Ayuntamiento barcelon¨¦s, disconforme con el Gobierno en el proyecto ol¨ªmpico

Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona han manifestado su disconformidad con la actitud del Gobierno en relaci¨®n con las obras de infraestructura para los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992. Los responsables municipales consideran que el Gobierno es poco sensible a las necesidades de calendario que tiene Barcelona.

Por su parte, en varios ministerios (Obras P¨²blicas, Transportes y Cultura) no se ocultan sus reticencias ante los proyectos de infraestructura que les presenta el equipo de t¨¦cnicos barceloneses que rodea al alcalde (socialista) Pasqual Maragall, y a quienes califican despectivamente como "los divinos".Inmediatamente despu¨¦s de la designaci¨®n de Barcelona como sede de los Juegos Ol¨ªmpicos, en octubre pasado, el Gobierno prodig¨® declaraciones de apoyo a la candidatura. Sin embargo, cinco meses despu¨¦s de aquella designaci¨®n a¨²n no se ha firmado ning¨²n acuerdo financiero para las obras previstas. Fuentes gubernamentales se?alan que eso es debido a la voluntad del Gobierno de anunciar un proyecto global que re¨²na todas las inversiones de infraestructura que est¨¦n relacionadas con el proyecto ol¨ªmpico (las mejoras del puerto y el aeropuerto, la finalizaci¨®n de los cinturones de ronda) para evitar un goteo de convenios puntuales.

Fuentes del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones aseguraron a este diario que el aeropuerto de Barcelona (El Prat) ser¨¢ remodelado antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992.

La Administraci¨®n central atribuye los retrasos en la aprobaci¨®n de los convenios financieros a las desmesuradas pretensiones del grupo de profesionales barceloneses que dise?a las l¨ªneas maestras de las obras.

En medios pr¨®ximos a la alcald¨ªa se considera que la Administraci¨®n central ha adoptado una estrategia posol¨ªmpica poco propicia para los intereses municipales. "El Ayuntamiento", admiten estos portavoces, "se ha visto en la paradoja de tener que moderar sus cr¨ªticas al Gobierno de Pujol, que en el fondo es mucho m¨¢s reticente que la Administraci¨®n central ante las inversiones ol¨ªmpicas".