Hip¨®tesis sobre un crimen

Barrera sigue fielmente, pero con libertad, el hilo de la novela de Alfonso Grosso y esto da soltura por un lado y buen orden argumental por otro a su versi¨®n filmada del relato del escritor. De ah¨ª que la pel¨ªcula produzca ante todo impresi¨®n de solidez. Est¨¢ bien construida y se sigue bien. Sin ser una pel¨ªcula mayor, no cae en el rid¨ªculo, pese al exceso del asunto, ni deja de tener siempre un toque de solvencia.Se compone el filme de varias acciones paralelas, historias con cauce argumental propio, pero confluyentes en el sangriento suceso final que las unifica. De est¨¢s acciones paralelas, hay unas que interesan y otras que no. Ese es el punto d¨¦bil de esta pel¨ªcula, en general eficaz y bien realizada, pero de cuando en cuando rota y desequilibrada por la existencia de ese citado punto d¨¦bil: junto a partes convincentes aparecen sin soluci¨®n de continuidad partes flojas.

Dif¨ªcil verosimilitud

Interesa lo concerniente al cortijo y sus habitantes; no llega a interesar la historia del turista ingl¨¦s y la prostituta sevillana; interesan poco las secuencias de la mafia marroqu¨ª de la droga y menos a¨²n -porque son impostaciones did¨¢cticas en un relato que debiera siempre ir al grano, a la pura acci¨®n funcional- las secuencias costumbristas y sociol¨®gicas en que Barrera incurre, que entran en el filme de manera ornamental, sin naturalidad, forzadas y con embudo.Los mejores momentos de Los invitados est¨¢n en las secuencias del cortijo, porque esta parte del relato se apoya sobre todo en un buen manejo por V¨ªctor Barrera de la credibilidad que alcanzan a dar los actores, que dan un rostro y unos comportamientos veros¨ªmiles a un suceso, hip¨®tesis inspirada en otro real, muy complejo, brutal y dif¨ªcil de filmar, porque el que m¨¢s y el que menos tiene una versi¨®n propia de ¨¦l. Como m¨ªnimo, Barrera y sus actores consiguen una dif¨ªcil dignidad.