Multa de 2.500 pesetas a Muelle por pintar el pedestal del oso y el madro?o

El temible rotulador de la calle madrile?a, el grafista m¨¢s popular de Madrid, fue sorprendio por un sereno, hace poco m¨¢s de un mes, mientras dejaba su impronta de r¨²brica negra sobre el pedestal del oso y el madro?o apenas unas horas despu¨¦s de haber sido colocado en su nuevo emplazamiento en la reci¨¦n remodelada Puerta del Sol. En el juicio, celebrado ayer en los juzgados de la calle de Mar¨ªa de Molina, donde se le mult¨® con 2.500 pesetas, Muelle declar¨® con orgullo al fiscal que lo suyo era netamente cultural, que no ten¨ªa dinero para pagar a una instancia superior.

Todo madrile?o de a pie ha visto alguna vez la palabra Muelle garabateada sobre un muro, un and¨¦n del metro o un buz¨®n de Correos. La palabra y su aparici¨®n en el perfil est¨¦tico de la ciudad han creado una mitolog¨ªa alrededor de un nombre, y por extensi¨®n de una sombra que pintaba, casi siempre por la noche. Graf¨®logos y artistas pl¨¢sticos se han interesado por el tema.Muelle se llama en realidad Juan Carlos, tiene 22 a?os y vive en la barriada de Campamento: "Mi barrio lo tengo al d¨ªa. Tengo hechas all¨ª todas las pintadas que deseo. Muchas veces no es una cuesti¨®n de cantidad, sino de ubicarlas bien, que luzcan donde el mayor n¨²mero posible de gente las vea".

Este chico, que arrastra el mote de Muelle desde la escuela elemental ("una vez me hice una bicicleta con un muelle gigante de amortiguador") y que se ha hecho conocer en la geograf¨ªa urbana a trav¨¦s de su firma, era sorprendido en la madrugada del 25 de enero por el sereno Francisco Javier Velasco en la Puerta del Sol. Entonces acudieron otros serenos y por fin fue llevado a la comisar¨ªa. Presentada la denuncia y pasado un mes, ayer a las doce del mediod¨ªa era requerido por el alguacil para que se quitara su habitual gorra negra. Juan Carlos se present¨® al juicio vestido de negro y con camisa de seda morada y pajarita lila: "Mis colores preferidos son la gama de los violetas".

El fiscal pregunta

El fiscal, con la rutina de quien trata accidentes de tr¨¢fico, ley¨® que en el d¨ªa de autos el acusado pint¨® el oso. Muelle pide hablar y puntualiza que s¨®lo lleg¨® a pintar en el pedestal. El fiscal le mira y pregunta por la pintada de la flecha y el muelle: "?Qu¨¦ quiere decir eso?". Juan Carlos contest¨®: "Un muelle". "Eso ya lo s¨¦", repuso el fiscal, "pero, ?qu¨¦ quiere decir?". En este punto, Muelle se rasc¨® la cabeza y volvi¨® a decir: "Muelle, solamente muelle".El fiscal ech¨® mano del c¨®digo y volvi¨® a la carga: "?Pero pertenece usted a alguna organizaci¨®n vanguardista, a algo as¨ª?". Muelle se mantuvo en sus trece y contest¨®, con cierto orgullo: "Esto m¨ªo es una actividad cultural". Esto decidi¨® al fiscal a hojear otra vez el c¨®digo y pedir una multa de 2.500 pesetas. El juez y el fiscal intercambiaron unas cr¨ªpticas frases leguleyas y citaron al acusado para recoger la sentencia.

Saliendo del tribunal, Muelle no resisti¨®, y en el primer lienzo de pared que encontr¨® apenas a unos pasos de la puerta donde estaba aparcado un coche de la polic¨ªa esgrimi¨® el rotulador y puso, en rosa fosforecente: "Muelle".

"Este logotipo que se ve ahora, que ya tengo registrado en la propiedad industrial, lo defin¨ª hace unos tres a?os; antes hac¨ªa letras de imprenta".

Actualmente, este artista del grafito se encuentra en tratos con una galer¨ªa madrile?a para hacer una exposici¨®n: "Ya he estampado camisetas, y pegatinas. Tambi¨¦n he entrado en algunas movidas art¨ªsticas, que no han ido a m¨¢s por falta de recursos. Los sprays salen caros, y encima, se cargan la capa de ozono. Si pudiera, usar¨ªa aer¨®grafo".

Y tiene sus sue?os empresariales: "Har¨¦ una multinacional del grafitti. Creo que se pueden hacer muchas cosas. Se puede enfocar culturalmente, aunque en realidad es una marca, y esto puede convertirse en lo que yo llamo una historia carism¨¢tica".