Nicol¨¢s Redondo: "Ni UGT es un partido bis ni yo soy el guardi¨¢n de la ortodoxia socialista"
"El ¨²nico rigor que se aplica en Espa?a es el salarial. Mientras tanto, seguimos siendo un para¨ªso fiscal"
Nicol¨¢s Redondo no est¨¢ a la defensiva. En medio del puente de San Jos¨¦, se encuentra en su despacho de la madrile?a calle de San Bernardo, esperando la circular del PSOE en la que explica a sus militantes la necesidad de defender la pol¨ªtica econ¨®mica que aplica el Gobierno.Pregunta. ?Qu¨¦ opina de la circular del partido defendiendo la pol¨ªtica econ¨®mica de Carlos Solchaga?
Respuesta. Todav¨ªa no la conocemos; cuando la conozcamos haremos un comentario en profundidad. [Miguel ?ngel Ord¨®?ez, secretario de informaci¨®n del sindicato, comenta que se la han pedido a la agencia Efe.] Por lo que dicen los medios de comunicaci¨®n, pienso que hay aspectos no controvertibles, sino rechazables de manera absoluta. Por ejemplo, cuando se dice que demandar un incremento de los salarios del 7% supone un incremento del 146% sobre el ¨ªndice de precios al consumo (IPC); si esto lo llevas a la ¨²ltima expresi¨®n, con una inflaci¨®n cero, un aumento del 0,1 % ser¨ªa infinitesimal... Tambi¨¦n hay otros aspectos discutibles; los compa?eros del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) son excesivos incluso en la misma circular; lo que para el Gobierno es una pol¨ªtica econ¨®mica necesaria, ellos lo convierten adem¨¢s en una pol¨ªtica progresista. Pretender dar un marco ideol¨®gico de tipo progresista a una pol¨ªtica econ¨®mica de rigor, no corresponde a la verdad.
La derecha econ¨®mica
P. La circular, en realidad, es una profundizaci¨®n de lo que ya se dijo en la conferencia de prensa del PSOE de la semana pasada.
R. Efectivamente, parece que va en la misma direcci¨®n. Lo verdaderamente importante es lo que significa. Afirmar que una subida de los salarios por encima del 5% no es progresista, no tiene sentido. Yo creo que lo que no es progresista es lo contrario: decir que incrementos por encima del 5% suponen p¨¦rdidas de competitividad de las empresas y son negativos para el empleo. ?ste es el discurso de la derecha econ¨®mica.
P. Sin embargo, todo el debate parece ce?ido a la pol¨ªtica salarial, no a la pol¨ªtica econ¨®mica global.
R. El concepto del rigor econ¨®mico es aceptado por casi todo el mundo sin debate, siempre que ese rigor se distribuya equitativamente. Aqu¨ª lo que ocurre es que el ¨²nico rigor que se aplica es el salarial; el rigor financiero, fiscal, etc¨¦tera, no existe; siempre s¨®lo el rigor social. Mientras tanto, por ejemplo, este pa¨ªs sigue siendo un para¨ªso del fraude. Y esto no es demagogia. S¨®lo se enfatiza, dale y dale, sobre los salarios.P. Cada vez con m¨¢s frecuencia se lanza sobre los sindicatos la acusaci¨®n de que no defienden los intereses de los parados, verdaderos paganos de subidas salariales por encima del IPC. Se habla de radicalismo.
R. Es curioso. Todo el mundo conoce las reticencias del Gobierno por incrementar la cobertura del desempleo hasta el 48%, como se firm¨® en el AcuerdoEcon¨®mico y Social (AES), que termin¨® su vigencia en diciembre pasado. Aqu¨ª, de golpe y porrazo se dice que UGT se ha radicalizado, que somos insolidarios; ¨¦sta versi¨®n intenta olvidar todos los problemas que hemos tenido hasta ahora con el Gobierno: el de las 40 horas semanales, la reconversi¨®n, las pensiones, el decreto Boyer sobre libertad de horarios, la ley de Sanidad. Nose puede decir que las diferencias sean nuevas; quiz¨¢ sean m¨¢s profundas, pero no nuevas. F¨ªjense que, en realidad, la mayor diferencia se manifiesta ahora en dos puntos de incremento de los salarios. No creo que sea para tanto; no estamos descalificando de modo global la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. Si ha habido un cambio tenue en la pol¨ªtica de UGT es porque tambi¨¦n ha habido un giro a favor en la econom¨ªa; UGT s¨®lo dice: s¨²banse los salarios dos puntos por encima de la inflaci¨®n esperada. ?Es esto radicalidad? La acusaci¨®n de radicalidad es para consumo interno del PSOE.
P. Sin embargo, la diferencia respecto a otros debates es que en esta ocasi¨®n tambi¨¦n ha intervenido el partido apoyando al Gobierno.
R. Efectivamente, tambi¨¦n ha intervenido el PSOE, y repito que con un cierto exceso respecto a las orientaciones de la Moncloa. Yo har¨ªa un llamamiento al Gobierno y al PSOE para que haya un cierto sosiego, para no agudizar las diferencias.
P. Al d¨ªa de hoy, ?cu¨¢les son las relaciones del sindicato con el partido y con el Gobierno?
R. Se puede decir que pr¨¢cticamente no existen. Hay que valorar esto en toda su profundidad. Hay algunos que entienden que, si yo me re¨²no con Felipe, los problemas inmediatamente se solucionar¨ªan. No es as¨ª, porque hay problemas objetivos. Y esto no significa que no me parezca positivo que existiesen estas reuniones.
P. En el reciente congreso de banca de UGT, usted dijo que no quer¨ªa desideologizar el sindicato. ?Por qu¨¦ hizo usted este comentario? ?En referencia a qu¨¦?
R. La referencia se produjo ante las acusaciones que hab¨ªamos recibido de sectarismo, de radicalismo. Nosotros hemos he
cho un gran esfuerzo desde 1977 en drenar cargas ideol¨®gicas, pero no estamos dispuestos a llegar al desarme ideol¨®gico; a ser tan anodinos, tan pragm¨¢ticos, que quepa cualquier situaci¨®n. Hay declaraciones que no dejan de ser chocantes: lo que antes era ser de izquierdas, ahora no lo es, y ello aprovech¨¢ndose de una confusi¨®n, que es real, existente en toda Europa.
El socialismo liberal
P. Esto da lugar a que muchas personas que no son de UGT y ni siquiera pertenec¨ªan a la familia socialista hagan de UGT su punto de referencia pol¨ªtico. El sindicato como recogedor de la nueva y vieja izquierda desencantada.
R. Este fen¨®meno es algo que nosotros no deseamos en absoluto. Si ello sucediera, no ser¨ªa por culpa nuestra. Sin embargo, consciente de que algo de esto est¨¢ pasando; corremos el riesgo de que estemos polarizando la atenci¨®n de los socialistas en UGT y no como referente sindical. ?ste es un problema que tiene que estudiar el PSOE. Cada uno tiene su espacio; ni UGT es un partido bis ni yo soy el guardi¨¢n de la ortodoxia. De todas formas, me molestan profundamente declaraciones como las de quien dice que es "socialista liberal". ?Qu¨¦ es esto? O de quien afirma que "reprivatizar es progresista". Pues no: una transferencia de patrimonio de la naci¨®n a manos privadas y en malas condiciones, de socialista no tiene nada. O declaraciones de gente de nuestro bloque social que se indiferencian del discurso de la derecha; hay una situaci¨®n grave de desempleo; para reducirlo hace falta producir, para producir hace falta vender, para vender hace falta ser competitivos y, para ser competitivos son precisos bajos costes salariales. No se: menciona el resto de los costes. ?Y nada m¨¢s? Esto se dice desde el Gobierno socialista y desde la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE). Puedo compartir incluso parte de esta argumentaci¨®n, pero no que desde una opci¨®n socialista no se a?ada nada m¨¢s. Est¨¢ cundiendo la desesperanza hacia el futuro.
P. Hasta hace poco, usted distingu¨ªa en el Gobierno entre unos ministros y otros. Sin embargo, la respuesta ha sido colegiada. ?Le quedan interlocutores en el Gabinete?
R. Siempre he dicho que, para lo bueno y para lo malo, son corresponsables todos los miembros del Gobierno, y el que m¨¢s, su presidente. Lo que ocurre es que en algunas ocasiones tienes que tirar las cartas al responsable m¨¢s inmediato. Sigo hablando con algunos ministros porque, aunque todos siguen las orientaciones de una manera compacta, creo que en su interior anidan ciertas reservas, ciertas dudas.
P. ?Existen diferentes posturas en el Gobierno y en el partido respecto a UGT?
R. Hay sensibilidades distintas respecto al hecho sindical; hay quien se pregunta: sindicatos, ?para qu¨¦? Otros creen en la autonom¨ªa sindical de unas centrales fuertes. Por ¨²ltimo, hay otros que tienen una concepcion leninista del sindicato como correa de transmisi¨®n del partido. Lo cierto es que cada vez que UGT no act¨²a como correa de transmisi¨®n hay problemas.
P. Nicol¨¢s Redondo: ?cree usted que le est¨¢n moviendo la silla de secretario general de UGT a medio plazo?R. No quiero caer en victimismos. Lo cierto es que est¨¢n poni¨¦ndome chupa de d¨®mine en algunos ¨¢mbitos del partido e incluso de la Moncloa. Debo de admitirlo, pero no es la primera vez, aunque yo siempre lo haya negado hasta ahora. Hoy se hace con mayor virulencia, de una manera soterrada, pero la familia socialista es muy permeable y siempre me entero. De esto a moverme la silla hay un trecho que todav¨ªa no se ha recorrido. O al menos eso creo. No s¨¦ si alguien lo intentar¨¢; me preocupan m¨¢s los felipistas que el propio Felipe.
Aqu¨ª no hay cargos p¨²blicos
P. Esta personalizaci¨®n, ?no est¨¢ basada en su papel de dirigente fuerte de UGT? Lo cierto es que muchas veces UGT parece usted.
R. Yo creo que no. El ¨²ltimo Comit¨¦ confederal, por ejemplo, en el que se marc¨® la pol¨ªtica salarial, se aprob¨® por unanimidad, salvo una excepci¨®n. La gente interviene en UGT por una raz¨®n: porque aqu¨ª no hay prebendas, aqu¨ª no hay cargos p¨²blicos como en los partidos pol¨ªticos, no hay esa gratificaci¨®n. Hay, por tanto, libertad para discutir, para debatir. Adem¨¢s tengo una norma: todos los problemas, todos, se tratan en la ejecutiva. En UGT, como referencia de lo que ocurre y por comparaci¨®n de lo que no ocurre en otras organizaciones que no voy a nombrar, todav¨ªa no ha habido nadie que se posicione en contra porque no quiere ser v¨ªctima de la situaci¨®n. ?Me entienden?
P. La esquizofrenia que se puede formar entre militantes socialistas, de UGT, gobernantes, etc¨¦tera, ?no puede crear una crisis dentro del sindicato? ?No hay federaciones rebeldes?
R. ?Cu¨¢les son esas federaciones rebeldes? No hay dispersi¨®n en UGT ni crisis. Crisis hay en los partidos pol¨ªticos. La organizaci¨®n m¨¢s nucleada y con m¨¢s nervadura que hay en Espa?a es UGT, y ello con las limitaciones actuales, baja afiliaci¨®n, que conozco yo el primero. Dicen que hay conflictividad porque no hay cauces para expresar el descontento. Lo que sucede es que Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s desvertebrados de Europa. Estoy convencido de que un porcentaje muy alto de las personas que esos d¨ªas se est¨¢n movilizando jornaleros, comerciantes, m¨¦dicos, estudiantes, trabajadores, Asturias, etc¨¦tera- pertenece al bloque social que vot¨® socialista. -tambi¨¦n hay un porcentaje alto de militantes del PSOE. Bueno, esto es lo que hay que abordar.
P. Se?or Redondo: ?c¨®mo ve futuro inmediato?
R. Veo bastantes dificultades. Hace falta un golpe de imaginaci¨®n por parte del Gobierno para que no se rompa el di¨¢logo social. Si lo han dado los gobiernos de derechas como el franc¨¦s, ?por qu¨¦ no lo va a dar un gobierno socialista? El problema es que se ha hecho de la subida salarial un problema pol¨ªtico, y los trabajadores no van a ceder en sus derechos. ?Por qu¨¦ los trabajadores no pueden tener derecho a una mayor percepci¨®n salarial del mismo modo que se han tenido en cuenta las exigencias de los estudiantes? Creo que la conflictividad se extender¨¢, y podr¨ªa ocurrir que, como dicen algunos, Espa?a sea el ¨²nico pa¨ªs europeo, junto con la Gran Breta?a de Margaret Thacher, en el que no exista el di¨¢logo social.
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